Salud dental

¿Se puede regenerar el esmalte de los dientes?

El esmalte de nuestros dientes está formado por hidroxiapatita, un compuesto muy duro pero muy sensible a los ácidos que pasan por nuestra boca

En la imagen, una mujer sonríe y presume de dientes blancos.
En la imagen, una mujer sonríe y presume de dientes blancos.UnsplashUnsplash

Hace unos cuantos cientos de miles de años, tanto los dientes humanos como sus raíces, eran mucho más grandes y robustos que los actuales. Se cree que este deterioro de los atributos de nuestros dientes se debe a la domesticación del fuego y a su uso a la hora de preparar los alimentos. Esta nueva tecnología permitió que la mandíbula y los dientes no necesitasen soportar tanta presión como la que habían estado soportando hasta entonces a la hora de seccionar y triturar la comida.

La mandíbula que tiene la clave de la evolución
La mandíbula que tiene la clave de la evoluciónlarazon

La siguiente gran transformación de nuestra dentadura se produjo a raíz del enorme desarrollo tecnológico que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XVIII… la conocida como “revolución industrial”. Este cambio en el modelo productivo permitió que -cada vez más- tuviéramos acceso a más alimentos, pero de peor calidad.

Después de varios cientos de años masticando alimentos cada vez más blandos, ácidos y azucarados, nuestros dientesse han hecho más y más débiles.Y han dado lugar a una serie de enfermedades que nos separan del resto de mamíferos y -sobre todo- de aquellos humanos que nos precedieron. En los fósiles que conservamos de nuestros antepasados Homo Sapiens, no hay rastro de afecciones comunes en la actualidad, como las caries, por ejemplo. Ahora nuestros dientes ni siquiera son capaces de durar una sola vida. Y para mantenerlos en buen estado es necesario el cuidado constante y exhaustivo... algo que no había sido tan importante en ningún otro momento de la historia.

El deterioro del esmalte dental

Una de las peores incorporaciones a nuestra dieta que tuvo lugar con la revolución industrial fue el azúcar. O mejor dicho, el azúcar que puede encontrarse en casi cualquier comida mínimamente procesada industrialmente. Al ingerir alimentos o bebidas azucarados, parte del azúcar queda depositado en los dientes.

persona lavándose los dientes
persona lavándose los dientesDreamstimeDreamstime

Este sirve de alimento para las bacterias que se encuentran en cavidad bucal de manera natural, favoreciendo su desarrollo y la formación de biofilm dental. En el desarrollo de su actividad metabólica, las bacterias presentes en el biofilm generan desechos ácidos que erosionan y debilitan el esmalte dental. Ahora bien, el azúcar no es lo único que daña el esmalte de nuestros dientes. Los alimentos ácidos, como los cítricos, por ejemplo, también afectan muy negativamente sobre el esmalte.

El continuo desgaste provocado por la acidez, así como la fricción de las cerdas del cepillo de dientes y otros elementos, acaba destruyendo el esmalte de nuestros dientes. Es un proceso lento… pero irreversible. Las únicas materias que pueden “autoregenerarse” en nuestro cuerpo son aquellas que están formadas por células y el esmalte dental es un tejido que prácticamente no tiene células. El esmalte de nuestros dientes está formado por hidroxiapatita, un compuesto muy duro pero muy sensible a los ácidos que pasan por nuestra boca. En conclusión, no hay una forma natural de regenerar el esmalte de nuestros dientes.

En los últimos diez años la incidencia de caries en niños ha aumentado: la prevalencia de caries en niños de cinco o seis años es de un 36,3%. Foto: Dreamstime
En los últimos diez años la incidencia de caries en niños ha aumentado: la prevalencia de caries en niños de cinco o seis años es de un 36,3%. Foto: Dreamstimelarazon

Sí que existen algunos tratamientos clínicos para lesiones localizadas, como las producidas por la caries por ejemplo. Y son daños que deben atenderse cuando antes porque si no pueden seguir avanzando y afectar a una zona mayor del esmalte… o -incluso- acabar afectando a otras zonas del diente. Estas desmineralizaciones localizadas pueden ser reparadas mediante el uso de geles de flúor de alta concentración o mediante restauraciones de composite. Sin embargo, todavía no existe un tratamiento capaz de restaurar la integridad morfológica del esmalte.