El grito de los ucranianos de Madrid: «Europa escucha, esta es nuestra lucha»

La bandera amarilla y azul de Ucrania se abrió pasó ayer en la Puerta del Sol, donde centenares de ucranianos se reunieron para pedir el apoyo de toda Europa a puertas del tercer aniversario de la invasión rusa de Ucrania y agradecer a la Comunidad de Madrid su calurosa acogida desde el inicio del conflicto. Mujeres, hombres y niños –sobre todos niños y jóvenes– que huyeron de su país al inicio del conflicto se manifestaron para reclamar el fin de la agresión de Putin y el respeto a su integridad territorial.

En el centro del corazón de España, la comunidad ucraniana escuchó con la mano el corazón el himno de su país. Una solemnidad que dio paso a las tradicionales consignas en este tipo concentraciones.«Europa escucha, esta es nuestra lucha», coreaban los asistentes mientras portaban en sus manos girasoles, que según explicaron a este medio, es el símbolo de la resiliencia de Ucrania, su resistencia y su resurrección, además de hacer referencia al campo y al trigo. En la concentración, que terminó en la plaza de Cibeles, estuvo el embajador de Ucrania en España, Serhii Pohoreltsev, además de miembros de distintas confesiones religiones. Ninguno de los asistentes consultados por este medio confía en que el fin de la guerra esté cerca. Al contrario, la sensación es de preocupación y angustia tras la llegada de Trump a la Casa Blanca y sus últimas declaraciones en línea con la propaganda rusa.

Madrid ha acogido a más de 25.000 ucranianos desde el inicio de la guerra, ofreciéndoles asistencia sanitaria, apoyo laboral, clases de español o escolarización para los pequeños con el objetivo de que se integren y puedan vivir dignamente en la comunidad. Aunque físicamente se encuentran aquí su corazón continúa en su país donde permanecen muchos de sus familiares en unas difíciles condiciones como consecuencia de los constantes bombardeos y cortes de luz. A punto de conmemorarse el tercer aniversario de la invasión –mañana–, la comunidad ucraniana en Madrid sigue luchando con banderas, flores y pancartas para poder regresar algún día a un país libre de ocupación.