Psicología
“La experiencia del confinamiento ha sido un regalo de la vida”
¿Tiene consecuencias psicológicas el confinamiento a largo plazo? La psicóloga Silvia Congost aboga por convertir la gratitud en una actitud
El título del último libro de Silvia Congost, «A solas» (Editorial Zenith), ya dejaba claro que a veces es mejor estar solo que mal acompañado, algo que tampoco descarta en «Confinados», un ebook que ha escrito durante estas últimas semanas y que se convierte en una guía para vivir y convivir en estos tiempos tan complejos.
-¿Qué consecuencias psicológicas puede tener el hecho de estas tantas semanas confinados?
-El ser humano es social y por ello, necesita hacer actividades que impliquen relacionarnos con otras personas, verlas, charlar, compartir, reírnos, etc. El hecho de vernos imposibilitados a la hora de satisfacer esta necesidad tan importante, cada uno ha tenido que enfrentarse a su propia capacidad de adaptación y sus recursos. Para muchos, esta experiencia ha sido un gran aprendizaje, han logrado valorar cosas aparentemente tan simples como un abrazo, unas risas, un paseo por la ciudad o salir a correr. Otros se han dado cuenta de que no saben estar solos, o que su relación hace agua o que hay amigos que no eran de verdad… En función de cómo hayamos vivido estas semanas y el aprendizaje que hayamos hecho de ellas, nuestra vida puede cambiar en muchos aspectos o puede que siga exactamente igual que antes.
-Se habla del síndrome de la cabaña después de tantos días sin salir de casa. ¿Es posible controlarlo? ¿Cómo se puede evitar el miedo al contagio ahora que ya vamos saliendo a la calle?
-Es normal una cierta sensación de recelo al empezar a salir, básicamente porque la información que recibimos es un poco escasa y confusa. Ha fallecido mucha gente y la situación ha sido excepcional e inimaginable para cualquiera. El miedo es una emoción básica que nos protege cuando el cerebro detecta que hay un peligro para nosotros o nuestra salud. Hasta ahora, nos hemos encerrado porque estábamos en peligro de contagiarnos y al ser algo “invisible” (no sabemos dónde podemos contagiarnos ni con quién), es normal que esta emoción se siga activando ahora que podemos empezar a salir, para mantenernos en alerta y seguros. Pero sabemos que el miedo se supera con la afrontación. A medida que vayamos saliendo, nos iremos relajando, veremos que no pasa nada, nos cruzaremos con otras personas a quienes veremos relajadas y tranquilas, y la sensación de seguridad, poco a poco se irá haciendo presente e iremos olvidando el peligro.
-¿Qué consecuencias puede tener para una pareja el hecho de estar confinados?
-Los conflictos, cuando estamos encerrados con alguien 24 horas al día durante tantas semanas, en un momento u otro, es normal que aparezcan. Lo importante es cómo los gestionamos. Necesitamos descargar nuestra tensión y hasta ahora no podíamos salir ni a dar un paseo. Hay personas muy activas que viven en espacios muy pequeños y no tienen ni donde meterse si se quieren aislar un rato. Otras se dan cuenta, que están al lado de alguien con quien no tienen nada en común, no comparten valores ni miran hacia la misma dirección. Eso puede tensar aún más la relación que mantienen. Deben aprender a respetar sus espacios, sus silencios y sus momentos de soledad, y potenciar una comunicación respetuosa y asertiva.
-En China aumentó el número de divorcios durante el confinamiento. ¿En España también tiene noticias de esta tendencia?
-Es muy probable y tiene mucho sentido porque encerrarte con alguien con quien no te llevas bien o que incluso no te gusta, hace que tu índice de tolerancia baje muchísimo y que veas mucho más claro que esa no es la persona con quien quieres pasar ni un minuto más de tu vida. Y si te das cuenta de que tu pareja no te gusta, pero no puedes salir de casa (que es lo que le ha pasado a mucha gente), el nivel de rechazo hacia el otro puede aumentar muchísimo más, lo cuál empeora la situación.
-En el caso de las familias con niños, ¿qué es lo más complejo del confinamiento?
-Los padres se han visto en un escenario en el que en muchos casos han tenido que hacer de maestros, canguros y padres a la vez que realizaban sus horas teletrabajando desde casa. No es un escenario muy prometedor ni mucho menos relajante, la verdad. Algunos tienen niños pequeños, que requieren mucha atención, otros adolescentes a quienes tienen que controlar las horas de conexión en el ordenador y videojuegos, etc. Es muy importante que se haya llevado la situación con unas rutinas, normal y límites bien claros y marcados. No creo que el confinamiento tenga consecuencias a largo plazo en este sentido. Habrá sido más llevadero o menos en función de cómo lo hayan gestionado los padres, pero a la que se pueda salir otra vez, poco a poco todo irá volviendo a la normalidad.
-¿Qué lecciones positivas podemos sacar de este confinamiento?
-¡Muchísimas!!! De repente hemos tenido tiempo…y eso es tan valioso que a algunos, les ha permitido reencontrarse consigo mismos y a otros les ha demostrado que no saben qué hacer con él, con ellos… Nos ha enseñado que a menudo, nuestras acciones sí que repercuten en los demás, que tal vez vivíamos una vida o una realidad que no nos satisfacía (trabajo, pareja…) y queremos hacer cambios, que debemos escucharnos más y quejarnos menos, que por mucho que sufras siempre hay alguien que está peor que tu…y sobretodo, que debemos ser más agradecidos. Abogo por convertir la gratitud en una actitud y no olvidarnos nunca más de ella. Creo que en el fondo, esta experiencia, ha sido un regalo maravilloso de la vida.
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