Vocaciones

Alumnos de 4º de la ESO dan el «sí quiero» a la Medicina

El Hospital Gregorio Marañón y el Ceipso La Luna han colaborado en el programa público «4º+empresa»

Alumnos de 4º de la ESO dan el «sí quiero» a la Medicina
Alumnos de 4º de la ESO dan el «sí quiero» a la Medicinacedida

Desde muy jóvenes se anima a los alumnos a tomar decisiones que comienzan a condicionar su camino profesional, desde elegir Ciencias o Letras, o bien asignaturas optativas. Todo ello enfocado a preparar al alumno para tomar la decisión definitiva de qué carrera, formación o camino profesional tomar. Desde la Comunidad de Madrid se lleva apostando desde 2007 por el programa «4º + Empresa». En él se acompaña al alumno a conocer en primera persona la realidad de cualquier profesión, como si fuesen a visitar el trabajo de sus padres durante unos días. Esta actividad plantea dos tipos de procesos: el ordinario, en el que el alumno solicita a una determinada empresa o pyme poder realizar este programa durante tres o cinco días, o bien, el extraordinario, en el que instituciones como hospitales o colegios ofrecen una serie de plazas para llevar a cabo este programa, como hace el Gregorio Marañón.

Este hospital contaba recientemente con la visita de alumnos del Ceipso La Luna. Su docente, Patricia Abad, confirma uno de los objetivos de este proceso: «La idea es que tengan una visión realista de las profesiones que más les interesen. Muchas veces, las series de televisión o la ficción son la principal referencia que tienen sobre un sector. Por eso, vemos necesario ofrecerles la máxima información posible con este tipo de experiencias. Por su parte, desde el Gregorio Marañón han hecho un gran esfuerzo para que esta visita de una semana sea lo más completa posible, en la que los alumnos de Secundaria puedan pasar por el mayor número de especialidades posibles y tener una visión completa del sector sanitario. En concreto, el doctor Rubén Pérez-Mañanes confirma la preocupación de este sector por seguir fomentando las vocaciones sanitarias, «ya que cada año hay un montón de vacantes que no se cubren», aunque reconoce que las elevadas notas de corte y las mejores condiciones laborables que se encuentran en el extranjero no ayudan. «Intentamos que el alumno pueda confirmar que en la sanidad se encuentra su verdadera vocación, profundizando en diversas ramas como la investigación, la consulta o la cirugía, o que al menos le sirva para darse cuenta de que tenía una idea equivocada sobre la profesión».

Alumnos del Ceipso La luna
Alumnos del Ceipso La lunacedida

Aunque resulte inevitable ir enfocando la formación hacia unas ramas de conocimiento determinadas, Patricia cuestiona que se obligue desde edades tan tempranas a tomar decisiones que pueden condicionar para siempre su futuro profesional y que los factores por los que se guíen sean la dificultad puntual que encuentren ante una materia y no las oportunidades laborales que se ofrezcan. Además, insiste en que cuanto antes se tomen estas decisiones, más posibilidades hay de que los gustos o inquietudes del alumno cambien.

Uno de los factores que más se repite a la hora de escoger profesión es la influencia del entorno familiar. Muchos apuestan por seguir la trayectoria profesional de sus padres, como es el caso de Daniela Mateos, estudiante de 4º de la ESO en La Luna, de 15 años: «Mi madre es enfermera en el Infante Leonor, y por ella ya tenía una imagen bastante realista de la profesión. Sin embargo, esta experiencia me ha ayudado a conocer distintas áreas y a confirmar mi vocación». Por su parte, su compañera Celia Pérez se ha dado cuenta de que no había contemplado otras ramas sanitarias que tienen también un gran contacto con los pacientes y que, en cambio, no requieren trabajar en un hospital, como Farmacia o Psicología. De hecho, Celia confirma la creciente preocupación entre su generación por los problemas de salud mental, sobre los cuales «también nos educan desde nuestro centro». Ambas alumnas coinciden en que este programa debe ser accesible para todos los alumnos, ya que en muchas ocasiones los centros educativos no cuentan con el suficiente número de orientadores para atender a todos los estudiantes.