Madrid
Niños y abuelos, unidos también en casos de emergencia
Samur-PC imparte un programa de primeros auxilios a niños de Primaria y a sus familiares mayores de 65 años
Por un lado, está la finalidad más básica: cómo actuar en una emergencia, así como saber realizar correctamente una serie de maniobras elementales de primeros auxilios. Sin embargo, hay otro objetivo que, en este caso, cobra incluso más protagonismo: crear un espacio intergeneracional en el que los niños destierren tópicos sobre la vejez que identifican a las mayores con una serie de rasgos negativos, como la pasividad, el deterioro físico y el desvalimiento.
Así, el colegio Capitán Cortés, en el distrito de Carabanchel, fue escenario esta semana del programa Alerta, Valora y Actúa, impartido por Samur Protección Civil, dependiente del Área de Vicealcaldía, Seguridad y Emergencias liderado por Inma Sanz. A lo largo de una sesión de 60 minutos, desglosados en 30 minutos de teoría y otra media hora de prácticas con maniquíes, los alumnos, de nueve años y actualmente cursando 4º de Primaria, han compartido con sus abuelos una formación siempre indispensable.
«¿Qué es envejecer?», preguntaba uno de los formadores de Samur. «Te duelen las piernas, ya no tenemos la energía que teníamos antes... ¿pero eso significa que ya no seamos útiles a la sociedad?», pregunta, mientras que los niños levantan la mano, deseosos de contestar.
Ya metidos en faena, llegaba el momento de explicar a los alumnos cómo actuar en caso de encontrarnos a alguien inconsciente. El operario del Samur mostraba todos los escenarios posibles. Por ejemplo, en el caso de que la persona esté boca arriba y sea necesario darle la vuelta, hay que extender uno de sus brazos hacia arriba y de forma paralela al cuerpo, mientras que la otra mano debemos situarla en la barbilla «para que haga las veces de almohadilla». «Esto es lo que se llama posición lateral de seguridad. Lo importante, y de lo que os tenéis que acordar, es que a una persona inconsciente que respira hay que ponerla de lado», añade.
Al ritmo de Bob Esponja
«Está tan metido en el papel que hasta ha cerrado los ojos», dice el formador a uno de los chicos, totalmente entregado a que su abuela le aplique la maniobra que acaban de aprender. El resultado se salda con una sonora ovación por parte de toda el aula.
A la hora practicar las maniobras de reanimación, es el turno de los maniquíes. ¿Cuál es la frecuencia de los golpes que hay que dar en el pecho para recuperar la frecuencia cardiopulmonar del herido? En Samur enseñan a los pequeños un «truco» que difícilmente podrán olvidar. «Él vive en la piña debajo del mar, Bob Esponja, su cuerpo amarillo absorbe sin mas, Bob Esponja». El ritmo de una canción que conocen al dedillo resulta el adecuado.
Como explica Paloma Rey, jefa de la Unidad de Normativas de Calidad de Samur-PC, esta iniciativa se enmarca dentro de la pertenencia de la capital al grupo de Ciudades Amigables con las personas mayores. «El objetivo último es fomentar la cultura del respeto entre los más pequeños, y concienciarles de la importancia de los mayores en la sociedad. Los niños han tenido una gran participación, y los abuelos también», afirma Rey. «Es un intercambio de experiencia y conocimientos. Y de paso, aprenden unas nociones mínimas de los pasos que tienen que dar a la hora de salvar una vida».
«Es una experiencia muy bonita. Aquí vivimos una situación que le puede pasar a cualquiera y que debemos saber cómo actuar para ayudar a la gente», afirma Ramón, uno de los mayores presentes en el Capitán Cortes. «Ahora se lo tengo que enseñar a mi padre y a mi madre», decía su nieto.
«Hemos aprendido cosas que no sabíamos, además de pasar un rato con mi nieto», afirmaba otra de las mayores del colegio. Los niños ya sabían que sus abuelos eran imprescindibles. Pero ahora, son conscientes de que, incluso, pueden llegar a salvarles la vida.
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