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¿Qué es la aerosolterapia a domicilio?

El uso de nebulizadores consigue mayores concentraciones en el tracto respiratorio

Chica con nebulizador en casa
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La aerosolterapia a domicilio es un método de tratamiento que permite administrar sustancias en forma de aerosol por vía inhalada, siendo los nebulizadores los dispositivos encargados de generar aerosoles de partículas líquidas. Su ventaja principal es que pueden alcanzarse concentraciones mayores de la sustancia en el árbol bronquial, con menores efectos secundarios que por vía sistémica, al depositarse la sustancia directamente en el tracto respiratorio.

1. ¿Qué pacientes necesitan usarla?

La indicación principal es la administración de broncodilatadores para pacientes con EPOC y asma grave, así como los antibióticos para bronquiectasias o la fibrosis quística. Los nebulizadores se prescriben en pacientes que son incapaces de utilizar otro tipo de dispositivos como son los cartuchos presurizados (pMDI) con o sin cámara espaciadora, o los cartuchos de polvo seco (DPI), los cuales requieren una mayor sincronización por parte del paciente.

2. ¿Cuándo y cómo se emplea?

Actualmente, todos los equipos nebulizadores se componen de una cámara, donde depositar el líquido y se generará el aerosol, y de una fuente de energía para hacerle funcionar. Las partículas producidas llegan al individuo a través de una interfase, la más habitual es una máscara nasobucal (niños) o una pipeta, y en ciertos casos se emplean máscaras traqueales, conexiones en T a la tráquea, acoplamiento a los circuitos de ventilación mecánica, etc. Su uso correcto requiere respirar normalmente, sin apnea, y entre 60-90 inhalaciones se adquiere la dosis del fármaco. Hay en el mercado tres tipos de nebulizadores: de malla (para antibióticos, población infantil o fibrosis quística y, en general, pacientes activos con administración varías veces al día pues son más rápidos y consumen menos tiempo); ultrasónicos (broncodilatadores); y jet o de chorro (broncodilatadores y antibióticos). Se puede diferenciar una prescripción transitoria de uno a tres meses para tratamientos de fibrosis quística o bronquiectasias y, por otro lado, a los pacientes crónicos que, además, están recibiendo otra terapia respiratoria domiciliaria y requieren más control, cuidados y recursos.

3. ¿Tiene contraindicaciones?

No existen, excepto si hay hipersensibilidad conocida al fármaco, sus conservantes y/o sus excipientes. Como norma general, no se recomienda utilizar nebulizadores en situación de estabilidad clínica si el fármaco puede administrarse con otros dispositivos, como el cartucho presurizado con o sin cámara espaciadora, o de polvo seco.

4. ¿Qué recomendaciones se deben tener en cuenta antes de aplicarla?

El tamaño de la vía aérea, la frecuencia respiratoria, el flujo inspiratorio y el patrón respiratorio son las características más importantes a la hora de decidir cuál es la mejor forma de administrar el fármaco en aerosol. La selección del nebulizador está limitada por la disponibilidad de los fármacos para un dispositivo específico, además del coste, que depende del tipo de dispositivo, marca, formulación de los fármacos prescritos y la dosis a administrar.

5. ¿Cómo sabemos si el tratamiento está funcionando?

La utilización de nebulizadores en los domicilios de los pacientes, combinada con planes de educación (recomendaciones por escrito y guías de autocontrol), reporta beneficios clínicos, puede reducir la morbilidad y mejora la calidad de vida con disminución de asistencias a urgencias y reducción de ingresos hospitalarios.

6. ¿Cuándo hay que llamar o acudir a un centro especializado?

El control clínico y el seguimiento terapéutico se llevarán a cabo por los especialistas al mes de la prescripción, si la indicación es por una exacerbación o infección aguda. Si la prescripción es crónica, al menos cada seis meses, para asegurarse que el tratamiento continúa siendo efectivo y seguro, así como para reevaluar la pertinencia de continuar con él. La empresa prestadora del servicio debe establecer un protocolo de control técnico semejante al médico, así como cuando el paciente o el personal prescriptor lo requieran. Este debe maximizarse durante los primeros meses de tratamiento, cuando suelen aparecer los principales problemas de incumplimiento y efectos adversos.