Sin Perdón

La risa forzada de Sánchez

«No creo que la estrategia de victimización funcione para seguir en La Moncloa, pero sí para radicalizar la sociedad y movilizar a sus votantes»

Esta reacción fue una de las cosas más llamativas tras el anuncio de Feijóo de que tendría que comparecer en la comisión del Senado que investiga las corruptelas del sanchismo. Es, además, un claro desprecio a la labor parlamentaria de una de las dos cámaras que configuran nuestro sistema parlamentario. Al presidente del Gobierno y sus palmeros solo les interesa el Congreso, ya que es una marioneta a su servicio. Es cierto que pierde muchas votaciones y los ministros son reprobados, pero cuenta con «cariño» Armengol y su fiel escudero Galindo para servir al inquilino de La Moncloa. No podemos tomarnos en serio la risa de Sánchez, así como de los mercenarios que le rodean. No le voy a negar el mérito de contar con un partido artificialmente unido a su alrededor gracias a los cargos y los sueldos oficiales. La disidencia es más bien escasa, centrada en García-Page, porque no quedan dirigentes nacionales, autonómicos y locales, me refiero a las diputaciones y los municipios grandes y medianos, que no vivan de la política. Todos quieren repetir y están dispuestos a cualquier cosa con tal de no poner en peligro su futuro.

Lo mismo se puede decir del amplio sector público empresarial, ya que todos saben que no tendrían opción en la actividad privada. Es posible que exista algún caso aislado, como sucede con Beatriz Corredor, que es registradora de la Propiedad, pero prefieren estar en política. El otro día me interesaba por el futuro de Grande-Marlaska y me aclaraban que quiere seguir como ministro y luego como diputado, ya que no quiere volver a la Audiencia Nacional. Conde-Pumpido quiere ser miembro del Consejo de Estado. Lo mismo se puede decir de la armada mediática que defiende a Sánchez con una ferocidad nunca vista. Ni los tercios de Flandes hubieran alcanzado, dicho irónicamente, esa bravura irracional que les lleva a insultar, directamente, a políticos, periodistas o empresarios que no se someten al sanchismo. RTVE no solo ha recuperado el NO-DO, sino que ha creado el nuevo pseudo género de las tertulias y los programas de activistas sectarios y fanáticos al servicio del sanchismo.

A Sánchez se le helará la risa si se suceden las condenas y se avanza en el sórdido escándalo que rodea a sus antiguos secretarios de Organización. Es difícil reírse mientras se suceden las noticias que destruyen la agenda regeneracionista, que ahora sabemos que era mero oportunismo político, o el feminismo, tras conocerse los negocios de la familia Gómez, que nunca ha desmentido, y la afición por las prostitutas de Ábalos y Koldo. Estos últimos utilizando un lenguaje denigrante hacia las mujeres como si fueran meros objetos sexuales. El problema de Sánchez y sus aliados es que no saben todo lo que puede salir de ese lodazal hediondo de puteros, comisionistas y corruptos. La estrategia es negar que existiera financiación ilegal del PSOE, como si fuera normal que altos cargos se lucraran con sus corruptelas, y que hay una campaña en su contra porque no se acepta que sea presidente del Gobierno. Lo dicen y escriben aquellos que lanzaron campañas brutales sin fundamento contra Aznar, Rajoy y otros dirigentes del centro derecha. Desgraciadamente, el PSOE tuvo financiación ilegal desde la Transición y ahora habrá que clarificarse si también la ha tenido con el actual inquilino de La Moncloa. Por cierto, es tan inquilino como Suárez, Calvo-Sotero, González, Aznar, Zapatero y Rajoy. Ninguno tenía un título de propiedad, aunque algunos, como Sánchez, no fueran conscientes de su temporalidad.

El mundo del líder del PSOE está sustentado en el apoyo de aquellos que le traicionaron o apoyaron a sus rivales internos, que están a su lado por interés, aunque digan que lo hacen por lealtad al partido. La realidad es que les resulta muy rentable esa fidelidad, ya que unos reciben cargos y otros pueden hacer negocios muy rentables. No hay que sorprenderse, porque son socialistas, pero les gusta mucho el dinero, como sucedió con el felipismo. No creo que la estrategia de victimización funcione para seguir en La Moncloa, pero sí para radicalizar la sociedad y movilizar a sus votantes. Todo es propaganda y relato, como se ha visto con la guerra de Gaza. En el terreno familiar, que entiendo que le obsesione, la actividad de su mujer era lo más normal del mundo, al igual que el puesto de trabajo de su hermano, al que no acudía mientras residía en Portugal o en La Moncloa para tributar menos. Es fácil imaginar lo que dirían y escribirían los activistas mediáticos del sanchismo si afectara a un presidente del Gobierno del PP.

No sé qué sucederá en la comisión de investigación durante la comparecencia de Sánchez, pero debería tomársela en serio. Desde las reflexiones a las preguntas, es evidente que las respuestas no serán fáciles. Lo que se conoce sobre Ábalos, Cerdán y Koldo, así como de algunos colaboradores necesarios en el entramado, resulta demoledor. A esto hay que añadir lo que puedan introducir referido a su mujer, su hermano y los negocios de la familia Gómez. Era evidente que se iba a producir la comparecencia y es bueno recordar el comportamiento deplorable que tuvo el PSOE con Rajoy. Es lo malo de sentar precedentes. Es cierto, también, que Sánchez no tiene ningún problema en mentir o manipular, porque lo ha demostrado estos años. Es un buen parlamentario y tiene centenares de personas, que pagamos nosotros, trabajando a su servicio. A esto hay que añadir la campaña que han desatado en los medios de comunicación contra Feijóo y el PP. Hay mucha gente que se juega su futuro y hará todo lo posible para no ponerlo en riesgo. La supervivencia de Sánchez es fundamental para los miles de enchufados por el PSOE y Sumar, pero también para el entramado de medios de comunicación, como sucede con RTVE, y los lobistas como Javier Curtichs, Pepe Blanco o el multimillonario José Miguel Contreras, que ahora tiene aspiraciones como tenista.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)