
Tráfico
¿Por qué en Madrid siempre hay atascos? Esto es lo que dicen los expertos en urbanismo
Muchos trabajadores declaran sentirse frustrados o agotados antes de empezar su jornada por culpa del tráfico

Desde este verano, Madrid atraviesa un momento de obras urbanas muy intenso. Grandes proyectos de remodelación, cortes de vías, cierres parciales de Metro y obras en los accesos y principales avenidas han alterado el tráfico diario en la capital. Trayectos que antes se hacían con cierta fluidez ahora implican desvíos, mayores tiempos y molestias casi inevitables. Este cúmulo de intervenciones, han transformado la movilidad madrileña, cambiando no solo el mapa vial, sino también cómo los conductores planificaban sus desplazamientos.
Sin embargo, ante la inminente situación, varios expertos en urbanismo y movilidad advierten que esto no es casual, sino que forma parte de un proceso de transformación para adaptarla a las exigencias, tanto ambientales, tecnológicas como sociales del siglo XXI. Pero, como muchas cosas, esto conlleva unos costes y no solo económicos, sino también congestión en las carreteras, retrasos y sobre todo mucho caos cada día.
"Tantas intervenciones complica la movilidad"
Los urbanistas Mateus Porto y José María Ezquiaga han señalado que una de las principales causas de los atascos actuales en Madrid es que muchas obras relevantes coinciden en espacio y tiempo. El soterramiento de la A-5, los trabajos en la Castellana, la remodelación de Conde de Casal y ciertos cierres parciales de Metro, complican mucho a los ciudadanos elegir otras alternativas. Aunque son necesarias, Ezquiaga subraya que "el desarrollo simultáneo de tantas intervenciones complica la movilidad diaria de miles de personas. Lo ideal sería una planificación más escalonada y una mayor coordinación entre administraciones".
Por su parte, Porto completa esta visión afirmando que las alternativas planteadas, no son suficiente para la cantidad de obras propuestas en la capital. Por tanto, ambos expertos coinciden en que la simultaneidad no sólo causa más atascos, sino que también hace que cada intervención individual tenga un impacto mucho mayor. Sin embargo, dejan claro que "a medio plazo, mejorarán la calidad de vida urbana".
Un nuevo sistema de movilidad y medidas ambiciosas
Además de las obras, los expertos argumentan que el problema de fondo es estructural: el modelo vigente de movilidad, centrado en gran parte en el coche privado, no está preparado para los retos actuales de densidad, contaminación, cambio climático y exigencias sociales. "El modelo urbano del siglo XX ya no funciona. Necesitamos una estructura pensada para las personas, no solo para los coches", explica Mateus Porto.
Además, añade que aunque se han impulsado políticas al respecto, como las ZBE o la renovación del transporte público, son insuficientes si se acompañan a un rediseño integral que aspira a mejorar la conexión entre barrios o mejores alternativas al coche privado. Por eso, Ezquiaga subraya que "en este tipo de obras sería muy recomendable que a pesar del coste que tendría, se hiciera el esfuerzo de casi trabajar 24 horas para resolverlo lo más rápido posible". Aun así, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento trabajan con unos periodos de tiempo marcados y que, suelen cumplir las expectativas.
Impactos sociales y económicos
Los atascos no son solo una molestia visible: tienen efectos reales y cuantificables en la economía, la productividad y la calidad de vida de los ciudadanos. Según el análisis "atascos y contaminación en grandes ciudades", las pérdidas se acumulan tanto en tiempo como en costos derivados de emisiones, contaminación y desgaste del vehículo. En el caso de Madrid, esas pérdidas se sienten directamente en el bolsillo de la ciudad, de las empresas y de los trabajadores.
Por ejemplo, el informe de 2019 de SEOPAN sobre movilidad en Madrid estima impactos económicos inducidos significativos, lo que sugiere que la inversión en infraestructura puede generar retornos múltiples más allá del efecto directo. De este modo, la congestión se asocia a una menor eficacia del comercio y los servicios, con retrasos en entregas, menos visitas a negocios situados en zonas complicadas, incremento en los costes logísticos.
Desde el plano humano, los efectos no son menores. Un estudio publicado en medios recoge declaraciones del experto en movilidad David Lois, quien advierte que los atascos representan "la mayor pérdida en tiempo de vida", pues obligan a ciudadanos y usuarios del transporte público a enfrentar retrasos acumulativos incluso cuando los autobuses quedan atrapados en el mismo embudo que los coches particulares. Además, en el informe "Los atascos nos contaminan, nos matan y cuestan mucho dinero", se señala que un porcentaje alto de trabajadores que se desplazan en coche declara sentirse frustrado o agotado antes de empezar su jornada, lo que repercute en su rendimiento.
Otras ciudades como ejemplo a Madrid
Madrid no es la primera ciudad europea en enfrentarse a un episodio de congestión durante reformas urbanas. Ciudades como Londres, París o Milán han vivido fases similares cuando acometieron transformaciones profundas en transporte, infraestructura urbana o regulación de acceso. Ezquiaga subraya que "esas metrópolis supieron mantener políticas de movilidad integradas incluso en momentos de crisis urbana, evitando que el caos se instalara permanentemente".
Un recurso interesante es el modelo de "peaje urbano" o "congestion charge", tal como se aplica en Londres o Barcelona, que gravan el acceso de vehículos al centro para moderar la demanda. En el caso de Madrid, esa opción ya aparece en propuestas de los expertos, junto a otras estrategias como los carriles VAO (Vehículos de Alta Ocupación).
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