Metro de Madrid
Tensión en el Metro de Madrid por no llevar mascarilla: los vigilantes denuncian un aumento de las agresiones
El personal de seguridad se queja de un incremento de los ataques verbales en el suburbano. «Hay gente que no nos ve como agentes de autoridad», afirman
A los deberes habituales de los vigilantes de seguridad se ha sumado en los últimos meses uno más, derivado de estos tiempos de pandemia: que todos aquellos que accedan a las instalaciones por cuya protección deben velar lleven puesta su correspondiente mascarilla. Su uso es obligatorio para mayores de seis años, tanto en la vía pública como en lugares abiertos a los ciudadanos.
Y, por supuesto, también es indispensable en el transporte público, un medio que, pese a la caída de usuarios, todavía congrega millones de pasajeros cada mes. Sin embargo, algunos todavía no son conscientes de la necesidad de la medida. «Lo mínimo es una o dos agresiones verbales de media a la semana», explica a este diario Rubén Gallego, coordinador madrileño de Marea Negra por la Seguridad Privada. «No ocurre todos los días, pero lo estamos notando. El 90% cumple, pero siempre hay un 10% que pasa de todo», añade.
La última agresión registrada en la región ocurrió el pasado 21 de agosto en Valdemoro, concretamente en la estación de tren del municipio. Tanto la Policía Local de la localidad como la Guardia Civil tuvieron que intervenir en un incidente que tuvo como víctima a un vigilante de Cercanías, golpeado por un viajero al que le indicó que debía ponerse correctamente la mascarilla para acceder a la estación. Tras resultar herido, el agredido fue atendido por los Servicios de Emergencia y trasladado al hospital Infanta Elena de Valdemoro.
Más recientemente, en la estación de Metro de Villaverde, en la capital, varios agentes de seguridad y un ciudadano de raza negra protagonizaron un altercado, después de que éste no llevara mascarilla y tampoco portara su documentación, según se desprende del audio de un vídeo grabado por un testigo.
Con anterioridad, el pasado 12 de julio, un pasajero intentó arrojar a las vías de la estación de Valdeacederas a un vigilante que le pidió que se pusiera la prenda. Los hechos ocurrieron después de que el agresor fuera apercibido y se pusiera una camiseta a modo de mascarilla, lo cual no es válidao. «No me la voy a poner. Me la tienes que comprar tú», le dijo. La actitud agresiva del pasajero fue un aumento, con frases del tipo «tú no vales para nada» o «te voy a matar», lo que provocó que el personal de seguridad llamara a la Policía Nacional. Durante el forcejeo, el viajero empujó a uno de los vigilantes, que pudo mantener el equilibrio en el filo del andén. Finalmente, se abalanzaron sobre él y pudieron reducirlo.
Imponer sanciones
Como explica Gallego, frases del tipo «tú no eres policía» empiezan a ser recurrentes en el suburbano. Algo que, si bien es cierto en la teoría, no les resta autoridad en la práctica, aunque determinados usuarios no lo entiendan o no lo quieran entender. «La gente se equivoca. Como no vamos de azul ni de negro, no nos relacionan con la autoridad. Pero sí lo somos, tal y como recoge la Ley 5/2014 de Seguridad Privada. De hecho, tenemos potestad para proponer sanciones», explica.
Marea Negra no ha sido el único sindicato que ha puesto de manifiesto el aumento de la tensión entre vigilantes y transeúntes. Alternativa Sindical también denunció que, con la llegada de la «nueva normalidad» y la obligatoriedad en el uso de las mascarillas, se estaban incrementando las agresiones en el transporte público. Después de remitir un escrito a la Agencia de Protección de Datos solicitándoles la posibilidad de llevar microcámaras para grabar sus actuaciones, algo que puede ser de mucha utilidad a la hora de comparecer en sede judicial, la Administración respondió de forma afirmativa. Con todo, la Agencia aseguró que el uso de dichas cámaras debe estar restringido a las personas designadas por el responsable del tratamiento y no a terceros.
En toda España
Hay que resaltar que sucesos como los hasta ahora relatados no solo se están produciendo en la geografía madrileña. En los trenes de Málaga, Barcelona y Valencia se han registrado incidentes similares. Ante esta situación, Marea Negra va a solicitar reuniones con las direcciones de seguridad tanto de Renfe a nivel nacional como de Cercanías. «Por regla general la ciudadanía lo suele respetar. Pero siempre hay quien piensa que no va con él, cuando es un asunto de seguridad pública. Son competencias que nos sobrepasan, pero tenemos que estar ahí, apoyando al Ministerio de Sanidad y a las Comunidades Autónomas», explica Gallego.
De hecho, hasta tal punto llega la importancia de no quitarse la mascarilla en el suburbano, aunque sea por un mínimo instante, que la Consejería de Transportes del Ejecutivo regional solicitó a la de Sanidad la prohibición de comer tanto en el Metro como en los autobuses interurbanos. Una medida que se traduce en el impedimento de desprenderse de la mascarilla en todo momento y con la que se cree que se pueden evitar muchos contagios. Se trata de una prohibición que el Ayuntamiento ya aplicaba a los autobuses de la Empresa Muncipal de Transportes (EMT).
Esta prohibición se encuentra incluida dentro de la reciente Orden emitida el 18 de agosto por el Gobierno regional. Una Orden que aún no había sido aplicada y que también incluía el cese de actividad del ocio nocturno y la imposibilidad de fumar en la vía pública, entre otras iniciativas. Finalmente, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dio el visto bueno este pasado viernes a las medidas del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso, tras desestimar el auto del juzgado que las ponía en entredicho.
Precisamente ayer, el juez que no ratificó la orden, Alfonso Villagómez, pidió amparo al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por unas declaraciones de la presidenta Isabel Díaz Ayuso, que tildó de «insensato» su comportamiento, así como por las críticas del consejero de Justicia, Interior y Víctimas, Enrique López.
Una infracción condenada con 100 euros de multa
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