Bienestar
El beneficio para el cerebro de hacer ejercicio físico que sorprende a los científicos
¿Cuánto ejercicio hay que hacer para mejorar la memoria y aprender más rápido? ¿Puede ayudar el deporte a esquivar la demencia o el Alzhéimer?
El ejercicio físico es clave para mantener la salud física, pero también la mental. Algunos estudios sugieren que con solo un poco de deporte se perciben cambios muy positivos para la cognición a largo plazo. Esto se debería a que genera cambios en el hipocampo, aumentando el volumen y la tasa de formación neuronal en esta zona. Sin embargo, aún no se sabe exactamente cómo el ejercicio modifica esta pequeña región del cerebro implicada con el aprendizaje y la memoria.
Comprender mejor cómo el ejercicio aumenta el tamaño y la función del hipocampo podría permitir a los investigadores aplicar ingeniería inversa a los tratamientos de enfermedades cognitivas como la demencia o el Alzheimer. En este sentido, se ha publicado de manera reciente un prometedor experimento con ratones destinado a comprender si esto es posible y cómo el ejercicio modifica las células presentes en esta área cerebral.
El estudio, publicado en Neuroscience, ha descubierto que las señales químicas procedentes de la contracción de las células musculares hacen que las células del hipocampo crezcan y emitan más señales eléctricas. Es decir: el ejercicio hace que esta región del cerebro relacionada con la memoria funcione mucho mejor que si no nos movemos.
Además, los científicos también hallaron que mover nuestros músculos aumenta las células conocidas como astrocitos, que regulan el crecimiento y la actividad neuronal para una función cerebral óptima.
Durante el estudio, los investigadores aislaron pequeñas muestras de células precursoras musculares de ratones y las cultivaron en placas de Petri. Una vez maduras, empezaron a contraerse y a liberar señales químicas. A continuación, añadieron las sustancias químicas del cultivo de células musculares a otra placa que contenía neuronas del hipocampo y astrocitos.
¿El resultado? La exposición a las señales químicas de las células musculares disparaba las señales eléctricas de las redes neuronales y de los astrocitos del hipocampo. También aumentaba sus cantidades 1,4 y 4,4 veces respectivamente.Esto significa que las contracciones musculares -o el ejercicio- liberan factores positivos para el cerebro que las células estacionarias -estar quieto- no liberan.
Ejercicio y riesgo de demencia
Las implicaciones de este estudio apoyan hallazgos previos de otros estudios, basados en que el ejercicio, incluidos los ejercicios de fortalecimiento muscular como el entrenamiento de resistencia, tienen un impacto positivo en la función cerebral.
Sin embargo, aún no se ha comprobado en ensayos clínicos a gran escala si el ejercicio puede reducir el riesgo de demencia de manera directa. Sin embargo, sí existen investigadores anteriores que han demostrado que existe relación entre el ejercicio y la reducción de las probabilidades de padecer demencia, ya que el deporte moderado:
- Aumenta el flujo sanguíneo al cerebro
- Reduce la inflamación
- Reduce el estrés
- Mejora del sueño
- Ayuda a mantener un peso corporal saludable
¿Cuánto ejercicio hay que hacer para mejorar el cerebro y la memoria?
El doctor Romnesh de Souza, neurólogo consultor y neurólogo intervencionista de Health City Cayman Islands, que no participó en el estudio, declaró para el medio MedicalNewsToday que, de media, bastaría con realizar "ejercicio aeróbico regular de 20 a 30 minutos al día, que puede realizarse caminando, haciendo marcha rápida, nadando o utilizando una bicicleta estática".
El objetivo de este entramiento es alcanzar una frecuencia cardíaca del 70% de nuestra frecuencia cardíaca máxima. Para calcular nuestra frecuencia cardiaca máxima en función de la edad, debemos restar a 220 nuestros años. La cifra resultante representa el número de veces que el corazón debería latir por minuto a una frecuencia máxima.
Es decir, que si tienes 28 años tu frecuencia cardiaca máxima sería 220 - 28 = 192. Por lo tanto, al correr deberíamos alcanzar una frecuencia cardíaca de 134,4 (que es el 70% de la máxima). Según el especialista, "se ha demostrado que esta práctica reduce la demencia entre un 30 y un 35%".
Hallazgos aún por confirmar en personas
Las voces expertas advierten que se trata de un estudio in vitro en roedores, utilizando cultivos celulares. Por ende, harán falta más estudios para ver si estos hallazgos son aplicables en las personas. No obstante, "los resultados de este estudio aportan más pruebas de la importancia del ejercicio, en cualquier momento de la vida, como apoyo a la plasticidad del hipocampo para combatir la atrofia hipocampal, que es una característica distintiva de la enfermedad de Alzheimer", señala la doctora Lauren Bennett, directora de neuropsicología del Instituto de Neurociencias de la Familia Pickup del Hospital Presbiteriano Hoag Memorial para MedicalNewsToday
"En el futuro, estudios como éste podrían ayudarnos a optimizar los regímenes de ejercicio para mejorar la salud cognitiva", explica. Por su parte, el doctor de Souza añade que los hallazgos también podrían ayudar al desarrollo de nuevos tratamientos para el deterioro cognitivo.
"Estos descubrimientos demuestran que en el futuro existe la posibilidad de aplicar ingeniería inversa a los tratamientos para recapitular los efectos pro-cognitivos del ejercicio en ausencia de actividad física. Lo que también es emocionante es si esto puede utilizarse para invertir o detener la progresión del deterioro cognitivo en pacientes con demencia", concluyó.
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