Almendros en flor, el primer espejismo primaveral de la Quinta de los Molinos

Tras celebrar la fecha de San Valentín, no hay estampa más idílica que los almendros en flor, una imagen que bien puede trasladar a la estética nipona, pero que también se puede encontrar en la geografía madrileña. A diferencia de otros fenómenos medioambientales, la fecha de este estallido floral puede variar incluso en algunas semanas, dependiendo de las temperaturas que se alcancen en los dos primeros meses del año. En este invierno atípico en el que las estaciones de esquí han sufrido mínimos históricos, era de esperar que no se retrasase demasiado el color rosado que regalan los almendros. Solo fenómenos extraordinarios como la borrasca filomena de 2021 han sido capaces de retrasar su floración.

Por ello, este fin de semana ya se puede disfrutar del colorido de almendros y cerezos en campos como el de La Quinta de Los Molinos o parques como El Retiro, en el Huerto del Francés, o El Capricho. También son reseñables espacios como la senda botánica de Casa de Campo o la Huerta de la Partida, en pleno Madrid Río. Sin embargo, los expertos aseguran que para que estos jardines alcancen su máximo esplendor, habrá que esperar una semana más, en torno al día 25 de este mes bisiesto. Así, la geografía madrileña regala, a más de un mes de cambiar de estación, un primer espejismo primaveral, que reconforta de un invierno con pocas montañas nevadas.

Un año más, los 1.600 almendros del Parque de la Quinta de Los Molinos vuelven a teñirse de ese color blanco rosado tan característico. Por ello, son muchos los que ya se han acercado hasta el barrio de San Blas-Canillejas, donde está ubicado este parque. Y es que su corta floración, hace que después de dos semanas, vuelva a esconderse y haya que esperar a un nuevo año para poder ver este golpe de belleza. Además de disfrutar de los almendros, los visitantes que se acerquen estos días a la Quinta de los Molinos podrán encontrar otras especies como olivos, pinos, higueras, lilos, retamas, romeros, hibiscos, adelfas, avellanos, tarajes y otras menos habituales como feijoas, eucaliptos, azufaifos o paulonias.