Corea del Norte

Guía para entender lo que pasa en Corea del Norte

¿Está realmente grave tras haberse complicado una operación quirúrgica? ¿Acaso ha muerto? ¿Qué ocurrirá si, de verdad, ha fallecido? ¿Quién ocuparía su lugar?

Corea del Norte es una fuente de rumores. ¿Cuál es el verdadero estado de salud del todopoderoso líder norcoreano Kim Jong Un? ¿Está realmente grave tras haberse complicado una operación quirúrgica? ¿Acaso ha muerto? ¿Qué ocurrirá si, de verdad, ha fallecido? ¿Quién ocuparía su lugar?

El Gobierno de Pyongyang es, sin duda alguna, el más hermético del mundo. Y el más tenebroso. El país asiático surgió poco antes de la Guerra de Corea (1950-1953), un conflicto ‘proxy’ que enfrentó a China y sus aliados contra Estados Unidos y los suyos. La lucha, que llegó a implicar a tropas de la ONU, terminó con un armisticio y certificó la traumática partición de la península coreana a partir de la línea imaginaria del paralelo 38, aún en vigor. En la parte septentrional se consolidó un furibundo régimen comunista, encabezado por Kim Il Sung, origen de una dinastía familiar que ha llegado hasta su tercera generación.

El primer Kim, presidente “eterno” de la república, instauró un sistema dictatorial caracterizado por el militarismo, la represión y el culto a la personalidad, una férrea organización de partido único que sobrevivió gracias al interesado apoyo político y económico de las autoridades chinas. Kim Il Sung desarrolló una filosofía propia bautizada ‘juche’ (“autosuficiencia” en coreano). Esta doctrina colectivista y nacionalista lo impregna todo allí, dando coherencia a un régimen totalitario que huye de lo exterior.

Consciente de la rivalidad regional, el primer Kim basó su autoridad y fortaleza en la disuasión militar, a costa de provocar incluso el hambre entre sus compatriotas. Fallecido en 1994, le sucedió su hijo Kim Jong Il, heredero de un ‘trono’ muy complicado tras la caída del Muro de Berlín (1989) y la desintegración de la Unión Soviética (1991). No obstante, el segundo Kim consiguió que, en ese nuevo orden mundial, Corea del Norte entrara a formar parte del selecto grupo de países equipados con bombas atómicas. El primer ensayo nuclear subterráneo se produjo en 2006. Aun a riesgo de incomodar a sus padrinos, Jong Il afianzó la estrategia de su padre y se centró en el programa nuclear, mejorando sus capacidades armamentísticas. En 2017, ya con Kim Jong Un a los mandos, quedó comprobada la eficacia norcoreana para lanzar misiles balísticos capaces de alcanzar en solo diez minutos la base militar estadounidense en Okinawa (Japón).

El tercer Kim, ascendido al poder en 2011 con apenas 27 años, ha ido manteniendo con Estados Unidos una política errante, tan pronto de cercanía como después de enemistad, con el único objetivo de sobrevivir. Su salida precipitada del escenario político sería ocupada, previsiblemente, por su hermana menor, Yo-Jong, de 32 años. Implacable, astuta, calculadora, fue presentada al mundo durante los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Pyeongchang (Corea del Sur) en 2018. Su elección como sustituta de Jong-Un representaría el continuismo del régimen dinástico.

Corea del Norte representa una pieza esencial para el equilibrio geoestratégico de Asia. Para Pekín supone, además, un alfil destacado dentro del amplio tablero de juego que supone la zona, donde también participan otros Estados como Corea del Sur, Japón, Rusia y Estados Unidos con intereses diversos. Dicho de otra forma, China no tolerará un cambio drástico en Corea del Norte. Prefiere tener un primo rebelde a no tenerlo.

Pyongyang guarda silencio sobre la salud de su máximo líder, lo que solo da pie a especulaciones aún más frenéticas. La cadena de televisión norteamericana Fox News, citando fuentes de los servicios secretos estadounidenses, desveló que la Casa Blanca tiene “amplios planes de contingencia” para enfrentarse a la posible muerte de Jong-Un, mientras que el diario japonés Yomiuri Shimbun informaba de que Yo-Jong estaba lista para tomar las riendas en caso de necesidad.

Los medios estatales norcoreanos no difundieron detalles de actividades públicas por parte de Kim Jong-un ni nuevas imágenes suyas, una práctica que normalmente suelen hacer para disipar precisamente esta clase de rumores, que tampoco son nada nuevos. De hecho, le dieron por muerto durante 40 días en septiembre de 2014.

La Agencia de Noticias Central de Corea del Norte (KCNA) informó el miércoles 22 de abril que Kim había respondido al presidente de Siria, Bashar al Asad, quien le había escrito a Kim el día del cumpleaños de su difunto abuelo la semana pasada. Pero no difundió imágenes de él, y es particularmente extraño que Kim estuviera ausente de aquel evento ceremonial anual celebrado el 15 de abril. La última vez que se le vio en público fue el pasado 10 de abril, inspeccionando unos ejercicios militares de artillería, según la agencia surcoreana Yonhap. También se supo que China había enviado un equipo de médicos y funcionarios para “asesorar” a Pyongyang para ocuparse de la salud de Kim. Todos estos detalles sólo generaron más especulación.

El Ejecutivo surcoreano, por su parte, negó la noticia publicada en la página web local del Daily NK, un medio especializado en asuntos norcoreanos, de que Kim esté a las puertas de la muerte después de haber sufrido una cirugía cardiovascular de urgencia (la instalación de un ‘stent’ en un vaso sanguíneo obstruido), fruto de su tabaquismo y su obesidad. Sin embargo, Seúl considera que Kim se encontraría de vacaciones descansado en la villa que posee en Wonsan, en el este del país. Y se basa en datos de inteligencia humana, satélites espía y escuchas telefónicas, concretamente en la imagen que muestra al tren especial de Kim estacionado en las vías de Wonsan.

Washington presupone que Kim todavía mantiene el control total de las fuerzas nucleares y armadas de su país, pero un destacado parlamentario surcoreano enfatizó en la circunstancia de que Corea del Norte no haya respondido hasta el momento a estas presuntas informaciones. “Es inusual”, declaró Yoon Sang-hyun, presidente del Comité de Asuntos Exteriores y Unificación de la Asamblea Nacional, citado por el periódico “Chosun Ilbo” (“El Diario de Corea”).