Salud
¿Por qué están aumentando los casos de lepra en España?
En 2022 los casos se duplicaron con respecto al año anterior: ¿cuál es la razón detrás de este incremento? ¿Se puede frenar?
La lepra no es un mito ni un capítulo del pasado. Todavía existe. De hecho, los casos de lepra están aumentando en España, tal y como recogen los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) difundidos a su vez por la Fundación alicantina Fontilles, una entidad española referente en la lucha contra esta enfermedad bacteriana. Desde la apertura en 1909 del sanatorio San Francisco de Borja (Alicante), en el que han recibido atención 3.000 personas a lo largo de su historia.
Así pues, la lepra continúa presente en nuestro país. En concreto, en 2022 la detección de nuevos casos de lepra se duplicó con respecto año anterior. En total fueron 10 los nuevos diagnósticos que se notificaron al Registro Estatal de Lepra del Instituto de Salud Carlos III-Centro Nacional de Epidemiología. Por Comunidades Autónomas, las personas afectadas por la enfermedad se sitúan así en el territorio español: 1 en Andalucía, 2 en Asturias, 2 en Baleares, 1 en Cantabria, 1 en la Comunidad Valenciana, 1 en Galicia, 1 en Murcia y 1 en La Rioja. Al finalizar el año, había 19 personas en tratamiento:
- 3 en Andalucía
- 2 en Asturias
- 4 en Baleares
- 1 en Cantabria
- 3 en la Comunidad Valenciana
- 2 en Galicia
- 1 en Madrid
- 1 en Murcia
- 1 en el País Vasco y 1 en La Rioja
Por tanto, es posible concluir que los casos ascendieron más de un 50% ya que, en 2021, se dieron cuenta de 4 nuevos: 3 en Andalucía y 1 en Baleares. Dicho año acabó con 16 personas en tratamiento: 4 en Andalucía, 3 en Baleares, 3 en Madrid, 2 en la Comunitat Valenciana, 1 en Cantabria, 1 en Castilla-La Mancha, 1 en Catalunya y 1 en Euskadi. Pero, ¿por qué aumentan los casos de lepra en España? Existen varios factores que explican este incremento.
Los casos de lepra, tapados por la Covid
En primer lugar, no solo España ha sido testigo de un aumento de lepra. Estas cifras se enmarcan en un incremento a nivel mundial de esta enfermedad que se manifiesta de forma visible en la piel. Así, se registraron 140.594 nuevos casos en el mundo en 2021, siendo este el último año del que existe información. La cifra supone un aumento del 10% respecto a los 128.405 casos localizados en 2020.
La cifra está acompañada por un incremento de las detecciones en niños y niñas, según los datos de 143 países recopilados por la OMS. Esto sugiere que la transmisión de la infección es mayor en las comunidades empobrecidas, ya que la enfermedad tiene cura desde hace 40 años. Además, el tratamiento lo facilita la OMS de forma gratuita: dos pastillas diarias durante un año o seis meses.
Con estos datos sobre la mesa, la Fundación Fontilles asegura que se siguen detectando 385 nuevos casos en todo el mundo cada día y ven en este aumento una relación directa con la Covid-19. "El aumento de las detecciones en 2021 no es consecuencia de un fortalecimiento de las campañas de detección por parte de los países implicados", lamentan, "sino del afloramiento de casos no detectados durante 2020 a raíz de los confinamientos decretados para combatir la pandemia".
"Durante la crisis de la Covid-19, se dejaron de hacer campañas de prevención y detección y muchos recursos se desviaron a la emergencia sanitaria; por eso, ahora estamos diagnosticando a más personas y con más discapacidades", explica Yolanda Sanchis, directora de Sensibilización y Voluntariado de Fontilles, quien avanza que "en los próximos años necesitaremos reforzar el trabajo para llegar a todas las personas que han quedado sin diagnosticar y evitar el empeoramiento de las discapacidades producidas".
Lepra y migración
Otra posible causa se encuentra en el aumento de la inmigración internacional en las primeras décadas de este siglo, según el estudio científico 'Epidemiology of Leprosy in Spain: The Role of the International Migration', publicado en 2016 por investigadores del Hospital General Universitario de Alicante.
En él se explica que, aunque la incidencia de la lepra en España ha disminuido de forma constante a lo largo de los años, "el hecho de que la inmigración se haya quintuplicado desde principios de siglo -en gran parte procedente de países donde la lepra sigue siendo prevalente- se ha relacionado con un aumento de los casos registrados".
Así, los investigadores revelan que, de los 168 casos de lepra registrados durante el periodo de estudio (2003 a 2013), el 24,6% correspondieron a pacientes españoles, mientras que 128, el 76,2% se detectaron en inmigrantes con residencia legal. Además, se identificó un número significativamente mayor de casos de lepra importados durante los trienios 2008-2010 y 2011-2013 en comparación con el bienio de referencia 2003-2004.
"Los casos importados de lepra son responsables de la mayor parte de la incidencia de lepra en España, y no podemos descartar cierto infradiagnóstico", añade el estudio. Asimismo, recomienda que la comunidad clínica "debería ser más consciente de la posible incidencia de lepra entre pacientes procedentes de países donde la enfermedad es endémica".
Andalucía destaca en casos autóctonos
Otro estudio español analizó los datos de lepra en España desde 2003 a 2018. En este caso, la investigación fue publicada en 2020 por Inés Suárez-García, doctora del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid y Diana Gómez Barroso, del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III de Madrid.
En ella constatan un total de 61 casos autóctonos y 199 casos importados de lepra desde 2003. Señalan un "claro descenso de la incidencia en ambos grupos, y más casos importados que autóctonos cada año desde 2006". En cuanto a los casos "españoles" eran más frecuentemente multibacilares y tenían una edad más avanzada en el momento del diagnóstico en comparación con los casos importados.
Todos los casos autóctonos habían nacido antes de 1985 y tenían más de 25 años en el momento del diagnóstico. Los casos importados procedían de 25 países, la mitad de ellos de Brasil y Paraguay. Los casos autóctonos se distribuyeron principalmente en las regiones tradicionalmente endémicas, especialmente Andalucía y la costa mediterránea oriental.
Finalmente, concluyen que "es probable que la transmisión autóctona de M. leprae haya cesado efectivamente en España".
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