Cuando el casero es la Comunidad de Madrid

El edificio de viviendas de la calle Constelación de Andrómeda número 9 de Parla luce ahora mucho más acogedor. Hace unos días, un grupo de niños colocaban en el patio comunitario maceteros con arbustos y césped artificial que contrastan con este bloque de ladrillo y persianas rojos. El mismo día, se celebraba un taller de plantación de hortalizas como culminación de un proceso de mejora del patio, en el que ha sido el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) quien ha facilitado los materiales.

La promoción de este edificio fue adjudicada en 2013. Está conformado por un total de 5 portales, 79 viviendas y garajes en planta baja y sótano, constituyendo una única mancomunidad. Y forma parte, además, del programa «Administrador único» de la Comunidad de Madrid, y con el cual, a través de la Agencia de Vivienda Social (AVS), dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, el Gobierno regional gestiona 25 comunidades de propietarios de promociones sociales al que pueden adherirse todas las comunidades de vecinos de viviendas protegidas.

En este caso concreto, el trabajo del equipo social de la AVS consiste en intervenir en la promoción de este edificio de viviendas de Parla con el objeto de mantener una correcta convivencia vecinal. Llevan haciéndolo desde 2020. En ese momento, la mancomunidad presentaba un grave deterioro, así como importantes problemas de convivencia entre los vecinos, debido, en gran parte, a que las juntas administradoras iniciales funcionaban deficitariamente.

Fueron, de hecho, los propios vecinos quienes promovieron un cambio de modelo, y expresaron, por ello su deseo a la entidad pública de formar parte del proyecto de «Administrador único». Desde ese momento, se han realizado diversas adecuaciones y reparaciones en los espacios comunes, como es la instalación de verjas en zona de contadores, arreglo de puertas de acceso a los mismos, el arreglo de la puerta del garaje, entre otros muchos. Siempre, eso sí, con la pretensión de que sean las propias familias residentes en la mancomunidad quienes tomen un papel protagónico en el proceso de mejora y que dicha mejora sea sostenible en el tiempo y evite futuros conflictos.