Entrevista

Rafael Santandreu: «Las redes sociales nos enferman mentalmente por la hiperexigencia»

El autor de «El arte de no amargarse la vida» publica «El método para vivir sin miedo»

Rafael Santandreu
Rafael SantandreuXavier Torres-BacchettaXavier Torres-Bacchetta

Autor del «bestseller» «El arte de no amargarse la vida», Rafael Santandreu está considerado uno de los psicólogos más prestigiosos de nuestro país. Su último título es «El método para vivir sin miedo», un ejemplar que recopila las historias de superación más significativas de personas con ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o hipocondría.

Aboga por vivir sin miedo, pero se trata de un sentimiento inevitable y hasta necesario en algunos momentos. ¿El problema reside en que se haga irracional?

Sí. En estos casos hay que preguntarse si el miedo que se siente por algo o ante algunas situaciones también lo sienten otras personas cercanas. Si la respuesta es que en nuestro alrededor la gente no tiene ese miedo es que se trata de algo irracional que, probablemente, te convendría no tenerlo y que se puede modificar.

¿El ámbito sanitario es uno de los aspectos que más miedo irracional provoca?

Sí. Hay personas a las que ir al médico les aterra e, incluso, cuando las pruebas salen negativas y todo está bien, siguen sintiendo incertidumbre y prefieren preguntar a otro especialista. Estas señales pueden servir de voz de alarma de que estamos ante un miedo irracional. Y algo similar ocurre con las infecciones y el temor a contagiarse tocando superficies, lo que acaba desembocando en un trastorno grave que altera el día a día.

¿Y cómo afecta ese miedo a la salud?

Básicamente implica una repercusión mental. Los casos que relata este libro de ataques de pánico, hipocondría o TOC muestran que no es raro que ese miedo desbocado acabe desmontando la vida de quien lo sufre, pues les impide trabajar, relacionarse, en definitiva, vivir con normalidad. Y ese miedo irrefrenable es casi peor que un dolor crónico, porque no cesa.

¿Ahora hay más problemas de este tipo o es que ya no hay tabú a reconocer que se sufren?

Ambas cuestiones pueden ser ciertas, aunque con matices. Por ejemplo, no creo que el TOC haya aumentado, pero sí veo que ya no hay vergüenza a reconocer que se sufre y cada vez se aborda mejor. Por otro lado, en el caso de los ataques de pánico, creo que sí han aumentado y lo han hecho exponencialmente, porque cada vez vivimos en una sociedad más neurótica y exigente, más acelerada, y eso provoca que el nivel de estrés sea mucho más elevado, lo que multiplica las posibilidades de sufrir un ataque de ansiedad. Sin duda, los problemas de salud mental se han disparado y parte de la culpa está en esa «hiperexigencia» que nos rodea y para la que las redes sociales no ayudan.

¿El estilo de vida actual nos enferma?

Sí. Y el abuso de las redes sociales no solo incrementa de manera artificial esas «hiperexigencias» de ser delgados, ricos, exitosos..., sino que además añade agresividad bajo el anonimato y eso está minando la salud mental de la gente. La pandemia no ha hecho más que acrecentarlo porque estábamos en mala forma emocional. Y lo peor de todo es que parece que esto va a más.

¿Y qué podemos hacer al respecto?

Creo que lo sensato sería aumentar la inteligencia emocional y la resiliencia cuando las cosas nos van bien, porque las adversidades llegarán antes o después. Sin embargo, si te cogen preparado mentalmente conseguirás que no se conviertan en un tsunami que lo destruya todo.

En su libro cuenta historias de superación tras problemas muy serios. ¿Es posible recuperar la normalidad?

El cerebro tiene una gran plasticidad y los testimonios que se incluyen demuestran que se puede gracias al trabajo mental. Hay que recordar que no será fácil y cuesta esfuerzo, pero es posible vivir con serenidad.

¿La medicación es necesaria o la clave es el control mental?

Los psicofármacos son necesarios en ocasiones, pero la verdadera solución pasa por hacer un trabajo de educación de nuestra mente.