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El misterio de las Cuevas Árabes de Brihuega: el mejor plan para salir de Madrid en la Almudena

Un entramado de pasadizos y galerías de los siglos X y XI, que se mantiene a 12 grados de temperatura, únicos en España

Cuevas árabes de Brihuega
Cuevas árabes de BrihuegaAyuntamiento de Brihuega

Brihuega es un pueblo de encanto histórico y monumental muy bien conservado. Conocer sus rincones es fácil, pues se pueden explorar en un día. De ahí que sea el plan perfecto en una jornada de fiesta en Madrid, como es la Almudena. Uno de los principales atractivos de esta localidad de Guadalajara es su compleja red de cuevas árabes que se extienden por debajo de las casas y calles, y que en el pasado sirvieron de refugio ante los ataques enemigos.

Al entrar cambia bruscamente la temperatura, se está a 12 grados todo el año, el recorrido lleva unos 30 minutos. El túnel de acceso se bifurca una y otra vez como una especie de laberinto. Los pasadizos y galerías son más o menos amplios y en cada uno hay toneles, barricas, grandes contenedores y algunas mesas, que nos indican que el lugar hacía también de almacén para provisiones. Algunos tramos están cerrados al público pero las cavidades son muy extensas por debajo de Brihuega. Lo más sorprendente de la visita es un conjunto arcos que son únicos en su tipo a en la península ibérica.

Cuevas árabes de Brihuega
Cuevas árabes de BrihuegaAyuntamiento de Brihuega

Estas curiosas cuevas fueron construidas por los árabes entre los siglos X y XI. Se trata de un laberinto de galerías y túneles que recorren todo el subsuelo de la villa con una longitud aproximada de unos ocho kilómetros.

En su momento, se utilizaron durante épocas de asedio, y es que a través de ella se podía llegar hasta el exterior de las murallas. Y en épocas de paz se usaron como almacén de víveres y alimentos, ya que mantienen, como apuntamos, una temperatura constante de 12ºC durante todo el año.

A día de hoy, de sus largos kilómetros se han acondicionados alrededor de 700 metros para que puedan ser visitados por el público. Su complejo entramado convierte a las cavidades en todo un laberinto de pasadizos que se van bifurcando una y otra vez y en los que es fácil desorientarse. Además, al final del recorrido, que tiene una duración de unos 30 minutos, encontraremos unos sorprendentes arcos construidos ya en la época cristiana, con un gran valor arquitectónico.

El operativo está claro: hay que comprar la entradas en la carnicería de la plaza. Tienen un precio de 2 € por persona, y en cuanto a los horarios de las cuevas, están abiertas de 10:00 a 14:00 y 16.30 a 19.30 horas de martes a sábados, mientras que los domingos abren solo de 10.00 a 14.00 horas.

El pueblo cuanta también con numerosos puntos de interés como la Real Cárcel de Carlos III, el Castillo de la Piedra Bermeja, la Fuente de Doce Caños, Convento de San José (Museo de miniaturas) y la Plaza de Toros, entre otros. La presencia árabe dejó a la ciudad numerosos tesoros, uno de ellos es su muralla que data del siglo XII, de la que se conserva buena parte y sus puertas de acceso, la de La Cadena y la de Cozagón.