Caso mascarillas
Los investigadores buscan saber si Luceño tiene mensajes con Malasia de 2020
La intención de la entrada y registro a casa del investigado es conocer si el negocio con San Chin Choon en realidad existió
A estas alturas del «caso mascarillas» los investigadores dudan de prácticamente todo lo que tiene que ver con Malasia en el negocio del material sanitario de Alberto Luceño y Luis Medina. El juez Adolfo Carretero -a cargo del caso- pidió a la Policía el registro de la casa del primero, considerado cabecilla de la estafa, y allí encontró, entre otras cosas, una placa supuestamente del CNI. Pero, según fuentes de la investigación, la intención última de analizar todo lo intervenido pasa por saber si realmente existen correos o mensajes de 2020 que certifiquen que los investigados mantuvieron relación con San Chin Choon, el empresario malasio o si, en realidad, todo fue un invento.
Fue la Fiscalía Anticorrupción la que a principios de mes solicitó al juez la entrada y registro del domicilio de investigado. Según su informe la mayoría de testigos que han prestado declaración en el caso -por allí han pasado ya funcionarios del Ayuntamiento de Madrid que hicieron la compra millonaria o el primo del alcalde José Luis Rodríguez Almeida que puso en contacto a ambas partes- han aportado mensajes y Whatsapp sobre cómo se gestó la operación. De hecho, en el sumario constan, por ejemplo, los textos que la funcionaria Elena Collado (que firmó la compra por la que ambos comisionistas se embolsaron más de seis millones de euros) remitió a Luceño mostrando su frustración cuando descubrió el fraude.
Sin embargo no hay ni rastro de una sola conversación con San Chin Choon, más allá de los papeles que acreditan a los investigados como «agentes exclusivos» de la empresa asiática y que también están en duda porque la fecha de creación no coincide con la de firma. «Llama la atención que el Sr. Luceño por el contrario no haya aportado ni un solo mensaje que corrobore lo manifestado en sus declaraciones cuando parece evidente que tuvo que cruzar varios mensajes con San Chin Choon u otros responsables de la empresa Leno”, expone el fiscal Luis Rodríguez Sol.
Así, según fuentes de la investigación consultadas por LA RAZÓN el registro en el domicilio de Pozuelo que se practicó el pasado jueves busca hallar todo rastro del negocio con Malasia. No solamente saber, que también, si Luceño está detrás de la aparición repentina de San Chin Choon en el caso. Anticorrupción solicitó formalmente su declaración a Malasia, pero las autoridades del país contestaron que este no quería colaborar. Pero hace unos meses un supuesto hombre con este nombre envió unos correos al Juzgado madrileño para exculpar a los imputados de todo. La placa del CNI, los móviles, correos y los documentos incautados a Luceño están siendo analizados por la Policía Judicial.
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