En busca de las 20 elegidas que bailarán al ritmo de Raffaella Carrà en la Gran Vía

Muchos nervios, saltos de celebración y alguna que otra lágrima. Eso se pudo respirar ayer en el Cine Capitol, cuando una larga cola de bailarinas esperaba para hacer el casting del futuro musical que reinará la Gran Vía: «Bailo Bailo». Dirigida por Federico Bellone, la obra sigue las líneas de la película «Explota explota» (2020). Se trata de la historia de una joven llamada María que toma las riendas de su vida y, gracias a su valentía y determinación, consigue de alguna manera cambiar la España de los años 70, sin rendirse jamás. Todo ello acompañado por la música de Raffaella Carrà. Uno de sus amigos más cercanos, el coreógrafo Sergio Japino, apadrina este musical y muestra su apoyo desde el comienzo. También han participado importantes productoras italianas, españolas y holandesas, entre las que se incluyen Tornasol Sl, Sunset Ent Sl, Mas Srl y Dreamcatcher Bv.

Las jóvenes llevaban desde bien temprano esperando la apertura de puertas. Mientras estiraban, la encargada de danza, Gillian Bruce, daba las instrucciones: En 10 minutos tenían que seguir una corografía repartida en ocho tiempos, que les daría paso –o no–a formar parte de uno de los musicales más esperados del año. Solo 20 candidatas serían las seleccionadas. Los requisitos pasaban por cumplir la mayoría de edad, tener formación en danza clásica y jazz, medir más de 1,65 y tener unas condiciones físicas atléticas. «Bailo Bailo cuenta una historia de libertad, talento y belleza, y eso es lo que buscamos transmitir a través de estás profesionales», pronunció Gillian.

Por su parte, el director cuenta a LA RAZÓN que el musical nace de una película postpandemia, con muchas ganas de recargar energías y aportar aire fresco. «Cuando la productora supo de la idea le encantó. Se dio cuenta que era algo muy especial y una oportunidad única. No solo sorprenderán la iluminación, escenografía o música, sino también la historia», explica Federico. La protagonista se enfrenta a una lucha interna por ser ella misma, sus valores y deseos entran en contradicción en la difícil búsqueda de encontrarse. Dejándose llevar por sus instintos, cambiará nada menos que todo un país: la España de los años setenta. «Sucede una guerra personal y colectiva por algo mejor, una visión de futuro, una esperanza. No es una biografía de Raffaella Carrà, pero ella es el espíritu y el alma que se escucha en cada canción», añade el director. Federico también está presente en el momento del casting de bailarinas y bailarines (estos por la tarde) y es él quien se encarga de pronunciar el número de quienes han sido seleccionados: «Es muy difícil, hay mucha competencia y gente muy preparada. Por desgracia solo nos podemos quedar con 20, y hoy, el mismo día tenemos que dar los resultados. Entendemos la presión y decir que no es complicado».

«Trabajo a tiempo completo»

Valeria Azerton, productora de musical, estuvo presente en todo el proceso de elección de bailarinas. Ha trasladado a LA RAZÓN que se trata del proyecto más especial y único de su vida, donde pondrá todas sus energías, cuerpo y alma: «Para mí, es algo tan increíble que mi horario de trabajo es de 24 horas. Son tiempos de no parar y entregarse al máximo». Ella, que es de sangre italiana, siente que tiene una enorme responsabilidad al asumir este papel, pues Raffaella forma parte de la memoria colectiva de la historia. «Es un icono y todos tenemos que estar a la altura. No era necesario que enfocáramos el musical desde el punto de vista biográfico, sino algo mucho más complicado, que es transmitir el espíritu. Toda la historia de la protagonista, María, nace, se desarrolla y atrapa al espectador porque la música y las vibraciones de la cantante están presentes durante todo el musical», indica Valeria emocionada.

El reto no es nada fácil, la productora se ha mudado a Madrid, ciudad que reconoce amar y donde le espera un verano de mucho calor y trabajo. Según Azerton: «De 90 minutos de musical, 70 serán de canciones, la música es el alma conductora de la representación, por eso es importante que llegue a lo más profundo de los espectadores y sea una experiencia única». Por otro lado, la productora, basándose en su trayectoria, confirma que en los castings predomina la presencia femenina: «Normalmente es un trabajo más demandado por mujeres», señala. El día de ayer, cerca de 300 chicas, principalmente de España, pero también de otros países como Italia, se presentaron en la Gran Vía para mostrar lo mejor de sí mismas: «Ser jurado es una parte que no me gusta. Es muy duro tener que decir que no a personas tan preparadas y que ponen tanto empeño e ilusión en el proyecto que más confío. Aunque es imposible quedarnos con todas, nunca dejo de aprender con tanto talento», concluye.