Comercios

De librería de barrio al templo de Tintín en la capital

‘La Flor de Chamberí’ es el único negocio en Madrid dedicado, desde septiembre de 2021, a vender productos exclusivamente sobre el reportero belga

Toni Pogan (a la izquierda) y Antoniu Pogan (a la derecha) posan el pasado 15 de octubre en La Flor de Chamberí, el negocio que tienen en la calle Donoso Cortés, 20 dedicado exclusivamente a la venta de productos sobre Tintín.
Toni Pogan (a la izquierda) y Antoniu Pogan (a la derecha) posan el pasado 15 de octubre en La Flor de Chamberí, el negocio que tienen en la calle Donoso Cortés, 20 dedicado exclusivamente a la venta de productos sobre Tintín.Jesús G. FeriaFotógrafos

Como si fuese Tintín, el famoso periodista de Le Petit Vingtième creado por el historietista belga Georges Remi ‘Hergé’, Antoniu Pogan trató de buscar la manera de enfocar la noticia que había recibido: que los dueños de la librería y papelería ‘La Flor de Chamberí’, que llevaba abierta desde 1985, se iban a jubilar. «Es que nos conocimos a través de un amigo y al final nos hicimos amigos. Y cuando decidieron jubilarse, estaban buscando a ver alguien quería el negocio. Y dije: si sigo con eso, sigo con Tintín», cuenta Antoniu en la tienda todavía con ese nombre ubicada en la calle Donoso Cortés, 20. Entonces, en septiembre de 2021 reabrió la tienda pero ya enfocada en la venta de todos los artículos oficiales relacionados con el reportero belga. Y es que, según Antoniu, los antiguos dueños de la Flor de Chamberí fueron de los primeros comercios en empezar a vender los cómics ‘Las aventuras de Tintín’ en la capital. Su foco no era tanto un sueño sino una decisión: no había ninguna tienda en la capital reservada únicamente a Tintín. «Hay una en Barcelona y luego hay tiendas de cómics que tienen un poquito de todo, pero una tienda dedicada exclusivamente a Tintín, no. Y eso es lo que tiene de especial la tienda», dice Antoniu, que hoy dirige la empresa junto a su hijo Toni Pogan, de 24 años.

Antoniu Pogan era técnico de gas natural en Rumanía, donde nació hace 49 años, pero él tenía en la cabeza «salir de allí», a pesar de tener un «sueldo guapo». Llegó a Madrid en 2004 y hasta que comenzó con el negocio se dedicó a trabajar en una tienda de pinturas y materiales. Antoniu había leído antes a Tintín, «pero como a cualquiera, que le gusta, lo lee, lo ve, tiene alguna figurita». Lo mismo le ocurrió a su hijo Toni, que se incorporó a la tienda en 2022, cuando terminó sus estudios de Administración y Dirección de Empresas en su país natal. Cuando Toni estaba en la universidad, no sabía de qué iba a trabajar, y muchos menos pensó que iba a acabar al frente de una tienda de artículos sobre Tintín. De hecho, aunque visitaba a su padre desde 2005 todos los veranos, no sabía nada de español. Hoy ya lo habla con fluidez y timidez, pero según su padre «ya puede estar al mando del buque». Ese bagaje académico le ha servido para el desarrollo de su trabajo. «A veces me llaman y me dicen si quiere que su trabajador que haga un curso. Yo tengo un trabajador que está muy cualificado», cuenta con orgullo su padre.

La afición de los dos ha ido creciendo al estar en contacto con los pedidos. «Es que estás aquí, te llegan cosas nuevas y al final te las llevas», dice Antoniu entre risas, que lleva echándole el ojo un tiempo a una figura del coche azul claro de Tintín que está expuesta. Ellos dos son los primeros compradores.

Por eso, el escaparate de La Flor de Chamberí es sagrado. Un cartelito avisa al curioso: lo que está aquí no está en venta. Aunque tienen en la estantería del salón de su casa las figuritas y demás objetos que han coleccionado, lo más valioso está allí a la vista de la gente, como un busto de Tintín del que hay muy pocos ejemplares en el mundo. Es también de lo que trata el negocio del coleccionismo, como coinciden los dos: es tener lo que tienen otros, y si lo tienen otros, cuantos menos mejor.

