Violencia callejera
Un «bukanero» detenido el 22-M y seis menores, entre los 19 radicales arrestados
Uno fue detenido tras las “Marchas de la Dignidad” de 2014, cuando patearon la cabeza de un policía
No están tan organizados como antes, cuando la extrema izquierda protagonizaba altercados callejeros más a menudo y coordinaban los «Rodea el Congreso» y hazañas similares cada semana en Madrid pero cuando deciden salir a liarla a la calle aún sigue habiendo alguno de los míticos. Entre los 19 arrestados en los disturbios de Madrid tras la protesta contra la encarcelación del rapero Pablo Hasel, hay un «bukanero», G. M., que ya había sido detenido el 22 de mayo de 2014, el llamado 22-M, cuando se produjeron disturbios en la capital tras la confluencia en Colón de las «Marchas de la Dignidad». Fue la última vez que los agentes de la UIP de Madrid, los conocidos como «antidisturbios» fueron agredidos. Aquella noche un grupo de radicales rodearon a un subgrupo de estos agentes y lograron acorralar a un policía: no dudaron en quitarle el casco a patadas y seguir pateándole la cabeza. Estuvo a punto de perder la vida. Los violentos arrancaron incluso señales verticales para embestir a los policías. Entre los radicales de aquella noche está un individuo que pertenece a la peña «hooligan» del Rayo Vallecano, los llamados «bukaneros». Y la noche del miércoles ese mismo individuo quiso también protestar contra la encarcelación del rapero Hasel. Fue, nuevamente, detenido y trasladado a Moratalaz junto al resto de radicales. La Policía Nacional en Madrid practicó una veintena de arrestos, 13 adultos y seis menores de edad. La forma de actuar, no obstante, es mucho menos «profesional» o más improvisada que lo era antes. Según fuentes policiales, esta vez no parecía que trajeran nada de casa, como han hecho en otras ocasiones con artefactos explosivos caseros o botellas con líquido inflamable y simplemente iban cogiendo todo lo que tenían a su alcance para lanzar contra los agentes.
«Que saquen a Pablo y metan a Juan Carlos»
Los radicales tuvieron fácil armarse con adoquines ya que en un punto de la Puerta del Sol los tenían disponibles al estar de obras. Todo comenzó a eso de las 19:00 horas en el kilómetro cero de la capital. Unas 700 personas estuvieron realizando unos 45 minutos cánticos contra la sentencia que lleva al rapero a la cárcel, contra el estado policial, el estado fascista y contra la Corona: «Yo también me cago en el Rey» o «Que saquen a Pablo y metan a Juan Carlos». Posteriormente, según fuentes policiales desplegadas en el lugar, los manifestantes comenzaron a avanzar en bloque buscando la línea policial que estaba en la calle Carretas.
Los agentes de la UIP les contuvieron sin realizar ninguna carga y, al ver que no podían avanzar, cambiaron de rumbo. La carrera de San Jerónimo y los accesos a la calle del Congreso de los Diputados fueron el siguiente objetivo. En ese punto los agentes «antidisturbios» sí realizan varias cargas disuasorias de baja intensidad y el grupo de concentrados se colocó en el centro de la plaza buscando ya el enfrentamiento directo con los agentes. En esos momentos comenzaron los lanzamientos de botellas, adoquines, papeleras... todo lo que encontraran a mano, lo arrojaban contra la Policía que seguía conteniendo a los radicales.
Es en esos momentos cuando un grupo de alrededor de un centenar de personas, los más violentos, se dirigieron hacia la calle Mayor y Arenal destrozando todo a su paso: bancos, contenedores y todo tipo de mobiliario urbano además de destrozar los escaparates de muchos pequeños comercios que, sin venir a cuento, sufrieron la violencia sin sentido ni objetivo concreto de esta panda de jóvenes. El grupo grande que quedó en Sol acabó disolviéndose por completo mientras que los grupúsculos más violentos continuaron sembrando el caos hasta el toque de queda. El balance de daños es cuantioso pero más graves fueron los heridos: una treintena atendidos por Samur, entre ellos 35 policías.
Nueva convocatoria
De las 19 detenciones practicadas, seis de ellos eran menores de edad. Y es que lo que más llamó la atención ayer de los agentes acostumbrados a este tipo de altercados fue que eran gente «muy joven» y de grupos variopintos: además del «bukanero» también había diferencia entre los que se consideran a sí mismos «anarquistas» y «antifascistas» aunque todos se suelen englobar bajo la etiqueta de «antisistema». La Policía no descarta nuevas detenciones y el grupo de la Brigada de Información expertos en extrema izquierda ya está visionando imágenes para dar con los autores de los destrozos. Tampoco se descartan nuevos altercados este fin de semana en protesta por los 19 detenidos del miércoles. De hecho, ya habían convocado para el viernes.
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