Pandemia

El barrio de Madrid que ha pasado de ser la zona cero del covid a la “Corea española”

Los cierres quirúrgicos y los test de antígenos han convertido a Usera en el distrito con menos contagios de la ciudad. El barrio de Almendrales tuvo una incidencia de 1.273 casos. Ahora, sólo 172

Unos sanitarios del Samur trabajando en las inmediaciones del Metro de Usera
Unos sanitarios del Samur trabajando en las inmediaciones del Metro de UseraJesus G. FeriaLa Razón

En la semana del 15 al 22 de septiembre, todas las alarmas se dispararon en Usera. No era para menos. Por primera vez en esta segunda ola, todas las zonas básicas de un distrito de la capital superaban a la vez los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Esas cifras de incidencia acumulada asustaban, aunque al Gobierno de la Comunidad de Madrid no le sorprendió esta circunstancia de un día para otro. Los análisis de las aguas residuales de esta zona del sur de la ciudad ya habían descubierto unos días antes que los contagios experimentarían un fuerte incremento.

Cuando aún no se han cumplido dos meses de este momento crítico, Usera es a día de hoy el distrito que presenta unos niveles de contagios menores. Ha pasado de ser uno de los primeros distritos en sufrir, a finales de verano, el confinamiento perimetral de sus zonas de salud a tener, en la actualidad, una situación envidiable en comparación con otras zonas de la región y, especialmente, con las zonas más golpeadas del país por el virus en estos momentos.

Fue la semana más crítica. Mediados de septiembre. Cuando la polémica giraba en torno a los protocolos que las familias debían observar para completar una vuelta al cole segura, en Usera el problema estaba en las calles, en los establecimientos comerciales, en los hogares y, muy especialmente, en los seis centros de salud de sus barrios. Las llamadas de los pacientes con síntomas eran continuos. Los datos que manejaban los médicos y la Consejería de Sanidad así lo atestiguaban. En la zona de salud de Las Calesas, se marcó el pico máximo del distrito desde el «tsunami» de marzo y abril: 1.324 casos de incidencia acumulada. El resto de áreas básicas de salud no se quedaba atrás: 1.293 contagios por cada 100.000 habitantes en dos semanas en Zofío; 1.273 en Almendrales; 1.201 en Orcasur; 1.046 en Orcasitas y 1.012 en San Fermín.

Fuentes del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso sostienen que la clave para que Usera, como buena parte de los distritos del sur de la ciudad, haya logrado reducir de manera drástica el número de contagios se basa en la aplicación simultánea de medidas quirúrgicas. En primer lugar, los cierres perimetrales de las zonas básicas de salud. En esta parte de la Comunidad de Madrid se aplicaron con carácter previo a la imposición del estado de alarma durante catorce días en la región por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. Estos confinamientos de las zonas con más contagios ayudan a aliviar la curva de nuevos positivos a través de dos vías: reduciendo la movilidad y provocando en los vecinos de estos puntos concretos una mayor conciencia a la hora de reducir al máximo las salidas de casa y los contactos sociales. La segunda línea de actuación en Usera es la que muchos expertos independientes señalan como la clave de la buena evolución de Madrid: la realización de forma masiva de los test de antígenos. El Gobierno de Ayuso compró 5 millones de estas pruebas. Haberlos llevado a los barrios con más casos ha permitido lograr una mayor detección y, con ello, propiciar aislamientos y cuarentenas de un modo más rápido y seguro al tratarse de un test cuyo resultado se conoce a las pocas horas, frente a los dos o tres días que necesita una prueba PCR. Y el tercer pilar ha sido el análisis de las aguas residuales, que han permitido a la Consejería de Sanidad conocer con 48 horas de adelanto las zonas con riesgo de experimentar nuevos picos de contagios. Al contar con esta información, la Consejería de Sanidad lo que ha venido haciendo en los últimos meses es llevar a estas zonas con los test de antígenos.

Y, como ocurrió en septiembre, ahí están los datos de noviembre para ratificar que la estrategia ha tenido éxito. El distrito, a nivel general, ha pasado en estos casi dos meses de tener una incidencia acumulada de 1.156 a 231. Por zonas sanitarias, el descenso en la curva es idéntico en todas: Almendrales ha pasado de 1.273 a 172; Las Calesas de 1.324 a 264; San Fermín, de 1.012 a 265; Orcasur, de 1.201 a 347; Zofío, de 1.293 a 228; Orcasitas, de 1.046 a 144. Estos descensos implican que en la mayoría de las zonas, hace apenas dos meses la transmisión del virus era diez veces mayor que en la actualidad.

Aunque se trata de un ejemplo paradigmático que lo que está sucediendo en la Comunidad de Madrid, no es el de Usera un caso aislado. La mayor variación de esta segunda ola se ha vivido en la zona básica de Guadarrama. Allí, el descenso de contagios ha sido del 67%. En la zona de salud de Las Fronteras, en el municipio de Torrejón de Ardoz, esa caída brusca ha sido del 61%. Con descenso de contagios por encima del 50% están otras zonas de salud como como Brújula, en Torrejón (58%); El Espinillo (57%), San Cristóbal (50%) y San Andrés (50%), en Villaverde, (57%); Peña Prieta (56%) y Rafael Alberti (51%), en Puente de Vallecas; San Blas (50%); y Vinateros-Torito (53%), en Moratalaz.