La Crónica semanal

Lobato enfila la senda de la «pomadita» y Ayuso baja decibelios

La presidenta madrileña apenas ha parado los aldabonazos del ministro Puente. En su entorno aventuran que más pronto que tarde remodelará su Ejecutivo

MADRID.-AM.-Lobato exige a Pache que pida disculpas por atacar a un diputado al que "ni se tomó declaración" ni hubo "acusación"
MADRID.-AM.-Lobato exige a Pache que pida disculpas por atacar a un diputado al que "ni se tomó declaración" ni hubo "acusación"Europa Press

Juan Lobato se ha aliado con Óscar Puente en la crisis de Cercanías y esta semana ha retomado la defensa de la gestión del Gobierno. El secretario general de los socialistas madrileños llevó a la Asamblea una pregunta sobre la situación del transporte en la región para atizar a Ayuso en mitad de la tensión por los últimos incidentes en las estaciones madrileñas. La semana en la que se confirman más de 700 incidencias en 2023, Lobato enfila el camino de la «pomadita». El líder del PSOE en Madrid ya actuó de portavoz del ministro de Transportes al asegurar que éste nunca habló de boicot en los descarrilamientos como se deslizó, alimentando la teoría de la intervención de la presidenta.

Esta semana, Lobato ha repetido los argumentos del ministro en una evidente alineación con el Gobierno para desviar la atención de sus trenes en Madrid. De paso, se posiciona en la confrontación con Ayuso ahora que un nuevo ministro se suma al choque con ella. Al secretario de los socialistas madrileños le salen competidores de debajo de las piedras para tratar de copar titulares a costa de la popular. No parece dispuesto a que su papel de oposición se desdibuje. Sin Mónica García en la Cámara madrileña, aunque confrontando con Ayuso desde Sanidad, y con Podemos desintegrado en la región, el socialista cincela su perfil para llegar, al menos, al podio de la oposición que ahora ocupa Más Madrid.

El ministro de Transportes le pide al PP que se aplique «pomadita» para curar las heridas por la investidura fallida de Feijoo y Lobato acusa a la presidenta de «tener la cara de cemento armado» porque «se rompa una aguja de una vía de tren» y lo achaque a «un ataque de Pedro Sánchez a Madrid». Su reduccionista respuesta choca con los escasos argumentos del Gobierno de Ayuso, que a lo largo de la semana apenas ha parado los aldabonazos del ministro. Puente cargó contra la presidenta, recriminándole los derribos en San Fernando de Henares consecuencia de las obras de Metro, y ninguneó al consejero de Transportes aceptando una reunión para tratar sobre Cercanías, pero con Ayuso.

El líder socialista volvió a hacer de portavoz de Puente utilizando sus acusaciones para derivar el foco de los descarrilamientos. Acusó a la popular de criticar a Pedro Sánchez con Cercanías y desentenderse de los vecinos afectados por «una línea de Metro sin informes, con prisas electorales y que está hundiendo cientos de casas», en referencia a las obras que se llevaron a cabo en la etapa de Esperanza Aguirre y que la ex presidenta reconoció en Cuatro, en un claro gesto de apoyo a la líder popular. Sin citarla, Ayuso quiso dejar claro que ese proyecto era de su antecesora y que ella se ocupa de ayudar a los afectados «todo lo que me permite el máximo legal». La declaración no fue gratuita, teniendo en cuenta que desde que empezó la legislatura apenas se conocen explicaciones de su Gabinete sobre las ayudas. Es Ayuso la que defiende habitualmente la gestión para con los vecinos.

La presidenta inauguró la legislatura con un Ejecutivo de «técnicos» curtidos en la gestión, pero con una corta experiencia política que se está dejando notar en el debate. Ayuso es la bestia negra de Moncloa y de Ferraz y en su Gabinete apenas se escuchan ecos de la acción de gobierno.La gestión tiene escaso retorno en el discurso nacional y es la presidenta quien mantiene la tensión no sólo en la confrontación ideológica.

En el entorno de la dirigente aventuran que, más pronto que tarde, remodelará su Ejecutivo para incluir perfiles más políticos. Constatada la permanencia del PP en la oposición y, por tanto, la ausencia de fichajes en el caladero madrileño para un Gobierno de Feijoo, la popular afrontaría una legislatura con nombres más potentes para bregar con el Gobierno y sus ataques.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, tendrá que hacer mínimos cambios en su Gabinete para sustituir a Matilde García Duarte, la todoterreno coordinadora general y mano derecha desde que comenzó su carrera en el Ayuntamiento.

La colaboradora de Almeida tenía pensado dejar la alcaldía desde el pasado verano, afirman en Cibeles para restar importancia a la coincidencia con la salida o cambios de destino de más personas del entorno del alcalde en los últimos meses.

Esta semana, Almeida ha acusado a Óscar Puente de estar instalado en el «macarrismo político» tras bloquear en redes sociales a concejales, cargos del PP y al propio alcalde, mientras Ayuso adoptaba un tono más institucional, instando al ministro a sentarse a hablar «como adultos» para buscar soluciones. Su ofrecimiento se produjo antes de la nueva incidencia de ayer en el túnel entre Recoletos y Atocha que provocó otra vez retrasos y considerables perjuicios a los madrileños. En dos años, el caos en Cercanías de Madrid se traduce en 1.500 incidencias, según datos de la Comunidad, que cifra en 819 millones de euros de un total de 5.000 el gasto ejecutado del Plan de Cercanías. Mientras, Iberia inauguraba el vuelo IB6701, que despegó esta semana desde Madrid hacia Doha. La nueva ruta se incluye en la estrategia de impulso de la capital como destino, que promocionan Comunidad, Ayuntamiento e Ifema junto con empresas y asociaciones. La nueva línea contribuirá a la apuesta por convertir a Madrid en la puerta de Asia a España y al resto de Europa y se sitúa en la nueva era de la conectividad aérea y el turismo de negocios, alejado de añejos modelos.

La rana gigante de Colón ya no atrae turistas. Los tribunales han decidido que abandone el Paseo de Recoletos, dando la razón al Ayuntamiento, que denunció la instalación en el espacio público de casi cuatro metros. Al Casino, la ocupación le ha salido rana.