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Este es el motivo por el que siempre hay adelfas en las carreteras

Un equilibrio entre funcionalidad, estética y cuidado es esencial para que estas plantas sigan cumpliendo su papel como aliadas invisibles de la seguridad vial

Imagen de archivo de una adelfa
Imagen de archivo de una adelfa istock

Quienes recorren habitualmente las autovías y autopistas españolas se habrán fijado en la presencia constante de arbustos con vistosas flores en las medianas y márgenes de la calzada. Entre todas las especies utilizadas, la adelfa (Nerium oleander) es sin duda una de las más comunes. Su presencia no es casual, ni responde únicamente a un criterio estético: estas plantas cumplen funciones clave en materia de seguridad vial.

Una aliada contra los accidentes

Las adelfas no solo decoran el paisaje vial: se plantan estratégicamente en las medianas para separar los sentidos de circulación y minimizar riesgos de colisiones frontales. Gracias a su follaje denso, actúan como una pantalla visual que bloquea el deslumbramiento causado por los faros de los vehículos que vienen en sentido contrario, especialmente durante la noche.

Además, su estructura arbustiva puede ofrecer cierta amortiguación en caso de que un coche pierda el control y cruce hacia la mediana, ayudando a reducir la violencia del impacto o incluso a evitar una invasión del carril contrario.

Desde el punto de vista psicológico, las adelfas también tienen un efecto sobre la conducción: al generar la sensación de un espacio más cerrado o protegido, inducen a reducir la velocidad y a mantener mejor el carril. Este tipo de diseño se conoce como "calmado de tráfico pasivo", y ha sido probado como efectivo para mejorar la seguridad vial.

Una planta venenosa, pero útil

Pese a sus ventajas, la adelfa también tiene sus riesgos. Todas sus partes —hojas, flores y tallos— son tóxicas, ya que contienen sustancias como la oleandrina. Sin embargo, al estar fuera del alcance del contacto directo, su toxicidad rara vez representa un peligro real para las personas. De hecho, esta característica puede tener un efecto disuasorio ante animales o personas que pudieran acercarse imprudentemente a la vegetación de la mediana.

Ventajas y también desafíos

Para que las adelfas cumplan su papel de forma eficaz, es necesario realizar un mantenimiento periódico. Si no se podan adecuadamente, sus ramas pueden invadir los arcenes o chocar con vehículos altos, provocando daños en retrovisores o carrocerías. También sus raíces, si crecen sin control, pueden levantar el asfalto y generar baches o deformaciones.

Otro de los riesgos está en la visibilidad: una vegetación demasiado densa o alta puede ocultar señales de tráfico, salidas, intersecciones o incluso a peatones y animales que crucen por zonas no autorizadas. En caso de accidentes o vehículos detenidos, los arbustos pueden dificultar que otros conductores vean a tiempo el obstáculo, reduciendo su capacidad de reacción.

Seguridad, sí... pero con control

El uso de la adelfa en las carreteras se basa en su resistencia, su bajo coste de mantenimiento y su eficacia como barrera visual y física. Pero también requiere vigilancia constante para que sus beneficios no se conviertan en peligros. Un equilibrio entre funcionalidad, estética y cuidado es esencial para que estas plantas sigan cumpliendo su papel como aliadas invisibles de la seguridad vial.