
Puntazo
El Rey, el Rey y la Democracia
Don Felipe ensalzó a su padre por realizar un gesto político revolucionario al recoger un poder total y entregárselo a la soberanía popular. Fácil de recordar, pero muy difícil de conseguir.
El Rey Don Felipe volvió a dar ayer un ejemplo mayúsculo de dignidad institucional y obediencia constitucional al renovar su compromiso con la España democrática en el acto central por el 50 aniversario de la restauración de la Monarquía celebrado en el Congreso. En él se declaró «heredero» de la Transición, ensalzó la monarquía parlamentaria de la «España reunida» y reivindicó el espíritu de la Transición, porque «sigue siendo la base más firme sobre la que seguir construyendo el futuro de España». Y el gran artífice de ese espíritu de la Transición fue el Rey Don Juan Carlos, el gran ausente y el principal y auténtico protagonista de aquel salto al vacío desde la dictadura hacia la Democracia. Por eso, Don Felipe ensalzó a su padre por realizar un gesto político revolucionario al recoger un poder total y entregárselo a la soberanía popular. Fácil de recordar, pero muy difícil de conseguir.
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