Salud

Las mujeres expuestas a estos tóxicos tienen menos óvulos

Los metales pesados podrían afectar negativamente a los ovarios de mujeres que se acercan a la menopausia, según afirma un estudio

Espermatozoides fertilizando un óvulo
Espermatozoides fertilizando un óvulo123RF123RF

La peligrosidad de los metales pesados reside en que no se puede degradar, ni química ni biológicamente. No solo eso: tienden a bioacumularse y a biomagnificarse, que significa que se 'hacinan' en los organismos vivos alcanzando concentraciones mayores que las que tienen en los alimentos o en el medio ambiente.

"Estas concentraciones aumentan a medida que ascendemos en la cadena trófica, provocando efectos tóxicos de muy diverso carácter", según explica el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Y añade que, en el ser humano, se han detectado "infinidad" de efectos físicos, como dolores crónicos y problemas sanguíneos, y psíquicos.

Ahora, un estudio sugiere que las mujeres de mediana edad expuestas a metales tóxicos podrían tener menos óvulos en los ovarios a medida que se acercan a la menopausia, según una nueva investigación publicada en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.

Los metales pesados como el arsénico, el cadmio, el mercurio y el plomo se encuentran habitualmente en el agua potable, el aire y los alimentos, y se consideran alteradores endocrinos. Diversos estudios habían relacionado los metales pesados con el envejecimiento reproductivo de la mujer y la disminución de la reserva ovárica. El nuevo trabajo destaca por estudiar una muestra de mujeres representativa y estudiar sus niveles hasta 10 años antes de sus últimos periodos menstruales.

La investigación, basada en los datos de orina de más de 500 mujeres de Estados Unidos, mostró que la reserva ovárica las mujeres que tenían altos niveles de metales en la orina era menor que la de otras mujeres de esa edad. Para entenderlo, debemos saber que todas las mujeres nacen con una reserva ovárica. Es decir, un número limitado de óvulos que se almacena en los ovarios y que se van liberando en los periodos menstruales hasta agotarse en la menopausia.

No obstante, antes de la menopausia, las mujeres pasan unos años de transición en los que pueden experimentar alteraciones en el ciclo, sofocos o sudores nocturnos. Este periodo empieza entre los 45 y los 55 años y dura unos siete años. Te puede interesar: La menopausia bate récords en España: conoce sus síntomas y tratamiento 

El envejecimiento precoz de ovarios aumenta el riesgo de cardiopatía

La exposición generalizada a las toxinas de los metales pesados puede tener una gran repercusión en los problemas de salud relacionados con el envejecimiento más precoz de los ovarios en mujeres de mediana edad, "como sofocos, debilitamiento óseo y osteoporosis, mayores probabilidades de cardiopatías y deterioro cognitivo", explica el autor del estudio, Sung Kyun Park, de la Universidad de Míchigan en Ann Arbor (EE UU).

El estudio relacionó la exposición a metales pesados con niveles más bajos de hormona antimülleriana (HAM) en mujeres de mediana edad, que indica aproximadamente cuántos óvulos quedan en los ovarios de una mujer. "Es como un reloj biológico de los ovarios que puede indicar riesgos para la salud en la mediana edad y en etapas posteriores de la vida", apunta Park.

Para hacer el estudio, los investigadores estudiaron a 549 mujeres de mediana edad del Study of Women's Health Across the Nation (SWAN) que se encontraban en la transición a la menopausia y presentaban indicios de metales pesados (como arsénico, cadmio, mercurio o plomo) en sus muestras de orina.

"Los metales, como el arsénico y el cadmio, tienen propiedades de alteración endocrina y pueden ser potencialmente tóxicos para los ovarios", afirma Park. No obstante, los autores reconocen que hace falta más estudios en población más joven "para comprender plenamente el papel de las sustancias químicas en la disminución de la reserva ovárica y la infertilidad", concluye Park.

La opinión de los científicos españoles

Miguel Motas, profesor de Toxicología en el departamento de Ciencias Sociosanitarias de la Universidad de Murcia, declara a Science Media Centre España que "el estudio tiene un gran tamaño muestral y la técnica analítica es la correcta", por lo que "las conclusiones están sustentadas en un potente cálculo estadístico". Es un trabajo "novedoso, pues no se había relacionado directamente la exposición a metales con esta hormona".

No obstante, identifica una limitación principal, que es la muestra elegida. "La orina es la vía de eliminación de los metales y cada uno tiene un tiempo de permanencia en el organismo distinto y un porcentaje de eliminación diferente por esta vía, por lo que realmente la relación entre nivel de metal y el efecto sería mejor hacerla en sangre", señala.

Aun así, anima a implantar análisis toxicológicos de manera rutinaria en la práctica clínica, pues "están detrás de multitud de afecciones crónicas y, especialmente, las reproductivas. Falta formación por parte de los clínicos en toxicología, lo que redunda en un infradiagnóstico de las patologías asociadas a compuesto tóxicos en general y a metales en particular".

Por su parte, Francisco Domínguez, investigador principal en IVIRMA Global Research Alliance, Fundación IVI (Instituto Valenciano de Fertilidad) e Instituto de Investigación Sanitaria La Fe; y su compañero Roberto González-Martín, investigador posdoctoral en los mismos organismos, se muestran de acuerdo en que hubiera sido más eficaz realizar análisis de sangre.

De cara al futuro, indican: "A corto plazo, la importancia de este trabajo radica en poner el foco en esta problemática ambiental para establecer medidas regulatorias adecuadas. En este proceso se encuentra la Unión Europea, con la ayuda de expertos en el campo".

A nivel clínico, dicen, que "dado que por distintos factores sociales cada vez se retrasa más la edad a la que se decide la maternidad y que nos encontramos constantemente expuestos a estos elementos en nuestro entorno, recomendamos la monitorización de la reserva ovárica, por ejemplo, mediante la medida de hormona antimülleriana en clínicas de reproducción asistida, para ser conscientes de las posibilidades reproductivas y poder aplicar a tiempo estrategias adecuadas para evitar la infertilidad, como la criopreservación de ovocitos".