Las mejores vistas de Barcelona continúan en venta

La mágica ciudad de Barcelona combina, como pocas en el mundo, el mar y la montaña en menos de una decena de kilómetros. Las mejor vistas de la capital catalana, con el tranquilo Mediterráneo de fondo se pueden obtener en lugares como el Parque Güell, el Tibidado o el Parque de Collserola. En este último, en lo más alto del barrio de Sarriá, se encuentra una joya urbanística, en venta desde el pasado 2018.

Se trata de la popular Villa Paula, una excepcional construcción modernista, con más de 100 años de historia, que el arquitecto Jeroni Granell i Manresa planificó en 1912. El edificio fue rehabilitado por completo coincidiendo con su primer centenario hace 10 años, aunque, como no podía ser de otra manera, se conservaron sus principales elementos arquitectónicos y se mantuvo la imagen de palacete novecentista.

Cuando se puso a la venta, el precio de salida fue de 6,6 millones de euros, pero la falta de comprador ha provocado que la propiedad haya descontado un millón en 4 años para quedarse en los 5,6 millones de euros, cantidad por la que está a la venta en la actualidad.

Villa Paula cuenta con una extensión de 1.320 metros cuadrados, incluida la original casa del guarda que ahora se puede utilizar como residencia de invitados, sobre un terreno de 35.000, en el que también se contemplan 4.500 metros de jardines y otros 500 más destinados a terrazas y patios. La espectacular mansión posee ocho dormitorios y nueve baños y, entre algunos de sus mejores extras, cuenta con una increíble piscina infinita con sensacionales vistas, gimnasio, zona de spa, sala de cine, la típica torre-mirador de los edificios modernistas que pueblan Barcelona, bodega, un garaje para 2 coches y ascensor.

Todo en Villa Paula recuerda a lo que fue la Barcelona de principios del siglo XX, una época económicamente muy próspera en la Ciudad Condal donde las residencias de la burguesía eran auténticos monumentos. Además, esta pintoresca mansión fue auténticamente histórica, ya que en ella se ocultó el presidente de la Generalitat Lluís Companys, mientras esperaba la oportunidad para exiliarse en Francia en los últimos meses de la Guerra Civil.