Precios
Preocupación en la Universidad Complutense por la factura energética
Ha pasado de desembolsar ocho millones a un total de 30 y tiene un sobrecoste de 15 millones
El rector de la Universidad Complutense de Madrid ha mostrado su preocupación por el impacto de los costes energéticos en las universidades públicas madrileñas. «Hasta ahora estábamos en un consorcio, en el que también se encuentran universidades catalanas y teníamos una buena negociación con los proveedores de servicios de energía. Pagábamos ocho millones de euros anuales. Sin embargo, en diciembre de 2023, terminó el acuerdo y hemos tenido que renegociar con los precios actuales y, aunque sale más beneficioso que ir a mercado, hemos pasado de gastar unos ocho millones de euros a 30», lamenta Goyache.
El problema radica en que la Comunidad de Madrid compensa a la universidad con siete millones de euros más (25 millones a repartir entre todas las pública madrileñas) para hacer frente a la factura energética, una cantidad que el rector considera insuficiente ya que, en estos momentos, la institución tiene 15 millones más de sobrecoste en el precio de la energía.
«Estamos muy preocupados por esto porque ¿cómo afrontamos la situación? Pues a base de recortes de mil sitios, como en investigación, en becas de estudiantes... Si la Comunidad de Madrid se hace cargo del sobrecoste de la energía en los colegios o en los hospitales públicos, también debería hacerlo en las universidades públicas, pero solo nos compensa un poquito», remarca el rector.
Goyache asegura que la Comunidad de Madrid «solo cubre el 80% de las nóminas y el resto lo compensamos a base de los precios públicos que pagan los estudiantes y por otros ingresos, como el alquiler de espacios. Al final usamos el dinero de las matrículas, que deberíamos dedicar a más becas y a investigación, a pagar el sobrecoste de energía».
En su opinión, todas las universidades públicas españolas están infrafinanciadas. Es más, considera que «estamos haciendo mucho más con mucho menos en relación con las universidades de nuestro entorno, como las americanas, o las europeas. Competimos con un tercio menos de presupuesto que con nuestras pares en Europa», lamenta.
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