Educación

Ayuso recurre ante el Tribunal Supremo el currículo de Bachillerato “por su dañina carga ideológica”

Considera que hace “apología de la izquierda” y deja al lado aspectos que Madrid considera esenciales para la educación de los alumnos

Madrid está dispuesta a dar la batalla educativa hasta el punto de acudir a los tribunales por el carácter adoctrinador de los currículos que ha diseñado el Ministerio de Pilar Alegría con la nueva Ley de Educación (Lomloe).

De hecho, tiene previsto acudir mañana ante el Tribunal Supremo para recurrir el currículo de Bachillerato por que considera que «conlleva una gran carga ideológica y deja al lado aspectos que el Gobierno de la Comunidad de Madrid considera esenciales para la educación de los alumnos», han asegurado fuentes de la Comunidad de Madrid. Aunque todos los currículos han sido objeto de críticas por el Ejecutivo autonómico, la idea de recurrir el de Bachillerato ante el Alto Tribunal tiene que ver con que es en esta etapa en la que los cambios introducidos «son especialmente dañinos y es la más importante, puesto que da acceso a estudios superiores y universitarios», aseguran las mismas fuentes.

De momento, La Comunidad de Madrid, que está legislando sobre el 40% del currículo de Bachillerato, tal y como le corresponde como comunidad autónoma, ha eliminado cerca de una treintena de conceptos de la asignatura de Historia que considera que implican una carga ideológica «muy importante» y que no son esenciales en la materia.

La Comunidad esperaba que la parte del currículo realizado por la Comunidad de Madrid supusiese un freno al carácter “adoctrinador” de su contenido. Sin embargo, algunos ejemplos de libros que han llegado estos días atrás a los institutos conforme al decreto elaborado por el Gobierno y sin las incorporaciones de las comunidades autónomas, que están todavía tramitando la normativa que desarrolla la nueva ley estatal de educación en la parte que les corresponde, ha hecho que se encendieran todas las alarmas en Sol.

Reunión con los editores

De momento, la Consejería de Educación tiene previsto mantener un encuentro mañana con la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (ANELE) para trasladar a los editores la preocupación por los contenidos de los ejemplares que entrarán en vigor el próximo curso.

Además, casi 200 inspectores revisarán de manera “pormenorizada y urgente” los contenidos de los libros de texto para el próximo curso.

Recortes y cambios

En el Gobierno de Díaz Ayuso creen que «es mucho más formativo que los alumnos aprendan en 2º de Bachillerato la historia de los siglos XVII al XIX y las monarquías correspondientes, como la de los Austrias y la de los Borbones, para comprender mejor la historia contemporánea, que cuestiones más relacionadas con otros ámbitos del currículo tales como «la emergencia climática» o «la pluralidad identitaria» o «actitudes esenciales éticas antes del siglo XX».

Así, ha suprimido todo lo relativo a la perspectiva de género en la que tanto se insiste en el currículo diseñado por Pilar Alegría, como las «fuentes literarias y artísticas en los estudios de género, roles de género», o «estudiar de forma diacrónica el papel que tiene la mujer»... También se elimina todo lo relativo a la memoria histórica y democrática como un reconocimiento a los movimientos en favor de la libertad en la historia contemporánea, lo mismo que lo relativo a las identidades nacionales y regionales como una identidad que «más interés despierta en la actualidad y que más tensión ha provocado en la sociedad española en las últimas décadas».

El recorte alcanza a todo lo relativo al comportamiento ecosocial «como un principio inexcusable de la humanidad, tanto para afrontar la emergencia climática como para alcanzar los niveles mínimos de justicia social». Así quedan borradas del currículo cuestiones como «soluciones coherentes con la ética y el compromiso con la sostenibilidad».

En el ámbito puramente histórico la tijera alcanza a otros conceptos abordados en extensión en el currículo del Ministerio, como es la II República, sus grandes reformas estructurales o el proceso reformista y democratizador.

El Ministerio pretendía que esta etapa de la historia se estudiase a fondo «por su interés, su significación histórica y el intenso debate social que suscita». Proponía que los profesores repararan en «las reacciones antidemocráticas que se generaron ante su avance y el golpe de Estado que supuso su fin». Los alumnos también debían estudiar el «trauma» del franquismo.