Escena final
Vencedora o vencida: la voz femenina en tiempos de #MeToo llega al teatro
Luna Miguel ha escrito, dirige y protagoniza «Ternura y derrota», diálogos contemporáneos a partir de «Numancia»
La historia de nuestros clásicos es también la de su reescritura textual y escénica. La práctica de la adaptación o de la versión es parte sustancial de la configuración de nuestro legado clásico, que debe ser custodiado y compartido desde nuestro presente, pero también observado como sustrato vivo, capaz de generar nuevos materiales, miradas y reescrituras. No son meras versiones o adaptaciones, sino nuevas piezas que dialogan desde la contemporaneidad con nuestros clásicos, pequeñas piezas ideadas para convivir durante unos días con sus «hermanas mayores», tomando a éstas como punto de partida. Partiendo de esta premisa, la CNTC iniciaba un ciclo donde diversos creadores son invitados a participar desde fórmulas tan diversas como la auto-ficción, la reescritura o una conferencia-performática. En este caso, el turno es la para la poeta Luna Miguel, que ha escrito «Ternura y derrota», diálogos contemporáneos a partir de «Numancia», que se representa estos días en el Teatro de la Comedia y con la que convivirá durante algunas representaciones.
Dónde Teatro de la Comedia. Cuándo hasta el 19 de diciembre. Cuánto 25 euros
Además de haber escrito el texto, Luna Miguel también la dirige y la protagoniza. Con un monólogo que algunas veces peca de «autoficción egoísta» y otras de largo poema improvisado, la poeta se pregunta cuánto de vencida y cuánto de vencedora tendrá su voz femenina en tiempos en los que el feminismo libra una de sus más grandes guerras. Cercada, cada vez más maniatada y oprimida, Luna Miguel se pregunta por el sentido real de la libertad, por la importancia de los cuidados durante la batalla, y también por la erótica de quien se sabe derrotada y, aun así, disfruta de su dolor, pues quizá ese pesar sea lo único que le queda. «Cuando releí una vez más las páginas de Miguel de Cervantes decidí entregarme a la conversación sobre uno de los grandes temas que a mi juicio plantea su obra: el amor, o su ausencia, o tal vez su deseo, o quién sabe si su imposibilidad. No debería ser raro introducir la palabra amor entre vencedor y vencido y más en la versión de “Numancia” de Ana Zamora y Nao d’amores, que como ella mismo declaró, ha querido centrarse en la intimidad de los personajes, no tanto en el conflicto bélico como en la intimidad de sus protagonistas y esto entra en muy buena comunicación con “Ternura y derrota”», explica Luna Miguel.
«Creo que dentro del amor, nada es incompatible –resalta–, incluida la violencia que puede resultarnos gustosa y deseosa dentro de él, los juegos físicos violentos dentro de una historia o de una intimidad. Precisamente es a través del estudio de ese dolor, de esa sumisión y humillación propia, cómo el personaje de Ternura, la protagonista que está contando la historia, es capaz de saber dónde está, qué quiere, qué desea o de no saberlo incluso». Ternura es una chica sumisa y paciente, «una mujer, que no sabemos a qué época pertenece hasta que habla del Hashtag #MeToo y quizá podemos ya encuadrarla, aunque el #MeToo sea una idea global, podría ser una mujer del siglo XXI o todo lo contrario y es una mujer que básicamente está en su cuarto desde donde escribe, en ese espacio diminuto donde solo se siente refugiada y que ella misma va cercando, con piedras, flores, trozos de tela o textos de otros autores y, al final, descubre que es precisamente ese lugar incómodo, pequeño, diminuto y oscuro, el que le ha dado la posibilidad de reflexionar sobre si quiere o no salir de ese cerco al que ella misma se ha condenado y al que, además, la han condenado a estar históricamente», concluye.
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