“O Sánchez o España”. Es el mensaje que ha lanzado hoy la presidenta de la Comunidad de Madrid para arremeter contra el Gobierno de Pedro Sánchez y el “plan de la carcoma” que ha puesto en marcha “para terminar con la España de la Transición y llevarnos a una república federal, laica y plurinacional”.

La presidenta autonómica, en un discurso muy crítico contra la gestión socialista, ha lanzado todo tipo de calificativos contra el presidente del Gobierno: “Cabecilla de ‘podemitas’, apoderado de sediciosos, autoritario y torpe...” en su intento por dibujar la deriva de la política de Pedro Sánchez y su influencia en la sociedad española para alertar de que nos lleva a la peor de las situaciones posibles: “El sanchismo está ocupando todo espacio político, institucional y social de manera totalitaria e ilegítima” con la “clara intención de cambiar el orden constitucional por la puerta de atrás, despreciar, generar dependencia de las arcas públicas en el mayor número de españoles posible, y hacer imposible la alternancia en el poder”, ha sentenciado durante un encuentro informativo organizado por Expansión y El Mundo.

Ayuso ha puesto énfasis en la situación judicial al advertir de que España es un país con garantías constitucionales “mucho más débiles que hace cuatro años”, en referencia a que tanto la presidencia como la vicepresidencia del Tribunal Constitucional esté representada por miembros del ala progresista. Pero su visión sobre el futuro de la Justicia no puede ser más oscuro al advertir de que Sánchez “actúa contra la Nación” con una maniobra que “pasa por anular las estructuras sociales, a los jueces, las leyes, el Código Penal, a la Oposición y a la prensa libre”. ¿Y a qué nos lleva todo esto? “El Plan final es que el ciudadano no tenga modo de defenderse del poder y que toda protesta sea, silenciada o desacreditada, o comprada”. “Todo esto lo hemos visto ya en Hispanoamérica: está trasladando el mismo plan. Es el mismo modelo”, ha reiterado.

También ha alertado de que otro de los fines de este plan es que haya referéndum de autodeterminación en Cataluña. “Ha eliminado de facto el delito de sedición de nuestro ordenamiento, amnistiando por la vía de los hechos a quienes fueron condenados y ahora sabemos lo que eso significa: una invitación a un nuevo referéndum ilegal, pero esta vez sin consecuencias y con la colaboración del presidente si, llegado el caso, su sillón en La Moncloa dependiera de ello”.

Por eso ha concluido que, “si los españoles no despiertan y caen en la cuenta de lo que están haciéndole, varias generaciones pagarán el precio de esa ceguera. Si la sociedad española no lo ve lo que está pasando es que somos tontos”. Frente a esta situación, “solo las urnas y el voto libre y responsable de los españoles pueden salvarnos”, ha concluido.