Sin Perdón
Tras el chantaje, la amnistía total
«Los que prometieron cumplir y hacer cumplir la Constitución se rinden ante un cobarde chantajista como Puigdemont»
Puigdemont ha descubierto que la mejor forma de relacionarse con Sánchez es utilizar el chantaje más claro y directo. No hay que irse por las ramas. No es necesaria ninguna sutileza. El expresidente catalán sabe que no se puede fiar de su socio, porque no tiene ningún código ético que limite su acción política. Los ministros socialistas y los dirigentes yolandistas han salido en tromba para llamar mentiroso a Feijóo, con el consiguiente apoyo del aparato propagandístico de la izquierda mediática, cuando su jefe de filas la utiliza sin rubor desde que asumió la secretaría general del PSOE. Hace poco tiempo, la amnistía era inconstitucional y ahora caminamos a una «amnistía total», un pintoresco termino político sin fundamento jurídico, que consagra una ignominiosa impunidad en el Estado de Derecho. El Rey recordaba ayer que «la independencia judicial es sagrada», algo que produce hilaridad entre los sanchistas. En un momento es que se atenta contra la separación de poderes, se convierte el Constitucional en un descarado apéndice del Gobierno y se ataca a jueces y fiscales, los que prometieron cumplir y hacer cumplir la Constitución se rinden ante un cobarde chantajista como Puigdemont y le otorgarán una «amnistía total».
Es lamentable vivir en una etapa en que se consagra la mentira como instrumento político, no se respeta la Justicia y se quiere someter los poderes del Estado a la voluntad del inquilino de La Moncloa. La realidad es que estamos ante la versión europea de la agenda del Grupo de Puebla. Galicia es ahora el objetivo prioritario. Por ello, el aparato sanchista intenta blanquear a Ana Pontón, que es una nacionalista radical y antiespañola. En contrapartida, atacan a Feijóo utilizando la mentira del indulto. No se puede minusvalorar la estrategia que subyace en la campaña, así como la inestimable colaboración de Vox. Una vez más la ofensiva es impresionante, porque Sánchez se juega mucho en Galicia, ya que necesita un gobierno de Frente Popular liderado por Pontón. No importa la decadencia del PSOE, convertido en la tercera fuerza, ya que la prioridad, una vez más, no son ni los gallegos ni el conjunto de los españoles, sino su continuidad en La Moncloa.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).
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