Estudio

Esto es lo que asegura un estudio de la información que difunden los influencers en redes sociales sobre salud

El trabajo, publicado en la revista "JAMA", analiza casi mil publicaciones sobre cinco pruebas médicas diagnóstica controvertidas que habían sido promocionadas por estos a casi 200 millones de seguidores

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Las redes sociales se han introducido en todas las áreas de nuestra vida y, tras los primero "influencers" que opinaban sobre moda, videojuegos o gastronomía, por poner algunos ejemplos, cada vez son más los que en los últimos tiempos se atreven con la salud. Pero no con hábitos de vida saludables, sino que ahora la última moda es prescribir pruebas médicas.

Una práctica que ha merecido la puesta en marcha de un estudio global dirigido por la Universidad de Sydney (Australia) y publicado hoy en "JAMA Network Open. En él, los investigadores analizaron casi mil publicaciones sobre cinco pruebas médicas de detección controvertidas que habían sido promocionadas por influencers de las redes sociales a casi 200 millones de seguidores.

Las pruebas analizadas fueron: resonancias magnéticas de cuerpo entero; pruebas genéticas que supuestamente identifican signos tempranos de 50 cánceres; análisis de sangre para los niveles de testosterona; la prueba de la hormona antimulleriana (AMH) que examina el recuento de óvulos de una mujer; y la prueba del microbioma intestinal. Según los expertos, estas pruebas tienen evidencia limitada de beneficios en personas sanas y podrían conducir a un sobrediagnóstico y uso excesivo.

Y la conclusión no da lugar a dudas: los influencers están promoviendo información no confiable sobre pruebas médicas en Instagram y TikTok: "La gran mayoría de estas publicaciones eran abrumadoramente engañosas", asegura Brooke Nickel, quien dirigió la investigación de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina y Salud.

Así, descubrieron que la mayoría de las publicaciones no hacían referencia a evidencia científica, eran promocionales, tenían intereses financieros explícitos y no mencionaban posibles daños. “Se promocionan bajo el pretexto de la detección temprana, como una forma de tomar el control de la propia salud. El problema es que son innecesarias para la mayoría de las personas y, en algunos casos, la ciencia que respalda su eficacia es poco sólida”, afirmó la Dra. Nickel.

El estudio descubrió que el 85% de las publicaciones no mencionaban ningún inconveniente o riesgo de las pruebas. “Estas pruebas conllevan el potencial de que personas sanas reciban diagnósticos innecesarios, lo que podría conducir a tratamientos médicos innecesarios o afectar la salud mental”, dijo el Dr. Nickel.

“Un ejemplo es el test de AMH, que está siendo promocionado intensamente entre las mujeres por influencers como una forma de medir la fertilidad, pero los expertos no lo consideran confiable. Existe la preocupación de que un resultado bajo descubierto fuera del contexto de un problema médico específico pueda llevar a algunas mujeres a intervenciones de fertilidad innecesarias y costosas”, afirma el trabajo

“Otro ejemplo es la prueba de testosterona, que a menudo se comercializa entre los hombres mediante tácticas alarmistas para luego promocionar suplementos de testosterona que afirman mejorar la masculinidad y el rendimiento sexual. Esto es riesgoso, ya que aún se desconoce la seguridad a largo plazo de la terapia de reemplazo de testosterona sobre la salud cardiovascular y la mortalidad.

“Uno de los temas subyacentes que utilizan los influencers que promueven estas pruebas es que el conocimiento es poder, pero la mayor parte de la información se selecciona cuidadosamente. Cuando se trata de salud, obtener una visión completa es muy importante, y las medias verdades a menudo son mentiras”.

Entre las 982 publicaciones en Instagram y TikTok, el 87% mencionó los beneficios de las pruebas, pero sólo el 15% mencionó los posibles daños; sólo el 6% mencionó el riesgo de sobrediagnóstico o sobretratamiento; sólo el 6% mencionó evidencia científica, mientras que el 34% utilizó anécdotas personales para promover la prueba; el 68% de los influencers y otros titulares de cuentas tenían intereses financieros en promover la prueba (por ejemplo, asociación, colaboración, patrocinio o venta para beneficio propio de alguna manera).

“Estos hallazgos sugieren que las redes sociales son una cloaca abierta de desinformación médica", afirma tajante el co-investigador Ray Moynihan, profesor asistente honorario de la Universidad Bond. “Se trata de una crisis de salud pública que agrava el sobrediagnóstico y amenaza la sostenibilidad de los sistemas de salud”, añadió.

Un análisis detallado de los resultados encontró que las publicaciones de médicos, aquellas que mencionaban evidencia científica y las de personas influyentes sin interés financiero en las pruebas tendían a ser más equilibradas en general.

El grupo de investigación está investigando actualmente formas de regular mejor este tipo de información médica engañosa en las redes sociales.

“Dado que las plataformas de redes sociales como Instagram están dejando de verificar los hechos de su contenido, la necesidad de una regulación más estricta para evitar la información médica engañosa ha cobrado urgencia”, concluye Josh Zadro, investigador principal y coautor de la Universidad de Sydney.