Seguridad alimentaria

Alerta del CSIC por niveles altos de toxicidad en un súperalimento comercializado en 28 países

Las más de 80 muestras de polen de abeja analizadas en el estudio proceden de España, Estados Unidos e Italia

Abeja llena de polen
Abeja cubierta de polen(mirey 2222 / Pixabay)Creative Commons

El polen de abeja (gameto masculino de las flores que fecunda sus ovarios) es un auténtico superalimento que se vende en todo el mundo por sus propiedades nutricionales y medicinales, como su actividad antioxidante, anti-inflamatoria, anticancerígena, anti-bacteriana, anti-fúngica, sus efectos positivos para combatir la arterioesclerosis y su capacidad de ayudar a preservar el sistema inmune durante los cambios de estación. Muchos lo llaman el "oro" de los complementos nutricionales por su compleja composición, que auna una gran riqueza en minerales y vitaminas. Aunque los beneficios no son directamente atribuibles al polen de abeja en si, sino a los compuestos bioactivos que contiene.

Ahora, un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con la Universidad de Almería, ha detectado la presencia de cuatro micotoxinas - una familia de moléculas que se encuentran en los alimentos, pueden tener efectos cancerígenos y se han descrito como agentes inmunosupresores-: la aflatoxina B1, ocratoxina A, zearalenona y deoxynivalenol en muestras de polen de hasta 28 países, entre ellos España, que representan una amenaza latente para la salud humana. Algunas de ellas, como las aflatoxinas, han sido reconocidas por la International Agency for Research on Cancer (IARC) como los compuestos naturales conmayor potencial cancerígeno para humanos que se conocen, seguidas por la ocratoxina A, el deoxinivalenol o la zearalenona.

En este estudio, publicado en la revista Food Control, se evaluó, mediante ensayos inmunoenzimáticos, la presencia de cinco micotoxinas -aflatoxina B1, ocratoxina A, zearalenona, deoxinivalenol y toxina T2- en 80 muestras de polen apícola de países como China, España, Estados Unidos, India, Italia y Rusia, entre otros. "A través de la técnica ELISA, se han detectado micotoxinas en todas las muestras analizadas", explica María Dolores Hernando, investigadora de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC), en un comunicado. "Estas muestras, además de la distinta procedencia, incluyen una amplia diversidad en las características del polen comercializado para consumo humano, como su forma de producción (convencional y ecológica), su composición floral (mono y multifloral) y su procesado (polen fresco, deshidratado y como pan de abeja)", añade.

El trabajo evaluó también el margen de exposición como indicador del nivel de peligro sanitario sobre la presencia de micotoxinas cancerígenas y el riesgo asociado con la exposición a una o más micotoxinas. En el 28% de los casos analizados, el contenido de deoxynivalenol sobrepasó los valores de referencia toxicológicos, mientras la aflatoxina B1, a consecuencia de su concentración (98%), se consideró de alta preocupación en el 84% de los casos.

Debido a la falta de información sobre el alcance de la contaminación con sustancias peligrosas del polen de abeja, sigue habiendo una serie de interrogantes sobre la seguridad de este producto apícola, destaca el comunicado. Los investigadores de este trabajo ponen de manifiesto la necesidad de mejorar los procesos de secado y conservación del polen, así como la ampliación de los controles de seguridad alimentaria a productos considerados, en general, de bajo consumo.