La semana

Lobato acata el silencio de Ferraz y pierde la ocasión de confrontar con Ayuso en el Senado

La única respuesta fue la del socialista Juan Espadas y privó a los madrileños de conocer su opinión sobre las intenciones de Sánchez con la amnistía

Juan Lobato (Psoe) durante la segunda jornada del debate de investidura de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, este jueves en la Asamblea de Madrid. . © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 22 06 2023
Juan Lobato (PSOE), en la Asamblea de Madrid Alberto R. RoldánFotógrafos

Tenía esta semana Juan Lobato la oportunidad de ganar foco nacional como senador y prefirió quedarse a la sombra de Ayuso en la Asamblea madrileña. El socialista se estrenó este curso político en su tiple condición de secretario general del PSOE en Madrid, portavoz del Grupo parlamentario y senador, tres cargos que levantaron recelos en su formación. Algunos vieron en el triplete un inconveniente por el tiempo que podía restarle para hacer oposición a Isabel Díaz Ayuso. Él, al contrario, defendió su posición en el Senado como un trampolín para confrontar con la presidenta de la Comunidad desde la atalaya nacional. El jueves, hizo mutis por el foro a cuenta de la comisión de amnistía en la Cámara Alta. Siguiendo las directrices de Ferraz, no se pronunció sobre la futura Ley y el precio que estaría dispuesto a pagar el presidente del Gobierno en funciones. Y eso que una de las que habló fue Ayuso.

El socialista acató las instrucciones de su partido para que la respuesta a la iniciativa del PP en el Senado fuera sólo la del líder del partido en Andalucía, Juan Espadas, y se conformó con otra bronca de alto voltaje en la Cámara madrileña. El secretario general del PSM cedió ante Ferraz privando a los madrileños de la oportunidad de conocer qué piensa de las pretendidas intenciones de Pedro Sánchez sobre la amnistía y un posible acuerdo económico con Cataluña que, según los populares, perjudicaría a Madrid, una cuestión que ha tratado de evitar de manera contradictoria. Por un lado, apelando a sus competencias en la Cámara madrileña («hay que hablar de lo que importa a los madrileños»). Por otro, justificando su designación como senador para obtener perfil nacional a costa de Ayuso: «Estaré esperándola en el Senado para que hablemos usted y yo», como le espetó a la popular al inicio del curso político. Ni una cosa, ni otra. El control al Gobierno de la Comunidad de Madrid es la plataforma habitual de Mónica García en la izquierda por sus exabruptos contra el PP. Lobato intentaba frenar la proyección de la de Más Madrid a cuenta de su condición de senador, pero calló delante de la presidenta cuando ésta se preguntó de forma retórica «¿Cuánto dura una nación que se deja traicionar, que niega sus leyes, sus instituciones y a los que se jugaron la vida por ellas?».

El veto de Ferraz a opiniones no unánimes sobre la amnistía no facilita el objetivo de Lobato por marcar perfil propio. La ausencia de miembros del Gobierno y la sordina impuesta en la Comisión General de las Comunidades Autónomas fue criticada duramente por la dirigente popular, que achacó a jefe del Ejecutivo en funciones que «necesita silencio, negociar a escondidas, sin debate público». Ayuso cargó contra Sánchez esta semana, una vez más, y el socialista madrileño la escuchó impávido. Horas antes intervino en el Pleno de la Asamblea para desacreditar la visita de ésta a Nueva York y la líder de Más Madrid acaparó los titulares por sus habituales descalificaciones.

Ayuso se trasladó a la Gran Manzana para atraer inversión extranjera y regresó con un acuerdo con la tecnológica IBM para avanzar en la producción de microchips. La presidenta anunció en Nueva York que la deducción del 20 por ciento en el IRPF para inversores procedentes del extranjero entrará en vigor a partir 2024, una iniciativa que en la campaña de las autonómicas se comprometió a aprobar antes del final de este año. La medida forma parte del paquete fiscal del PP para continuar atrayendo inversión extranjera y generar actividad económica. Tras 20 años bajando impuestos en la región, los populares quieren hacer bandera de la defensa de su autonomía fiscal y financiera, una baza más para la confrontación con el Gobierno y sus políticas «confiscatorias».

La confirmación de los plazos para la deducción se produjo la semana antes de conocer el resultado del debate del Constitucional sobre el recurso de Ayuso al impuesto a las grandes fortunas. El Pleno del Tribunal, de mayoría progresista, discutirá un borrador de sentencia que concluye que el recurso de la Comunidad de Madrid debe ser desestimado, según desveló este periódico. El Ejecutivo regional esgrimió que el impuesto del Gobierno invade las competencias fiscales de las comunidades autónomas como el Impuesto de Patrimonio, bonificado en la región desde 2008, y desincentiva el ahorro y la inversión. Cuestiona también la constitucionalidad de los efectos retroactivos del impuesto, que pretende, según la dirigente, «hacer daño a Madrid» y que desembocará en «el perjuicio tan grande a la credibilidad de España, que espanta a los inversores». Precisamente para captar inversiones, viajó esta semana a Nueva York, una cita criticada por García y Lobato. El socialista le espetó que «no puede justificar un viaje de cuatro días en Nueva York por una reunión de una hora» para anunciar «una posible colaboración». Ayuso respondió: «No se preocupen tanto por el gasto público porque ya para arruinar a los españoles están ustedes y sus gobiernos». Después se marchó al Senado para criticar las consecuencias de la posible Ley de amnistía de Sánchez. Lobato cogió el mismo camino, pero acató la ley del silencio de su partido.