Riesgo alimentario

La "superbacteria" presente en el sushi que preocupa a los científicos

Un nuevo estudio detecta en los alimentos ahumados un microorganismo capaz de propagar la resistencia a los antibióticos y evalúa el riesgo que conlleva para la salud pública

Sushi
SushilarazonLa Razón

¿El sushi es seguro para la salud? Sí, "en general". Esta es la respuesta que ha dado un equipo de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, tras analizar algunas bacterias presentes en este alimento tradicional japonés, así como en el sashimi y otros productos pesqueros ahumados en frío. Las conclusión principal de la investigación revisada por expertos es que las bacterias presentes en el sushi y el marisco crudo pueden ser malo para la salud y hacer enfermar a las personas, especialmente a aquellas con sistemas inmunes debilitados, niños y ancianos.

No solo eso: el sushi y el marisco también puede propagar bacterias resistentes a los antibióticos. ¿Pero, es esto es algo que debería preocupar a la sociedad? ¿Cuál es el auténtico riesgo? Lo cierto es que el sushi se ha convertido en plato cotidiano en Noruega, en España y en otros lugares del mundo. Mucha gente opta por el sashimi y otros pescados crudos cuando quiere darse un capricho sabroso, pero varios estudios científicos han vinculado esta "moda" con el aumento de las infecciones.

Es importante destacar que el sushi en mal estado es potencialmente peligroso pero que, por regla general, es completamente seguro comer este tipo de comida. Sin embargo, a pesar de que el sushi puede ser delicioso, también conlleva un peligro para la salud, tanto para las personas como para la sociedad en general.

"Las bacterias presentes en el sushi, el sashimi y los productos pesqueros ahumados en frío pueden suponer un riesgo para las personas que consumen estos alimentos con frecuencia, especialmente las personas con sistemas inmunitarios débiles, los niños y los ancianos", recalca Hyejeong Lee, autor principal del estudio y profesor del Departamento de Biotecnología y Ciencia de los Alimentos en la universidad noruega.

Lee acaba de terminar su doctorado. En su tesis, investigó distintas variedades de bacterias Aeromonas en productos del mar que no se someten a un tratamiento exhaustivo. Sin tratamiento térmico ni el uso de otros métodos antibacterianos, el riesgo de que los niveles de bacterias sean elevados aumenta considerablemente.

"El objetivo era adquirir más conocimientos sobre Aeromonas en este tipo de marisco, tanto sobre el papel de la bacteria en el deterioro del producto como en la causa de enfermedades. Además, queríamos ver si el marisco crudo puede propagar bacterias resistentes a los antibióticos [superbacterias]", afirma el Dr. Lee.

Listeria monocytogenes es probablemente la bacteria patógena más conocida relacionada con el marisco crudo o poco procesado. Sin embargo, la prevalencia de Aeromonas en este tipo de productos preocupa a los científicos desde hace algún tiempo.

El punto de partida de Lee fueron los productos de pescado disponibles en el mercado noruego. "Los resultados muestran que el procesamiento suave que reciben estos productos pesqueros no garantiza que se inhiba el crecimiento de la bacteria Aeromonas", afirma Lee.

Ocho piezas de maki , nigiri o sashimi a base de salmón o anguila es la combinación más segura de sushi para poblaciones adultas y adolescentes
Ocho piezas de maki , nigiri o sashimi a base de salmón o anguila es la combinación más segura de sushi para poblaciones adultas y adolescentesURV

En otras palabras, el procesado del sushi, el sashimi y el pescado ahumado en frío es ineficaz para prevenir el crecimiento bacteriano. Pero eso no es todo. "La mayoría de estas variantes de Aeromonas son posiblemente patógenas y a menudo hay distintos factores de riesgo asociados a ellas", continúa.

Lee subraya que el riesgo de enfermar por Aeromonas es ciertamente muy pequeño, especialmente para las personas sanas. Por eso, "a menudo se ignora a las Aeromonas cuando hablamos de seguridad alimentaria y creo que mi investigación pone de relieve que la industria alimentaria debe prestar más atención a estas bacterias", afirma Lee.

Esta bacteria es capaz de contagiar la resistencia a los antibióticos

Las bacterias Aeromonas del mar intercambian con frecuencia material genético con otras bacterias. Esto es especialmente peligroso si este material genético procede de bacterias resistentes a los antibióticos.

"Algunas cepas de Aeromonas también pueden propagar la resistencia a los antibióticos de un tipo de bacteria a otro. Comer marisco infectado por bacterias resistentes es una forma probable de que estas bacterias se propaguen de los animales marinos y el medio ambiente a los seres humanos", concluye Lee.

Las bacterias resistentes son un problema creciente en todo el mundo. Hoy en día no causan más enfermedades que otras bacterias, pero son mucho más difíciles de tratar, porque no todos los tipos de antibióticos funcionan contra ellas. En el peor de los casos, ningún tratamiento funciona.

"Para combatir la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos, es importante adoptar un enfoque amplio que contemple conjuntamente la salud humana y animal, la producción de alimentos y el medio ambiente, con el fin de mejorar la salud pública", afirma Anita Nordeng Jakobsen, profesora asociada del Departamento de Biotecnología y Ciencia de los Alimentos.

La profesora señala que los microorganismos se transfieren entre animales y humanos a través de los alimentos y el medio ambiente, por lo que el uso reducido de antibióticos por sí solo no basta para prevenir la proliferación bacteriana.

Entre los métodos preventivos figuran el control sistemático y la toma de muestras en los entornos de producción, la búsqueda de buenos indicadores de control, la aplicación de medidas cuando se detecten bacterias multirresistentes en grupos de animales, la vacunación, así como la labor de educación y concienciación en la producción de alimentos en todo el mundo.

La regulación estricta por parte de las autoridades es probablemente el medio más importante para atajar el problema de las bacterias resistentes a los antibióticos. Sin embargo, cada uno de nosotros puede marcar la diferencia "eligiendo productos crudos procedentes de países que sólo utilizan pequeñas cantidades de antibióticos en la acuicultura, como Noruega".

Noruega, apunta Nordeng, es uno de los mejores países del mundo en cuanto al uso restrictivo de antibióticos tanto en la acuicultura como en la ganadería. Sin embargo, el uso preventivo o promotor del crecimiento de antibióticos es común en otras partes del mundo, especialmente en el sudeste asiático.