Salud
El ingrediente oculto en tu taza de café que reduce el riesgo de diabetes y adelgaza
Si suele acompañarte al final de las comidas estás de enhorabuena: una investigación genética relaciona el consumo de cafeína con un menor azúcar en sangre
Si sueles beber café estás de suerte: un equipo de investigadores ha relacionado el consumo de cafeína con un menor riesgo de padecer diabetes y obesidad. Las probabilidades de que lo hagas son altas, pues cada día se consumen 65,5 millones de razas de café en nuestro país, según la Asociación Española del Café. De ellas, 46,5 millones las consumimos en casa y, tanto en el hogar como en los restaurantes, preferimos que contengan cafeína: de cada 100 cafés que se sirven en hostelería, solo 14 son descafeinados frente a los 86 que sí contienen esta sustancia.
El estudio, publicado en la revista British Medical Journal (BMJ), considera probado a nivel genético que un alto consumo de bebidas con cafeína sin calorías podría reducir la grasa corporal y, así, disminuir el riesgo de padecer diabetes tipo 2. Se trata de un hallazgo que diversos profesionales han considerado significativo a la hora de "conducir" al uso de estas bebidas como herramienta para prevenir enfermedades.
Los resultados han sido aportados por un equipo internacional liderado por Susana Larsson, del Instituto de Medicina Ambiental de la Universidad de Estocolmo (Suecia). Para demostrar su tesis, se centraron en investigaciones publicadas anteriormente, que sugerían que tomar de tres a cinco tazas diarias de café se asociaba a un menor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Cada una de ellas contendría una media de 70-150 miligramos de cafeína.
El problema radicaba en que se trataba de estudios observacionales y resultaba difícil establecer si los efectos se debían a la cafeína o a otros compuestos. El objetivo del equipo de Larsson era, pues, demostrar esta relación con rigurosidad. Para ello utilizaron una técnica conocida como aleatorización mendeliana, que establece causa y efecto mediante pruebas genéticas. De esta manera, el equipo descubrió que existen dos variantes genéticas comunes de los genes CYP1A2 y AHR asociadas a la velocidad con la que se metaboliza la cafeína.
Y así, las personas portadoras de variantes genéticas asociadas a un metabolismo más lento de la cafeína beben menos café por término medio. No obstante, tienen niveles más altos de cafeína en sangre que las personas que la metabolizan con rapidez. Los resultados mostraron que los valores más altos de cafeína en sangre están relacionados con un menor Índice de Masa Corporal (IMC) y un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Casi un 50% de reducción del riesgo de obesidad
El mayo hallazgo del estudio fue revelar que la pérdida de peso redujo en casi la mitad (43%) el riesgo de diabetes tipo 2. En el experimento participaron casi 10.000 personas, con predominancia de etnia europea, durante seis estudios de larga duración. El Dr. Stephen Lawrence, profesor clínico asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Warwick (ajeno al estudio), afirmó al medio británico The Guardian que el estudio era "interesante" y utilizaba "buena ciencia", pero señaló que la evaluación mendeliana era una "técnica relativamente nueva" y, aunque útil, era "vulnerable al sesgo".
Los propios investigadores inciden en la importancia de realizar estudios clínicos a largo plazo. Pero recalcan que, con anterioridad, diversos estudios han considerado acreditado que el consumo de cafeína da como resultado una reducción de la grasa corporal. Y subrayan: "Se sabe que la cafeína estimula el metabolismo, aumenta la quema de grasas y reduce el apetito, y se calcula que una ingesta diaria de 100 miligramos aumenta el gasto energético en unas 100 calorías al día".
En cualquier caso, subrayan que la investigación se centra en mostrar posibles beneficios para la salud de las personas con altos niveles de cafeína en sangre, pero no estudia ni recomienda beber más café, pues este "no es el objetivo de esta investigación". Por contra, explican que más bien puede ser una "justificación" para llevar a cabo nuevos ensayos que evalúen "si las bebidas no calóricas que contienen cafeína podrían desempeñar un papel fundamental al reducir el riesgo de obesidad y del tipo de diabetes asociada".
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