Climaterio
«Con hormonas y a lo loco», una guía sobre lo que le pasa al cuerpo en la menopausia
►Durante el climaterio, la mujer ha de ser asesorada por un equipo médico multidisciplinar
Cada mujer experimenta los años previos a la menopausia de un modo diferente. Algunas detectan que sus menstruaciones se hacen irregulares; otras que tienen sofocos, y otras pérdida de interés por el sexo. Una vez que han transcurrido 12 meses consecutivos sin el período, se considera que la mujer ha llegado a la menopausia.
El cese de la producción de estrógenos y progesterona por el ovario produce en algunas mujeres insomnio, sofocos, irritabilidad, dolores musculares, inestabilidad emocional, sequedad vaginal, ganancia de peso, etc. Pero, además, esta ausencia hormonal predispone a la aparición de enfermedades y factores de riesgo que afectan al sistema cardiovascular, a los huesos, al cerebro y al aparato genitourinario. «Por eso es crucial una valoración y gestión de la situación para encarar el presente y el futuro», explica la Dra. Clotilde Vázquez, jefa de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz, de Madrid, y autora de «Con hormonas y a lo loco», un libro con el que pretende luchar contra los prejuicios y la confusión que aún hay sobre la menopausia.
«Hay prejuicios porque se asocia la menopausia al inicio de la etapa de la “vejez” en la mujer. Y hay confusión sobre todo porque la idea generalizada es que es una etapa normal de la vida, que no hay que hacer nada y si ocurren molestias o problemas hay que aguantarlos. Y eso no es para nada así», incide.
Y es que si se toman medidas para las cataratas o la presbicia, ¿por qué no para la menopausia? «Si hay problemas que surgen en ese momento hay que saber por qué, qué intensidad y repercusiones a corto, medio y largo plazo tienen y tomar medidas correctoras», recuerda la Dra. Vázquez.
«Los sofocos más o menos intensos –prosigue– no son la medida de la severidad de una menopausia ni la pauta para tratar o no. Hay que hacer un estudio ginecológico, hormonal, metabólico, óseo, psicológico y de salud en general. Por eso debe ser multidisciplinar».
Transición hormonal
Las mujeres «han de acudir anualmente a la revisión, combinando el estudio mamográfico, citología y ecografía con estudio hormonal y de salud general, sobre todo a partir de los 45 años», explica la Dra. Vázquez. Unos años después comenzará el declive ovárico que «ya puede dar síntomas ocurre como promedio a los 48 años. Esta primera etapa se caracteriza por la disminución en la producción de las hormonas ováricas que a veces es muy brusca, y los cambios y oscilaciones en las hormonas hipotalámicas e hipofisarias: FSH y LH sobre todo. Estas oscilaciones producen en muchas mujeres alteraciones en el estado de ánimo, sofocos, insomnio, inestabilidad emocional y pérdida de energía. Muchas experimentan sequedad vaginal, aumento de grasa abdominal, dolores articulares, ansiedad y pérdida de libido. Esta etapa tiene una duración muy variable: entre dos y cinco años».
«A medida que pasan los años, en la postmenopausia estos síntomas y signos están muy atenuados, pero pueden aparecer las consecuencias del déficit de estrógenos: fracturas, poliartrosis, incontinencia , infecciones, prolapsos, hipertensión, angina de pecho o infarto», incide. De ahí la importancia de las revisiones. Y es que «lo único “normal” es el cese de producción de las hormonas ováricas y de la formación de óvulos. La aparición de nódulos mamarios, sangrados importantes, elevación grave de la tensión arterial, cefaleas severas... deben alarmar y llevar a consulta con mayor celeridad. Lo mismo, si cualquier enfermedad pre existente, como una diabetes, por ejemplo, empeora. Por eso el cuidado de la mujer en época de transición hormonal se debe compartir con varias especialidades: Ginecología, Endocrinología, a veces Cardiología etc.», concluye. Todo con un objetivo: reducir fracturas antes de los 70 años, evitar que sufran dolor durante el sexo, tenga insomnio o un agravamiento de enfermedades preexistentes.
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