Fuera de plano
Las pistas de Ayuso que desvelan su estrategia en campaña electoral
Vox le ha regalado la campaña a partir de su negativa a aprobar las Cuentas y los populares lo han aprovechado
A cinco meses para las elecciones autonómicas y municipales, el 28 de mayo de 2023 marca ya la estrategia política en Madrid. La fecha condiciona los discursos, pese a que los partidos se empeñan en que aún queda mucho para los comicios, una excusa para escenificar que no es campaña, es buena gestión.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha hecho esta semana un repaso de su actuación política en 2022, que más que un resumen de iniciativas cumplidas pareciera una declaración de intenciones para la campaña electoral. Las pistas para alcanzar la mayoría absoluta las daba la presidenta al arremeter contra las medidas «engañabobos» del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero sobre todo al cargar contra las «insensateces» de Vox. Ayuso ha querido romper definitivamente con los de Abascal, a los que necesita para apoyar sus iniciativas, a cuenta del «no» de éstos a sus Presupuestos para 2023.
No es casual que la líder popular critique a los verdes en la persona de su portavoz, Rocío Monasterio, a sabiendas de que su mayoría absoluta depende en gran medida de recuperar votantes de Vox, especialmente en el cinturón rojo, donde éstos tienen su suelo. Vox le ha regalado la campaña a partir de su negativa a aprobar las Cuentas y los populares lo han aprovechado para achacarles la paralización de proyectos, incluso para celebrar consejos de Gobierno allí donde hay que arañar votos.
Llegó la presidenta a comparar a sus socios con los de Sánchez. Fue incluso más allá al afirmar que «lo que ha hecho Vox es insensato y hasta los peores socios de Sánchez han estado a la altura», todo un dardo en el centro de las relaciones entre ambas formaciones, hechas añicos en favor de la diferenciación para lograr más papeletas a la derecha.
Ayuso también dio las claves de su precampaña electoral al desvelar los «engañabobos» de Sánchez, más allá de los que afectan a la Comunidad de Madrid. Serán semanas en clave nacional que, además de fidelizar a los suyos, contribuirán a afianzar a Feijóo en su carrera hacia La Moncloa.
Las autonómicas y municipales se configuran como la antesala a las generales y el líder del PP ya ha aventurado que el éxito de Madrid será crucial para alcanzar el Gobierno de España. Tras del éxito de Moreno Bonilla en Andalucía los madrileños se afanan por mejorar la marca del andaluz para consolidar su peso interno en la organización. Por ello, la confrontación con Sánchez va creciendo a medida que se descuentan días para el 28 de mayo.
Esta semana, la líder popular ha criticado el plan anticrisis de Sánchez, en el que «colaboran todas las comunidades autónomas». Es decir, el presidente ha hecho un «copiar y pegar tarde y mal» de medidas como la bajada del IVA. Y ello después de emprender «campañas masivas y destructivas», ha dicho.
Anuncia el socialista un único cheque comida anual de 200 euros para unos pocos y a su vez reduce 200 euros en gasolina para todos o rebaja el IVA pero aprueba el impuesto al plástico que encarecerá los productos básicos.
Frente a ello, Ayuso revela que mantendrá la rebaja del transporte en el 50 por ciento, que llegará al 60 por ciento desde febrero, dejando «KO» al socialista madrileño, Juan Lobato, que acababa de reclamarle abandonar su «soberbia» para extender en 2023 la ayuda al transporte público como Sánchez tenía previsto hacer.
Tiene mala suerte el portavoz socialista en las pocas declaraciones que hace. Apoyar al presidente frente al discurso de Ayuso no le da muchos réditos, a tenor de las previsiones demoscópicas, y no parece que vaya a convertirse en estos comicios en otro barón de su partido que pueda leerle la cartilla al presidente. Mientras éstos se apartan de la marca Sánchez, Lobato le reivindica.
Encuestas
La mayoría de las encuestas sitúan al PP al borde de la mayoría absoluta en la región. No ocurre lo mismo en el Ayuntamiento, donde Almeida necesitaría de Vox y Ciudadanos para formar gobierno. De ahí que Ayuso se afane en arrastrarle en actos de partido que le permitan recomponer su imagen. El alcalde se ha redimido esta semana reconociendo que se equivocó en su apuesta a favor de una tercera vía para excluir a Ayuso de la presidencia del PP de Madrid. Pidió perdón y se enfundó el traje de «partner». Mantener a un puñado de concejales de confianza es su objetivo en clave interna. A sabiendas del poco margen de maniobra en la elaboración de las listas municipales, muchos de sus colaboradores ya buscan refugio en la Comunidad de Madrid antes de que les impongan su destino.
En el trayecto hacia las elecciones, Ayuso se enfrenta a las protestas en la Sanidad. De momento, ha sabido frenar la huelga de médicos, suspendida hasta el 11 de enero.
La presidenta ya ha avanzado lo que será su discurso en clave electoral: desvelar las maniobras de Mónica García, la representante de Más Madrid, para reventar los centros sanitarios y ocupar las calles. «Pido a los profesionales que sigan como hasta ahora, trabajando todos los días y dando lo mejor de sí mismos», dijo en su resumen de gestión del año. Seguro que en su discurso de fin de año nos dará más pistas.
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