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Medio ambiente
Los vecinos de Palencia que salvaron su pueblo con molinos de viento
Paredes de Navas estaba en riesgo de desaparecer. La instalación de parques eólicos les permitió emprender proyectos de repoblación y ganar más de 120 habitantes nuevos en dos años
La comarca de la Tierra de Campos, en el corazón de la provincia de Palencia, es un pequeño paraíso. Las guías de viajes ensalzan esta porción de tierra salpicada de castillos, iglesias y palomares como el «Granero de España». Pero una amenaza se cierne sobre estos pueblos de postal: se vacían a gran velocidad. Cada vez hay menos labriegos echando semillas en esta importante despensa nacional, donde la naturaleza se preserva con mimo y los campos se trabajan desde tiempos inmemoriales.
Cada publicación del Instituto Nacional de Estadística sobre el padrón supone un mazazo para las perspectivas de futuro de esta comarca. Pero en la lista de poblaciones que corren el peligro de caer en el olvido, destaca una feliz anomalía: es el caso de Paredes de Navas, una localidad a unos 20 kilómetros de Palencia que no sólo se resiste a la despoblación, sino que ha logrado aumentar por más de 120 personas el número de habitantes que se han mudado allí en los últimos dos años.
¿El truco? Supieron ver una oportunidad de oro en las energías limpias, que los vecinos y vecinas han aprovechado para su desarrollo económico, cultural y social. «El Ayuntamiento de Paredes de Nava ha apostado muy fuerte en los últimos años por las renovables, y ya tenemos dos parques eólicos en funcionamiento», explica Luis Antonio Calderón, alcalde del municipio. La implantación de molinos eólicos «vinculados al territorio donde se produce esa energía» ha permitido llevar a cabo «proyectos paralelos en el ámbito de la cultura, la repoblación y la agroalimentación», enumera el edil.
Una de estas iniciativas ha sido la puesta en marcha de una Oficina de Repoblación que permite la intermediación entre personas que quieren irse de la ciudad a vivir a un pueblo y las necesidades laborales en la zona. Yolanda Díez, responsable de esta oficina, revela que para ella, este proyecto es «muy importante», porque «gracias a él, el pueblo no va a desaparecer como está pasando en otras localidades de Castilla y León».
Desde su apertura, han aterrizado personas diferentes y perfiles que antes no existían, como el de Sergio García, poeta cubano, que se mudó a Paredes de Nava junto a su familia en 2022. «Lo que más me enamoró del pueblo es su primer paisaje, que son las personas», asegura. De hecho, el último libro de García trata sobre las energías renovables e incluye un poema titulado Oda al molino, que destaca cómo «un solo hombre o un solo molino no traerán la esperanza, sino la unión de muchos».
El desembarco de nuevos paredeños y paredeñas ha tenido un gran impacto: se han abierto 6 nuevos negocios, ha subido el número de escolares, se ha activado el alquiler de viviendas, se han revalorizado los inmuebles y se ha creado un programa de movilidad con vehículos eléctricos municipales.
Esta apuesta decidida por las renovables como motor de cambio, le ha valido al Ayuntamiento de Paredes de Navas el Premio Convive de Iberdrola 2024 en la categoría de Entidades Locales y Participación Ciudadana, que recibieron el pasado miércoles. Estos galardones buscan reconocer públicamente a las mejores iniciativas que fomentan una convivencia en armonía de las energías renovables, las personas y la naturaleza.
La gala de premios tuvo lugar en un entorno más que propicio: el nuevo Centro de Artes Escénicas Jorge Manrique de Paredes de Nava que, desde 2023, funciona gracias a la colaboración entre administraciones, con participación por parte del Gobierno de España, la Junta de Castilla y León, la Diputación de Palencia y el Ayuntamiento, cuya aportación pudo realizar a través de los nuevos ingresos por las renovables.
Durante la entrega de estos galardones, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, señaló que la empresa energética pretende suministrar energía limpia y sostenible a la vez que generan empleo en el mundo rural. «Paredes de Nava es un pueblo que, gracias al parque eólico de la Encinilla, se ha convertido en un ejemplo para España de las bondades que las energías limpias tienen para el empleo, la formación, el desarrollo industrial y tecnológico», celebró, antes de darles la enhorabuena «por haberlo hecho posible».
La Serna, el primer pueblo que puso placas solares
Paredes de Nava compartió el Premio Convive con el consistorio de La Serna, una pequeña población de 90 habitantes a 50 km al norte de la capital palentina. «En este pueblo todos creemos que el futuro está en las energías renovables», apostilla Vicente Pérez, exconcejal. «De hecho, nuestro parque solar fue el primero de la provincia». Éste se remonta a hace 20 años, cuando ayuntamiento y vecinos desarrollaron este proyecto, con una inversión superior a los 3 millones de euros.
En la actualidad, los vecinos y vecinas de esta localidad están sacando adelante una comunidad energética abierta, ubicada en el tejado de una nave agrícola. Su trabajo ya ha creado empleos directos e indirectos. «Si esto sirve para que otros pueblos se fijen en nosotros, es que algo estamos haciendo bien –celebra Cristina Martín, vecina de La Serna–, y estamos muy orgullosos por ello».
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