
Salud pública
Madrid "ataca" a la mosca negra en el Manzanares
El ámbito de actuación abarca todo el recorrido del río a lo largo del término municipal, desde Fuencarral-El Pardo hasta su límite en Villaverde y Villa de Vallecas

Una cita que se repite cada primavera. El Ayuntamiento de Madrid ha reforzado un año más su campaña para controlar la presencia de la mosca negra en el río Manzanares, una intervención que se desarrolla entre mayo y octubre con una inversión anual de 2,5 millones de euros y que en 2024 ha registrado un incremento del 40% en el número de muestreos realizados (209).
El objetivo de la campaña, puesta en marcha en 2019, es reducir la presencia de este insecto que, aunque se considera un "bioindicador de la buena calidad del agua", puede causar molestias importantes a quienes transitan por este entorno.
La mosca negra (Simuliidae) es un pequeño insecto de entre 3 y 5 milímetros de longitud, cuyo ciclo de vida está íntimamente ligado a los cursos de agua limpia y oxigenada. Su presencia es habitual en entornos naturales bien conservados, ya que sus larvas requieren aguas con buena calidad ambiental, abundante oxigenación y vegetación acuática.
La intervención contempla tratamientos larvicidas biológicos específicos, combinados con labores de desbroce de vegetación acuática en zonas clave del cauce. Este enfoque ha permitido reducir la presencia de la mosca negra en un 86% en 2024, según los datos aportados por el Ayuntamiento en una nota de prensa.
El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha visitado este lunes el entorno de la presa número nueve del Manzanares para supervisar las labores.
"Esta campaña que hacemos todos los años, de mayo a octubre, para evitar la presencia de la mosca negra en la ribera del río Manzanares, actúa a lo largo de los 30 kilómetros que discurren por el término municipal de Madrid, de los cuales 10 son tramo urbano. Los resultados son muy positivos, hemos evitado la proliferación del insecto y, por tanto, las molestias y los eventuales problemas de salud que pudiera provocar su mordedura", ha destacado en declaraciones a los medios.
El control se realiza en puntos clave como El Pardo, el Club de Campo, la Playa de Madrid o la zona de la Caja Mágica. Las actuaciones incluyen doble revisión del cauce antes y después de cada tratamiento, aplicando un biocida biológico -basado en el microorganismo 'Bacillus thuringiensis var. israelensis'-, que actúa únicamente sobre larvas de dípteros, sin dañar otras formas de vida acuática.
Según ha informado el Consistorio, este producto se aplica mediante pulverización directa sobre la lámina de agua. La acción larvicida impide que las larvas evolucionen a pupas y, posteriormente, a insectos adultos, interrumpiendo así el ciclo vital de la mosca negra.
"El proyecto de renaturalización del río ha mejorado la salud del cauce. La presencia controlada de mosca negra es un indicio de buena calidad del agua, pero también provoca molestias que tratamos de mitigar", ha explicado Carabante.
Salud pública
El trabajo de campo en este entorno incluye una recogida de muestras y análisis en laboratorio para identificar las especies presentes, según ha trasladado a los medios el veterinario y responsable del control de vectores de Madrid-Salud, José María Cámaras.
"Hay diversas especies de mosca negra, y no todas causan problemas. Nosotros estudiamos la comunidad de insectos del río, cómo compiten, qué impacto pueden tener en la salud pública. No se trata solo de contar larvas, sino de entender el ecosistema", ha explicado.
Sobre las picaduras, advierte que no son comparables a las de un mosquito común y que esta especie muerde al ser humano "no para alimentarse, sino para desarrollar huevos". "La mosca negra no pica, muerde. Inyecta un anestésico que evita que la persona lo note al momento, pero puede causar reacciones cutáneas muy fuertes. Algunas personas llegan a requerir atención médica", ha advertido.
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