Salud

Vitamina K: Por qué es tan importante a la hora de envejecer

Es un aliado poderoso en la búsqueda de una vejez saludable y activa, ayudando a fortalecer los huesos, proteger el corazón y preservar la función cerebral.

pensionistas
Dos jubilados pasean en Bilbao. Luis TejidoAgencia EFE

La vitamina K, conocida por su papel crucial en la coagulación sanguínea, está emergiendo como un actor estelar en la lucha contra el envejecimiento. Esta vitamina desempeña un papel fundamental en la salud ósea, la salud cardiovascular y la prevención de enfermedades neurodegenerativas, lo que la convierte en un nutriente esencial a medida que envejecemos.

Esta vitamina es clave en la activación de proteínas que ayudan a fortalecer los huesos y prevenir la osteoporosis, una preocupación común en la vejez. Además, se ha observado que tiene efectos protectores sobre el sistema cardiovascular al ayudar a prevenir la calcificación de las arterias, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardíacas.

Pero sus beneficios no se detienen ahí. La vitamina K también está vinculada a la preservación de la función cognitiva a medida que envejecemos. Estudios preliminares sugieren que podría desempeñar un papel en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer al proteger las células cerebrales del daño oxidativo.

Dada su creciente relevancia en la promoción de la salud a lo largo del proceso de envejecimiento, los expertos enfatizan la importancia de garantizar una ingesta adecuada de vitamina K a través de una dieta equilibrada o, cuando sea necesario, mediante suplementos.

En qué alimentos se puede encontrar vitamina K

A pesar de su importancia, muchas personas no obtienen suficiente vitamina K en su dieta diaria. Se encuentra en alimentos como vegetales de hojas verdes oscuros (espinacas, col rizada, brócoli), aceites vegetales y algunos productos animales.

Vegetales de hojas verdes oscuros: Espinacas, col rizada, acelgas, hojas de mostaza, berros, hojas de nabo, hojas de remolacha y hojas de lechuga romana son excelentes opciones.

Vegetales de hojas verdes de colores claros: Lechuga, brócoli, repollo, coliflor y coles de Bruselas también contienen cantidades significativas de vitamina K.

Hierbas y especias: Perejil, cilantro, albahaca, orégano, tomillo y menta son buenas fuentes de vitamina K.

Aceites vegetales: Aceite de soja, aceite de colza y aceite de oliva contienen vitamina K.

Otros alimentos: Algunos alimentos fermentados, como el natto (un plato japonés de soja fermentada) y el chucrut, también contienen vitamina K.

Espinacas
EspinacasFreepik

En definitiva, la vitamina K está demostrando ser mucho más que un nutriente para la coagulación sanguínea. Es un aliado poderoso en la búsqueda de una vejez saludable y activa, ayudando a fortalecer los huesos, proteger el corazón y preservar la función cerebral.