Rescate

La Policía salva a un desaparecido por “Filomena”: “Pensé que moría en la nieve”

Pretendía volver a su casa por un camino rural pero le pilló la noche y se desorientó con la nevada. Una patrulla de Fuenlabrada le encontró al borde de la hipotermia

Mohamed vive con su mujer y sus tres hijos en Parla pero lleva muchos años trabajando en un centro de menores de Usera como mediador con jóvenes marroquíes. Hace el turno de noche del fin de semana y, a pesar de “Filomena”, éste también le tocó acudir. Pasó allí la noche del viernes al sábado y, al terminar su turno, en lugar de regresar a su casa y volver al trabajo por la noche, tuvo que quedarse en Madrid, en casa de unos amigos ante la imposibilidad de regresar a Parla por la tremenda nevada. Pero cuando salió a eso de las 16:00 horas del domingo, no hizo lo mismo, a pesar de que seguía sin tener Renfe hasta su casa. “Mi hijo pequeño, de 16 meses, está enfermo y tenía que llevarle al hospital, seguía con la fiebre muy alta y esas ganas de llegar a casa me hicieron ser un poco imprudente”, reconoce.

El hombre, de 56 años, decidió ir en metro hasta Fuenlabrada Central y, desde allí, continuar a pie hasta su casa de Parla por un sendero que sale desde detrás del cementerio municipal. “Yo hago mucho deporte, salgo a andar por aquí y conocía ese camino a la perfección, apenas son 35 minutos”, explica a LA RAZÓN. Eran alrededor de las 17:30 horas de la tarde cuando emprendió el viaje a pie: no quedaba ni una hora para que anocheciera pero él, dice que al ver a más gente, y al conocer el sendero, no se asustó. Sin embargo, la dificultad de cruzar ese descampado, la nieve que le impedía reconocer paisajes, que no llevaba ropa adecuada y que se metió la noche le hizo desorientarse por completo. “Ya no sabía si las luces que veía eran de Parla, Leganés, Humanes o Fuenlabrada. Me caí en un canal, pasé mucho miedo , fue una locura: he estado muy mal”. A Mohamed, además, apenas le quedaba batería en el móvil. Lejos de avisar a Emergencias 112, prefirió llamar a su mujer. “No quería molestar, pensé que estarían atendiendo emergencias más graves con todo lo que estaba pasando”. Fue su mujer, asustada, quien llamó a la Policía y trasladó las indicaciones que le había dado su marido. “Cuando la llamé no sabía si volvería a hablar con ella. Me dolían mucho las piernas, empecé a sentir mucho frío y creí que podría morir allí mismo e la nieve”

La Policía Nacional trasladó el aviso a una patrulla que fue la salvación de Mohamed. Fue a eso de las 21:00 horas cuando les llegó el aviso y los agentes realizaron varias batidas por el Camino de la Mula de Fuenlabrada. Al parecer, Mohamed había atravesado el descampado situado detrás del campo de fútbol de La Aldehuela, intransitable ya por el espesor de nieve, de casi un metro. Los agentes comprobaron que era imposible acceder al camino que une Fuenlabrada con Parla y, tras comunicarlo a través de la emisora, les dijeron que se retiraran porque no contaban con material apropiado y ya estaban buscando Guardia Civil y Bomberos de la Comunidad de Madrid.

Un grito a lo lejos

A pesar del aviso, los agentes, que conocían esa ruta senderista, decidieron activar todos los estroboscópicos (señales luminosas) para que el desaparecido pudiera verles y les hiciera alguna señal. Así, por iniciativa propia se adentraron en el descampado a pesar de que la nieve les cubría hasta la cintura y vieron que sus esfuerzos dieron resultado cuando escucharon una voz a lo lejos. Era Mohamed. “Grité de todo, con todas mis fuerzas”, explica Mohamed. Poco a poco se fueron acercando a él y, tras comprobar que se trataba de él y que no presentaba ningún síntoma muy grave de hipotermia le acompañaron andando hasta la carretera. “¿Estás bien? ¿Seguro que puedes andar? ¿Te llevo la mochila?”, le dice uno de los agentes. Afortunadamente, todo acabó bien: le llevaron a comisaría, allí le dieron bebida caliente y abrigo y le trasladaron a su casa. “Lo bueno es que esa gente era muy buena gente. Aparecieron cuando ya había perdido la esperanza, sin duda me salvaron”, reconoce el hombre.