Movilidad
España, a la cola de Europa en cargadores para coches eléctricos
El mercado de este tipo de automóviles no crece por falta de infraestructura. Hay pocos puntos y de potencia insuficiente que ralentizan la recarga y desaniman al conductor
La oferta de automóviles eléctricos sigue incrementándose mes a mes en nuestro país, lo que contrasta con la lentitud desesperante de la implantación de una red de cargadores eléctricos para alimentar a este tipo de vehículos. Según las últimas cifras disponibles, existen actualmente en nuestro país instalados un total de 15.724 cargadores, cuando las previsiones es que estuvieran en servicio al finalizar este año un total de 45.000 puntos de recarga.
Mientras los fabricantes han realizado un tremendo esfuerzo de inversiones y de desarrollo de tecnología para poner a punto una oferta amplia de coches eléctricos en el mercado y así dar cumplimiento a las normativas en esta materia de la Unión Europea, el Gobierno sigue estancado sin favorecer de una manera activa el desarrollo de una red de recarga, lo que frena las ventas de coches electrificados. Además de no establecer ayudas suficientes para que los eléctricos sean más accesibles económicamente, ya que aún existe un importante diferencial de precios de esta motorización frente a las unidades movidas por combustibles sólidos. En la actualidad prácticamente todas las marcas generalistas y muchas de las «premium» tienen ofertas de coches movidos únicamente por energía eléctrica. Y la oferta sigue incrementándose rápidamente. En concreto, en el último mes hemos asistido a la llegada de nuevos modelos como pueden ser el ID Buzz, la icónica furgoneta de Volkswagen, el BMW iX1, el Tesla Y, o varios modelos chinos de las marcas BYD, Aiways, Polestar, Link&Co, etc…. Todos ellos con una autonomía que puede superar los cuatrocientos kilómetros teóricos.
Pero, pese a estos incentivos, la realidad es que el mercado de eléctricos sigue sin reaccionar y solo supone algo más del tres por ciento del total de las ventas. En concreto, en el pasado mes de agosto se matricularon mil cuatrocientos eléctricos y en el conjunto de los ocho primeros meses de este año la cifra se eleva a unos cuarenta y ocho mil. Evidentemente, una cifra muy inferior a las previsiones iniciales que estimaban que el ejercicio podría cerrarse en torno a las ciento veinte mil unidades. Solo así podrían cumplirse los planes de reducción de emisiones establecidos por la UE. Hasta agosto, el eléctrico más vendido fue el Tesla Model 3 (1.602 unidades), seguido del Kia Niro (1.246), el Citroën C4 (1.061), el Fiat 500 (1024) y el Hyundai Kona (668). Aunque en agosto, el Dacia Spring fue el eléctrico más matriculado.
Y es que, la realidad es que si se quieren cumplir los objetivos que ha marcado el propio Gobierno en cuanto a producción y venta de automóviles eléctricos, en España se necesitarían en torno a 360.000 puntos de recarga rápida en el año 2030. Para tener una idea más exacta de nuestro retraso, en España existen 250 puntos de recarga por cada millón de habitantes y en Holanda esta cifra se eleva hasta los 5.000 puntos por millón de habitantes. La media europea se sitúa en 600 puntos, es decir, más del doble que en nuestro país.
Otro problema adicional es el de la potencia de recarga, ya que de los cargadores instalados, algo más del 80% tienen una potencia de unos 22kw, lo que significa que el tiempo de recarga para un coche eléctrico es de unas tres horas aproximadamente. De los potentes, con 150Kw o más, que permiten recargar un coche eléctrico en aproximadamente media hora, solo existen ciento treinta en toda España. Es decir, la infraestructura no solo es escasa, sino además raquítica en su nivel de potencia.
A este respecto, Anfac, la patronal de los constructores e importadores de automóviles, presentó en su día un plan con 16 líneas de actuación para conseguir el desarrollo de la red de infraestructura de recarga eléctrica. Un plan que asimismo contempla el establecimiento de ayudas fiscales y bonificaciones. Hay que tener en cuenta que el plan presentado por el Gobierno estima que al final de la presente década habrá en nuestro país un total de cinco millones de vehículos eléctricos, de los cuales tres millones serán turismos. Y para poder satisfacer la demanda de electricidad de estos automóviles es necesario ir desplegando una red de cargadores que, al final del presente año, deberían ser al menos unos 45.000 puntos rápidos. Un paso dentro de un programa que debería completar una red de 120.000 cargadores en el año 2025 y llegar a los ya señalados 360.000 en el año 2030.
La realidad es que la falta de esta infraestructura es la principal razón que está provocando un retraso en la electrificación de nuestro parque automovilístico nacional. A pesar de que la venta de eléctricos se ha incrementado en un 4,8% durante el último año, la realidad es que este tipo de motorizaciones son muy escasas en el total del panorama nacional, ya que únicamente representa el 0.2% del total del parque existente. Para tratar de relanzar el programa de desarrollo de red de recarga, Anfac ha pedido al Gobierno diversas medidas que incentiven a los empresarios que quieran realizar estas instalaciones. Se proponen ayudas directas, incentivos de los municipios, bonificaciones en las tasas e impuestos, beneficios fiscales temporales en el impuesto sobre la electricidad o planes de ayudas con una dotación económica suficiente.
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