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Los expertos avalan la dieta FAFO para perder kilos sin efecto rebote

Esta alternativa de alimentación a largo plazo permite reducir un kilo a la semana sin efecto rebote

Dieta mediterránea postnavidad
Dieta mediterránea postnavidadFREEPIKFREEPIK

Con el roscón de Reyes ya terminado y la lista de propósitos de nuevo año escritos en la agenda, toca subirse a la báscula y actuar después de semanas celebrando la Navidad en torno a una mesa. «En general, de dos a cuatro kilos es la media de aumento de peso en fechas navideñas», apunta Mónica Pérez, miembro del Consejo General de colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (Cgcodn).

Pero no todo vale para perder peso, pues las dietas milagro pueden ser peligrosas para la salud. «No debemos pretender perder en días lo que ha supuesto meses y años de ganancia. Esa bajada rápida de kilos suele deberse más a pérdida de líquidos y masa muscular en lugar de a grasa, aumentando aún más el temido efecto rebote de dietas restrictivas, por no hablar de que agrava cuadros de trastornos del comportamiento alimentario y otras patologías existentes», advierte Pérez.

En este escenario entra en juego un nuevo modelo de alimentación que promete la pérdida de peso de un kilo semanal de una forma saludable. Se trata de la dieta FAFO, acrónimo de «flexible and friendly for the overweight». «Este es un estilo de vida flexible y amigable basado en la evaluación de expertos en endocrinología, nutrición, psicología, actividad deportiva... y refrendada por especialistas en antropología médica y recursos humanos», explica Rafael Gómez y Blasco, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo).

La clave del éxito está en que «facilita una alimentación saludable de fácil recorrido para la población, lo que permite pautar una reducción calórica sin cambiar la dieta del grupo familiar, añadiendo actividad física y apoyo psicológico. Además es un método barato, razonable, que permite realizar unos mínimos cambios en nuestra vida diaria y mejorar así el peso corporal con una pérdida de entre medio y un kilo semanal», añade Gómez y Blasco, quien hace hincapié en que «lo mejor es que sea prescrita y guiada especialistas en alimentación formados en ella, ya que se trata de una pauta de precisión con cantidades que deben ajustarse a cada persona. No es una dieta de moda, sino facilitar un cambio a una gran cantidad de población».

Así lo ratifica Pérez, quien insiste en que «aunque nos encanta poner nombre a todo, FAFO no es más que seguir una alimentación saludable adaptada a las circunstancias fisiopatológicas y sociales de cada persona, en la que exista una buena relación con la comida con un correcto equilibrio entre apetito y saciedad. Y esto, que parece muy sencillo, en la práctica no lo es tanto, ya que vivimos en un ambiente obesogénico, con un ritmo de vida estresante y sedentario. Además, parece que si no sufrimos llevando una pauta dietética no es efectiva, y nada más lejos de la realidad. Comer de manera saludable y perder peso no resulta monótono ni aburrido, como sí lo son esas dietas milagro».

En la práctica

El primer consejo práctico es «no querer perder peso en unos días. Es más, lo ideal sería no centrarnos exclusivamente en la cifra que marca la báscula, sino en cambiar hábitos», aconseja Pérez, quien detalla que «eso incluye que nuestra alimentación sea predominantemente basada en alimentos vegetales, fomentando el consumo de legumbres, verduras, frutos secos, frutas y cereales integrales. Elegir proteínas de buena calidad (carne, pescado, huevo) y grasas saludables como las presentes en el pescado azul, el aceite de oliva, los frutos secos y semillas o el aguacate, por ejemplo. Además, hay que optar por materias primas de temporada y locales, así como evitar el consumo de alcohol, alimentos procesados, bollería, repostería y azúcares, siendo el agua la mejor bebida, aunque también podemos recurrir a café e infusiones. Y no olvidarnos de realizar actividad física diariamente, pues cuerpo y mente nos lo agradecerán».

Aunque FAFO es «recomendable y posible para la mayoría de la población, hay enfermedades donde estás dietas flexibles no deben usarse, como en los diabéticos tipo 1 en su debut, durante el embarazo de las insulinodependientes, en algunos cuadros de insuficiencia renal o cardiaca, etc,», advierte el experto de la Seedo.

Con el aval del patrón mediterráneo

FAFO está basada en la dieta mediterránea, «que es la mejor del mundo desde el punto de vista cardiovascular, prevención de comorbilidades, disminución en la aparición de procesos malignos, etc.», recuerda Gómez y Blasco. Pero la situación en los últimos años ha hecho que nos alejemos mucho de ella, «entre otras cosas por el precio indecente que tienen nuestros alimentos estrella, como pescados, frutas, verduras y el aceite de oliva, así como las formas de preparación», lamenta el miembro de la Seedo, quien recuerda que FAFO está avalada por sociedades científicas de carácter internacional.