Cástor Díaz Barrado

Por la negociación

La Razón
La RazónLa Razón

Pronto comenzará el proceso que conducirá, definitivamente, al abandono del Reino Unido de la UE. Asistiremos a un hecho de relevancia para el futuro de Europa y se marcarán, también, las líneas políticas para la permanencia y el abandono, para el futuro, en el proceso de integración. Cuanto menos dure el proceso mejor para todos, sin que se sacrifiquen, por ello, los elementos centrales de la negociación. Todo está por decidir y nada está cerrado. Lo único cierto es que el Reino Unido ha decidido abandonar la Unión y sobre ese país recae esa responsabilidad. La Unión Europea no debe ser generosa ni solidaria en este proceso. Ahora debe primar la reciprocidad y no solidaridad. Los negocios en las relaciones internacionales tienen sus reglas y no se puede abandonar la integración beneficiándose de lo que se abandona y de quienes se abandona. La Unión debe defender sus intereses y los de sus Estados miembros. Pero sí cabe ser responsables y buscar fórmulas que no perjudiquen a ninguna de las partes. El abandono tiene sus consecuencias y esto deben entenderlo las autoridades de Londres. Nadie va a obtener beneficios ni ventajas de un proceso de esta índole. Los Estados de la Unión deben optar por la prudencia pero con la firme voluntad de que la integración siga intacta y mejorada. Debemos expresar una sola voz y una posición común en la que queden claros los objetivos de quienes han apostado por la integración y el bienestar. El principio de la libre circulación, en todas sus manifestaciones, se ha quebrado en las relaciones con el Reino Unido y se equivocarían quienes pretendieran aplicarlo parcialmente y para ciertos sectores. Los Estados son consecuentes con sus actos y, también, debe serlo la UE, cuyo objetivo final no es otro que asumir cada día más competencias y conformar un espacio común de solidaridad. La negociación debe llevarse a cabo, con sensatez y voluntad de acuerdos, pero no se pueden exigir ventajas para quienes, precisamente, han decidido no participar en el proyecto común de Europa.