Opinión

Peder el Sur

Notas de viaje del 16 de septiembre, amanece sobre Vejer de la Frontera. El mar se riza en espumas leves y tubos de cristal, casi de mercurio. Sobre la ola derecha de la Torre del Palmar prende un cielo azul desaforado. El correlimos busca entre la arena su banquete de insectos, aguarda el cangrejo moro bajo la roca y allá lejos, un perro juega con una rama que le ha traído la marea.

La mañana tiene algo de la primera mañana del mundo. Vengo a ti Andalucía con mi tabla y mi metáfora, a curarme las heridas y a llorar sobre las tuyas. Espero que llegue la ola y el día en que esto pase. Hay un mundo en la memoria que está hecho de fiesta y de abrazo, de carnaval, pito de caña, incienso, sevillana, chirigota y chicotá, y es urgente que ese mundo vuelva, que ya va a volver, que sí, qué te voy a contar a ti, Andalucía si eres la madre de la Esperanza

Desde el agua, detrás de mí imagino Vejer en lo alto y más allá el Puerto de Santa María donde los romanos creían que estaban los Campos Elíseos. Y Jerez de vaso, cante, caballo y espuela, y de ti, Cádiz, qué voy a decir, si eres la novia del mar. Lo del rayo verde es un camelo, pero ayer por la noche con mi amigo Marco, mientras hacíamos pis al borde del mar vimos la ola de plata, que está hecha de luna. Avanza como un fantasma blanco sobre el mar oscuro, negro de naufragio de patera, de miseria en Barbate y combate en Trafalgar. Conozco la historia del fuego de San Telmo y de las noches de tormenta cuando los ahogados se presentan sobre las cubiertas. Conozco la distancia, el silencio, los respiradores y el quejido de sus soledades pero el día ya impone de nuevo su sacrosanto imperio del Sol. Que no se nos olvide la alegría. Que no perdamos el Sur.