Vladímir Putin

La victoria de Putin

Como era previsible, la Europa de los mercaderes ha reaccionado con sanciones económicas y grandes declaraciones vacías de contenido. La realidad es que ha abandonado a Ucrania

Cuanto más escucho las condenas a Putin y Rusia de los dirigentes de las democracias, más patéticos me resultan. Es la constatación de su irrelevancia. Me gusta utilizar el tópico de una muerte anunciada, porque refleja muy bien la realidad. Todos sabíamos que se iba a producir una agresión, aunque la duda estaba en la intensidad. Los peores augurios se han confirmado y Putin ha demostrado la abrumadora superioridad del ejército ruso. A diferencia de las democracias, donde creemos que las Fuerzas Armadas son unas ONGs con pistolas, el presidente ruso ha querido usarlas para demostrar al mundo que su país en una gran potencia. Ni estadounidenses ni europeos están dispuestos a asumir riesgos para garantizar la soberanía ucraniana. Estamos ante una tragedia humanitaria de grandes dimensiones, la ilegítima invasión de un país soberano y el comportamiento de un autócrata heredero del imperialismo de la Rusia zarista y la Unión Soviética. Como era previsible, la Europa de los mercaderes ha reaccionado con sanciones económicas y grandes declaraciones vacías de contenido. La realidad es que ha abandonado a Ucrania. Es lo mismo que sucedió con Afganistán. Por tanto, hay una inquietante pauta en el comportamiento de las democracias.

Putin es un político muy inteligente, que desde hace años gobierna con mano férrea una superpotencia y que tenía prevista la reacción de EE UU, la OTAN y la UE. El comportamiento de sus dirigentes, una colección de elitistas privilegiados que cobran sueldos millonarios y recibirán suculentas pensiones vitalicias, solo provoca su desprecio. No hay más que recordar como trató al blandito Macron, que no es más que otro político sobrevalorado que ha alcanzado el poder gracias a la imagen. Es lo habitual en unas democracias donde lo único importante es saber comunicar y se valora más el continente que el contenido. Los medios de comunicación nos llenamos de soflamas en favor de Ucrania, recogemos las declaraciones de los Borrell de turno y hemos menospreciado a Rusia. La realidad es que en pocas horas, el ejército ruso ha demostrado una impresionante y demoledora capacidad ofensiva, que es solo la punta del iceberg de un complejo militar capaz de derrotar a cualquier ejército europeo. Ha sido el objetivo de Putin desde que llegó al poder y lo ha conseguido.