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Coronavirus

Así ha transformado el coronavirus la noche de Madrid

La Razón viaja por las calles desiertas del centro donde antes había bares y restaurantes

No hay ruidos, no hay gente. El único sonido que se escucha es el frotar de escobas y el rociar del agua. Las luces de los camiones de la limpieza y de los coches de la Policía han sustituido las de los bares y todo huele a desinfectante. Todo lo demás es silencio y vacío. Así es Madrid de noche en tiempos de pandemia.

Nunca faltaba gente en sus calles ni bares abiertos. Madrid era una ciudad en la que daba igual la hora. Pero ahora las noches, como los días, son distintos.El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se ha comprometido a estudiar todas las medidas sanitarias para permitir que la vida vuelva a estas calles vacías. Sin embargo está por ver cómo serán estas “condiciones adecuadas" a las que tendrán que atenderse locales de ocio, restaurantes, instituciones culturales u hoteles. La crisis del coronavirus costará a Madrid una caída del 30% de la actividad turística y de ocio (según un estudio de Exceltur).

De noche, con el suelo húmedo, la Gran Vía parece un escenario de cartón piedra. Los limpiadores acaban de regar el suelo. Los gestos cotidianos sin embargo sobreviven en tanto silencio. Una “patrulla” de la EMT se para en el medio de la calle para entrar en un estanco. Son los “soldados en uniforme civil” que mantienen encendida la llama de una civilización que peligra frente a un enemigo microscópico.

La calle Preciados hacia Puerta del Sol.
La calle Preciados hacia Puerta del Sol.David Jar

Guardianes de la noche

La luz azul de los diferentes cuerpos de seguridad es incesante. Un espíritu protector en estas calles yermas. Los coches de Policía Local, Policía Nacional, Guardia Civil, parecen tejer un baile por las calles que rodean la Puerta del Sol. El crimen no descansa ni siquiera en tiempos de pandemias. Las farmacias, los únicos establecimientos abiertos se han convertidos en el único blanco disponible de los atracadores. Mas de 19 han sido asaltadas en la capital.

Son las dos de las noche, los semáforos están encendidos, sin embargo hay un solo coche circulando por la Gran Vía. Un repartidor a domicilio va con su bici por una acera que hace un mes habría estado llena de paseantes y de bolsas de la compra. No está permtido pero nadie le para. Una violación de las normas de circulación que, a su manera, es un ejemplo de la nueva normalidad.

La Gran Vía de noche durante el confinamiento.
La Gran Vía de noche durante el confinamiento.David Jar