Antoniu y Toni cuentan que se vende más en la tienda física: la gente quiere tocar, mirar.« Lo que pasa es que para los que no viven en Madrid es difícil. O compran en Barcelona o aquí o en alguna librería por encargo. Vas a una tienda de cómics y a lo mejor te lo consiguen. Pero nosotros lo tenemos siempre», narra Antoniu que pone el ejemplo de personas que han venido de Valencia a Madrid solo para ver la tienda y comprar. Además, afirman que también mucho turista extanjero, aparte de algún viandante que le llama la atención la fachada. Pero desde que empezaron también tienen venta por internet.

El exterior de 'La Flor de Chamberí', la tienda especializada en Tintín que hasta el año 2021 era una librería.
El exterior de 'La Flor de Chamberí', la tienda especializada en Tintín que hasta el año 2021 era una librería. Jesús G. FeriaFotógrafos

Un detalle que cuenta Antoniu es que no han cambiado nombre: sigue siendo La Flor de Chamberí. Antoniu ha querido respetar la memoria de quienes empezaron el negocio: «Si eso lleva aquí desde 1985 con este nombre, cambiarlo es como hacerlo desaparecer del mapa. Ha cerrado, ya no existe. Y fue de las primeras tiendas que empezó a vender Tintín».

Una figura de Tintín y su perro Milú.
Una figura de Tintín y su perro Milú. Jesús G. FeriaFotógrafos

Los colores blancos y rojos dominan el interior de la tienda, en cuyos muebles que guardan productos hasta los tiradores de los cajones tienen grabados de los personajes de Tintín. Venden todo tipo de cosas: puzzles, láminas, pósteres, tazas, agendas, calendarios, peluches, figuritas. La Flor de Chamberí es una tienda independiente, pero autorizada. «Todo lo que tenemos son productos oficiales que vienen de Bélgica», señala Antoniu. Estas piezas van desde el euro y medio hasta los 3.000, precio de un cohete de unos ciento cincuenta centímetros de altura. Sin embargo, lo que más se suele vender, son las figuritas de los personajes de los cómics que rondan los treinta euros.

Disponen de un pequeño almacén en otra localización para almacenar producto, pues consideran que no pueden vender nada que no tienen.

Los aficionados piden hasta donde su imaginación les deja. «Hay muchísimas demanda de cosas que no existen: bolis, cintas para colgar la identificación», dice Antoniu. Y añade Toni: esas cosas las hay… pero no oficial. De aliexpress». Y es que eso, según lamentan, es «un problema». «Muchos compran la camiseta en aliexpress y las revenden en madrid aquí a 25 euros. Lo que pasa es que te compras una de 25 euros, la lavas dos veces, la tiras y luego vienes aquí por una de verdad. Y la diferencia no es tanta, son 10 euros», afirma Antoniu, que ya planea visitar con su hijo el ‘Museo Hergé’ ubicado en Bruselas.

‘Las aventuras de Tintín’ en cómic, que según la sensación de Antoniu este año han aumentado en ventas, también han estado en los últimos tiempos en el debate: por las representaciones racistas que se dan por ejemplo en ‘Tintín en el Congo’, publicado en 1931, cuando la hoy República Democrática del Congo todavía era una colonia de Bélgica. Según cuenta Antoniu, «algún cliente le extrañaba y decían, ¿pero tenéis ‘Tintín en el Congo’ Es que hay países donde no lo venden». Pero «es como todo», reflexiona Antoniu. «Hace 80 años las cosas se hacían y estaban bien hechas porque eran los tiempos. Ahora lo vemos que está mal, pero ¿qué vamos a hacer? ¿destruir todos los libros de Historia para no ver lo que se ha hecho?». Y añade: «Y dentro de 100 años va a pasar lo mismo. Pero, ¿esos bárbaros qué hacían? Claro. Pero esos bárbaros han vivido en su día y han hecho eso. Y ahora tú, si eres más listo, pues lee y no hagas lo que ellos han hecho».