Entrevista
«Incorporamos la última tecnología en diagnóstico del cáncer de vejiga»
"Ser fumador supone tener entre cuatro y siete veces más riesgo de desarrollar cáncer de vejiga», incide a la sección "10 preguntas" el doctor Ramiro Cabello, jefe asociado del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, en Madrid, y responsable de su Unidad de Urología Oncológica
1. El cáncer de vejiga es el quinto más diagnosticado en España, según la SEOM. ¿Es cada vez más frecuente?
Es un tumor que se desarrolla en las células uroteliales que recubren el interior del tracto urinario. Este cáncer urotelial puede ocurrir en cualquier tramo del aparato excretor urinario, siendo su localización más habitual en la vejiga. En frecuencia, es el noveno más diagnosticado en el mundo. El occidente europeo, lo que incluye a España, es el área de mayor incidencia. Su principal factor de riesgo es el tabaco. El envejecimiento poblacional también está relacionado; los datos confirman que más del 70% de los afectados tiene más de 65 años. La expectativa es que siga creciendo, según la Asociación Europea de Urología (EAU). En 2030 su incidencia se prevé que aumente un 7,3% respecto a la actual.
2. Es cuatro veces más frecuente en hombres. ¿En un futuro podría ser igual de frecuente en las mujeres por el tabaco?
Ser fumador supone tener entre cuatro y siete veces más riesgo de desarrollar cáncer de vejiga si lo comparamos con la población no fumadora. Según el INE, en 2020 el 16,4% de las mujeres españolas y el 23,3% de los hombres fumaban a diario. Muy posiblemente el tabaco sea el responsable del incremento observado en las últimas décadas en la incidencia de este cáncer en la población femenina.
3. ¿Algún otro factor de riesgo?
El cáncer de vejiga se ha relacionado con la exposición a otras sustancias, habitualmente en el ámbito laboral/industrial, como algunos disolventes, tintes o pinturas. También hay procesos irritativos e infectivos crónicos que afectan a la vejiga y pueden desembocar en un cáncer en la vejiga. Algunos tratamientos médicos, como la radioterapia pélvica o la ciclofosfamida, se han relacionado con esta enfermedad.
4. ¿Es más frecuente en el oeste de Europa que en Asia? Porque en Asia se fuma bastante más.
Según WorldBladderCancer.org, los datos de incidencia en 2020 son muy similares, si bien la mortalidad reportada en Asia fue superior: 90.610 frente a las 67.289 muertes ocurridas en Europa. Posiblemente las diferencias en las cifras y casos reportados dependan de los sistemas sanitarios, densidad de población o el acceso de esta a los recursos. No obstante, también es posible que otros factores ambientales puedan estar relacionados.
5. ¿Es un tumor que se diagnostica a tiempo, en fase curable?
Entre el 51% y el 80% de los casos se diagnostica en etapas iniciales, cuando es potencialmente curable. Retrasar la consulta por no dar importancia a los síntomas iniciales (hematuria o sangre en la orina, aumento de la frecuencia miccional, dolor o escozor al orinar) influye negativamente en el pronóstico. Debemos animar a la población a consultar con su médico cuando aparecen estos síntomas.
6. La Fundación Jiménez Díaz ha incorporado el biomarcador Bladder Epicheck para optimizar el diagnóstico y seguimiento de los pacientes. ¿En qué consiste esta prueba? ¿Es indolora?
El Bladder Epicheck es un test no invasivo fundamentado en la metilación de ADN, una prueba genómica basada en un análisis por PCR, partiendo del ADN presente en la orina obtenida mediante micción espontánea. Este test permite estudiar y detectar cambios en el ADN de las células uroteliales presentes en la orina, específicos de los tumores vesicales. Es una técnica completamente indolora; el paciente solo tiene que recoger una muestra de orina y, a diferencia de otros tests convencionales como la citología y otros biomarcadores, no se ve afectado por otros procesos patológicos.
7. ¿Es coste-eficiente al detectar a tiempo el tumor?
El impacto económico del cáncer de vejiga es muy elevado. Según la EAU, Europa gasta 2,9 billones de euros al año en esta patología, lo que supone un 5% de presupuesto sanitario. Los gastos derivados de la pérdida de horas de trabajo por el cáncer vesical representan cerca del 20% del coste indirecto de esta patología. Utilizar este biomarcador es una estrategia coste-efectiva, ya que supone un importante avance en el diagnóstico y seguimiento de los pacientes con cáncer de vejiga: ayuda a disminuir intervenciones innecesarias sobre el tracto urinario y a generar un impacto positivo en la calidad de vida de los afectados.
8. ¿Cómo de precisa es?
Tiene una sensibilidad del 80% y una especificidad del 48%, con una precisión de casi el 98% de descartar presencia de tumor en caso de que la prueba resulte negativa. Incorporar su uso al esquema diagnóstico incrementa de forma significativa la precisión para detectar un tumor de vejiga de alto grado, ayuda en la toma de decisiones y, en ciertos pacientes y escenarios, puede permitir reducir la frecuencia y/o necesidad de cistoscopias sin pasar por alto la presencia de tumores agresivos.
9. ¿Para qué perfil de pacientes se utiliza?
Hemos comenzado su utilización en pacientes con cáncer de vejiga no músculo invasivo de riesgo intermedio/alto de recaída en los que, durante el seguimiento, se presenten hallazgos dudosos en las cistoscopias o citologías de control, con el objetivo principal de reducir los procedimientos quirúrgicos innecesarios. También iniciamos su uso en aquellos pacientes que resulta imposible desplazar al hospital para su seguimiento o realizar cistoscopias de control y en casos seleccionados de tumores del tracto urinario superior.
10. ¿En cuántos hospitales se realiza en España?
Muy pocos hospitales cuentan con este biomarcador, especialmente dentro del sistema público. La Fundación Jiménez Díaz ha sido pionera en incorporarlo entre los hospitales de Quirónsalud integrados en la red pública madrileña.
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