Entrevista

«La mortalidad ha sido mucho más baja en estas olas gracias al Hospital Zendal»

Entrevista con Pedro Landete, jefe de la Unidad de Cuidados Intermedios Respiratorios (UCRI) del Hospital Enfermera Isabel Zendal de Madrid

Pedro Landete, jefe de la Unidad de Cuidados Intermedios Respiratorios (UCRI) del Hospital Enfermera Isabel Zendal de Madrid
Pedro Landete, jefe de la Unidad de Cuidados Intermedios Respiratorios (UCRI) del Hospital Enfermera Isabel Zendal de MadridLuis DíazLa Razón

Neumólogo del Hospital La Princesa de Madrid y gran experto en ventilación, Pedro Landete, se enfrenta a su reto profesional más apasionante: dirigir la Unidad de Cuidados Intermedios Respiratorios (UCRI) del Hospital Enfermera Isabel Zendal, considerada la unidad especializada más grande de Europa.

-¿Qué supone esta etapa profesional para usted?

-He orientado toda mi formación en las unidades intermedias respiratorias y en la ventilación, por eso cuando me surgió esta posibilidad me lo tomé como una gran oportunidad. Es mi sueño, porque creo firmemente en estas unidades y en el gran objetivo que cumplen. Por todo ello no lo dudé ni un segundo.

-Explíquenos qué es una UCRI y el fin que tiene...

-Se trata de una unidad puente entre la hospitalización y la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Su función es que el paciente no llegue a ingresar en la UCI y, por tanto, que no se le intube, aunque sí requieren ventilación mecánica no invasiva y oxigenoterapia de alto flujo como parte de su tratamiento. Además, sirve para el tratamiento precoz de los afectados críticos, lo que permite liberar camas de intensivos.

-¿Cuál es la principal diferencia con una UCI?

-Que tratamos pacientes graves, pero que no precisan intubación ni estar dormidos.

-Uno de los grandes miedos de esta pandemia es el colapso de las UCI, que son un bien escaso. ¿Se ha logrado gracias a las UCRI?

-Sí. Han demostrado ser esenciales, ya que evitan hasta un 75% de la intubación de los pacientes y, por tanto, de su ingreso en UCI, y además ayudan a que los enfermos salgan de cuidados intensivos de manera precoz. Todo esto se traduce en la descarga de esas unidades, algo que resulta clave.

-¿Y cómo se decide quién puede entrar en ellas?

-Cualquier persona es candidata porque son pacientes con insuficiencia respiratoria que necesitan un aporte elevado de oxígeno. El éxito de la UCRI es hacer un ingreso precoz porque se ha demostrado que, a mayor velocidad de actuación, mejores resultados se obtienen.

-¿Qué beneficios aporta el hecho de evitar una intubación?

-Permite reducir las comorbilidades y los problemas asociados a este procedimiento, como debilidad muscular, polineuropatía, disfagia...

-¿Cuál es el protocolo que se sigue en estas unidades?

-Cuando el paciente requiere una concentración de oxígeno por encima del 40% ingresa y se le ponen unas gafas nasales de alto flujo que generan una presión positiva y dan concentración de oxígeno más alta. Esto se alterna con un respirador con CPAP con presión positiva que aumenta el área total de intercambio del pulmón. Todo ello logra evitar que esa insuficiencia respiratoria vaya a más.

-¿Qué tipo de personal forma parte de una UCRI?

-Es un equipo multidisciplinar caracterizado por una capacitación y especialización alta para poder manejar pacientes con insuficiencia respiratoria grave.

-Durante la pandemia estas unidades se han multiplicado en la Comunidad de Madrid...

-Ahora mismo hay 14 unidades de este tipo en la región. La Covid, al ser monográfica pulmonar, nos ha permitido aprender que es posible sacar adelante al paciente sin necesidad de intubarlo. Ahí es donde estas unidades entran en juego y marcan la diferencia.

-¿Qué datos manejan en la UCRI del Zendal?

-En dos meses han pasado por aquí ya 319 pacientes y de ellos sólo el 24% tuvo que ingresar en UCI, es decir, evitamos el ingreso en el 76% de los casos y por tanto el colapso. La estancia media aquí es de seis días y la edad media del paciente es 61 años.

-Tras un año con la Covid-19, ¿qué ha supuesto la creación de un hospital de pandemias?

-Sin duda ha permitido que el sistema sanitario no se colapse. Además, ha servido para crear la UCRI más grande de Europa tras aprender en la primera ola que esto iba bien y funcionaba, lo que nos ha ayudado a adelantarnos y a tenerlo todo preparado para atender a los miles de pacientes de estas nuevas olas. Ahora los datos nos están dando la razón.

-¿Qué le diría a quienes han criticado tanto la creación de este hospital?

-Que gracias a este hospital estoy convencido de que la mortalidad ha sido mucho más baja en esta nueva oleada, no sólo aquí, sino también en el resto de hospitales madrileños porque con él se ha evitado ese posible colapso. Además, tenemos el único hospital en el mundo monográfico en Covid capaz de hacer una atención integral y de mayor calidad.

-¿Qué diferencias hay con marzo de 2020?

-Por desgracia con la Covid aprendimos andando, pero gracias a eso hemos investigado mucho y descubierto el mejor camino para evitar la muerte de tantas personas. Será difícil borrar de nuestra mente aquellos momentos tan duros, pues hemos visto morir a muchísima gente delante de nosotros sin apenas poder hacer nada por ellos.

-¿Hasta qué punto el cansancio juega ya en su contra?

-Estamos agotados física y mentalmente, mentiría si no lo reconociera, pero no por ello vamos a dejar de luchar contra esta enfermedad. Seguiremos al pie del cañón hasta el final, pero necesitamos que la gente nos ayude cumpliendo su parte.